viernes, 6 de noviembre de 2015

Incrementando la castidad.

Yo y mi pareja hacía tiempo que jugábamos a esto de la castidad.
Un día estábamos sentados en la cocina, bebiendo el café de la mañana cuando mi esposa rompió el silencio. "¿Crees que podrías pegar agujas en el interior de tu jaula?", preguntó Carmen. "Umm, supongo que podría hacerlo, pero no creo que pueda durar mucho tiempo.", le dije. "No sería posible perforar unos agujeros con la broca más pequeña y pegar unas chinchetas desde fuera?. dijo ella. ¿Por qué?"contesté, "Lo he leído en la web control de castidad, y allí dice que se puede hacer y quiero que lo hagas ya!", dijo ella. "Tengo unas brocas muy pequeñas de 0,5 mm, creo que puedo hacerlo pero yo todavía no entiendo para que lo quieres así.", le dije mientras terminaba mi café. Estaba empezando a ponerme nervioso, y tuve la sensación de que ya sabía para qué lo quería. "Tú no tienes nada que entender, sólo tienes que hacer lo que yo te digo, y creo que quiero necesitas tener unas chichetas en tu jaula que te castiguen cada
vez que tengas erecciones sin mi permiso.", Afirmó. "¿No crees que es un poco extremo? ¿Realmente necesito tener agujas que me pueden pinchar en cualquier momento?", Le pregunté, sabiendo que estaba tentando mi suerte. "No, no es extremo, y ​​sí, lo haces no te va a pinchar si no tienes erecciones. Eso te recordará que yo soy la única ante la cual tu pene se puede poner duro.", dijo. "Bueno, ¿cuántas chinchetas quieres que ponga en la jaula?", Pregunté con curiosidad. "Quiero que pongas 7 en la punta de la jaula, en el espacio que está libre mientras no te se pone dura!", Dijo con una sonrisa que casi se fue de oreja a oreja, mientras me enseñaba las chichetas que había preparado encima de la mesa en forma de corazón. Tragué saliva porque yo sabía que no estaba jugando. "Ahora ve a buscar la otra jaula para que pueda ver como lo haces.", Dijo. Volví con la bolsa que contenía mi jaula de plástico. Ahora yo estaba encerrado en una jaula metálica que no me permite ver mi polla. A Carmen le da placer el saber que yo no puedo ver ni tocar mi, quiero decir, su polla. Ella lo cogió y empezó a mirar por encima. "Ve a buscar me un marcador.", Exigió. Yo la fui a buscar un marcador y vi como ella puso los puntos sobre la cabeza de la jaula indicando los lugares donde quería que hiciera los agujeros. Había siete de ellos. Dos en la parte inferior, dos en cada lado, y uno en la parte superior. "Vamos a empezar con esto y veremos cómo se ve y luego siempre podemos añadir más. ¡A trabajar!", Ordenó. "Ok". Las agujas de las chinchetas no podían quedar ni poco profundas pues no iban a hacer su función, ni tan largas que me pudieran causar dolor o incluso alguna herida sin tener ninguna erección. Ese es un dilema que hay que resolver. "Tráeme la jaula y antes de poner las agujas de forma permanentes y haremos una prueba sobre la longitud. Tengo varias medidas de chinchetas y podremos ir combinando para un mejor ajuste", Dijo. "Ok, y cómo se aguantaran las chinchetas a la jaula. Creo que con un buen pegamento se puede mantenerlas pegadas a la jaula por fuera.", Le dije. "Haz lo que tengas que hacer, no me importa, pero tienes hasta la hora de comer para hacerlo, o podría perder una llave de tu jaula", Amenazó. Con eso me agarré mis Eso es genial! Pero podría necesitar más.", Dijo. "Más? Creo que con esto ya va a haber un montón de tortura, ¿no te parece?", Le dije. "Vamos a ver lo buen chico que eres.", Dijo. "Ahora vamos a probar esto. Prepárate para ponerte en la cama para que te pudiera encadenar y vendar los ojos." Me dirigí a la habitación y me quité la ropa. Me acosté en la