miércoles, 4 de noviembre de 2015

Calidad sobre cantidad

A veces en la mente de los hombres en castidad está la afición de contar los orgasmos suyos y de sus parejas, y establecer una especie de marcador en cada encuentro sexual, como si de un partido de fútbol se tratara, 2-2, 3-1, 2-0, 1-0, 0-0....etc contando los orgasmos de ella y de él. Esto es un hobby al que muchos hombres castos se aficionan rápidamente cuando descubren la castidad en pareja.
Durante años se ha creído que las personas que tienen más orgasmos a la hora de tener sexo son más felices…
Muchos artículos y estudios se han hecho alrededor de esta idea y en realidad parece bastante lógico: a más orgasmos, más felicidad. Pero los investigadores han descubierto que la relación sexo/felicidad no tiene que ver con la cantidad sino con la calidad.
En la Universidad de Carnegie Mellon hicieron un estudio con 64 parejas de adultos, todos casados, todos heterosexuales. Se les preguntó con qué frecuencia tenían relaciones sexuales, qué satisfactorias eran y qué felices eran, en general. Todo esto con cuestionarios diseñados para medir estas variables. A la mitad de estas parejas se les pidió duplicar la cantidad de veces que tenían sexo en un periodo determinado de tiempo, es decir, si una pareja tenía relaciones 1 vez al mes les pidieron que lo hicieran 2, si una pareja tenía 3 veces por semana, tenían que hacerlo 6. Los participantes tenían que llenar un pequeño cuestionario todos los días durante el experimento para medir la calidad de sus encuentros y su nivel de felicidad después de cada uno de ellos. Lo curioso es que las parejas que duplicaron sus sesiones de sexo no fueron más felices, al contrario… se sentían más estresados y presionados por llenar la cuota del estudio que por tener orgasmos placenteros.
George Loewenstein, profesor de psicología en Carnegie Mellon, concluyó que si se tiene sexo por cualquier razón que no sea la de querer tener sexo, el sexo no te hace feliz. Esto demuestra que no es la cantidad de orgasmos, sino la calidad de los mismos lo que te da felicidad. Concentrémonos más en tener mejores encuentros sexuales en lugar de preocuparnos por la cantidad de veces que lo hacemos.
Esta es la razón por la cual un hombre en castidad nunca debe proponer tener sexo a su pareja. El está siempre dispuesto y debe esperar a que ella tenga ganas. Entonces se garantiza que los encuentros sexuales tendran calidad, ya que los dos quieren tener sexo. En el sexo tradicional, muchos hombre proponen tener sexo en momentos inoporturnos en que a la mujer no le apetece y suena la frase del dolor de cabeza, luego el hombre recurre a la masturbación y cuando la mujer tiene ganas el hombre ya se masturbó y no puede complacerla igual que si la hubiera esperado.

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