cama y Carmen aseguro mis muñecas y tobillos y me tapó la vista. "Ahora viene la parte divertida.", Dijo mientras se quitaba mi jaula. Se sentía bien estar fuera y mi polla se alegró y comenzó a crecer inmediatamente. "Parece que tendremos que esperar unos minutos para que se calme. Voy a buscar un poco de hielo." Ella fue a buscar hielo y lubricante y puso el hielo en mí. Empezó a encogerse y mientras ella había lubricado el interior de la nueva jaula que había agujereado y dijo: "Estos pinchos van a trabajar muy bien, pero que podrían ser un poco más largos." Deslizó la jaula sobre mí y cerró el candado. Agarró mis bolas y empiezo a acariciarlas y a lamerlas. Eso fue todo lo que necesitó para el pene comenzara a presionar en el interior de mi jaula. Podía sentir los tornillos que empujaban a la cabeza. "Hmmm. No se ve como que sean lo suficientemente largos.", Dijo mientras agarraba un destornillador y le dio una vuelta a cada uno. Todos ellos se hundieron en la piel de la cabeza de mi polla. Ella podía decidir por mí viendo que ahora eran lo suficientemente profundos como para saber que si trataba de tener una erección, pagaría por ello. "Eso ahora se ve bien. Te voy a poner tu antigua jaula de nuevo y ya puedes cortar las cabezas de estos tornillo que quedan fuera." Después de que me aseguro correctamente en mi otra jaula, Carmen me liberó y fuimos al garaje. Carmen quería asegurarse de que no aflojara los tornillos, por eso ella tenía el destornillador en su mano. Uno por uno, con la sierra metálica corté las cabezas de los tirafondos y con una lima, lo dejé para que fuera suave. Luego puse una capa de pegamento encima para mantener la unión de los tornillos a la jaula más estable. Una vez que se completó el trabajo ya era hora de instalarlo. Antes Carme me pidió que le preparará un té muy caliente. Lo preparé y lo llevé a la habitación donde de nuevo me ató a la cama, Carmen retiró mi jaula. Una vez más, mi polla volvió a la vida. Ella lo miró y luego para mi sorpresa ella tomó un trago de su té y su boca caliente envolvió la cabeza del pene, consiguiendo una rápida erección. Ella tomó otro trago de té y se movió arriba y abajo en mi pene. Luego acarició con la mano dando diez sacudidas. Ella me estaba trabajando hasta que la tenía muy dura cerca de llegar al punto de no retorno, más cerca de lo que nunca había estado de un orgasmo en los últimos meses y justo cuando estaba a punto de correrme, ella soltó el pene y puso rápidamente la bolsa de hielo en mí pene. Dejé escapar un grito, en parte a causa del frío inesperado en mis huevos, pero sobre todo porque estaba muy cerca de correrme. "No ibas a pensar realmente que iba a dejarte correr, ¿verdad?", Dijo. "Tú sabes que te lo tienes que currar." Ahora que mi pene era lo suficientemente pequeño como para ser puesto en la nueva jaula. Ella lubrico de nuevo y me deslizó el pene en la nueva jaula y echó el cierre del candado. Mientras ella estaba retirando mi venda y liberando mis puños, me dijo que estaba siendo sentenciado a 10 días en esta nueva jaula y si yo era un buen chico y no me quejo del dolor que quizás podría salir más temprano y tal vez ella me dejaría volver a mi otra jaula por un tiempo. Eso ya sonaba mejor. Cuando intenté mirar por fin mi polla que desde me puso la jaula metálica hacía meses que no había visto, vi que la jaula transparente estaba pintada con el color del esmalte de las uñas que yo le pintaba desde hacía meses.

llaves del coche y me dirigí a la tienda. En el camino a la tienda pensé en la mejor manera de realizar esta tarea absurda que habría sido teniendo la jaula colocada sobre mí. Pensé en el ajuste iba a ser difícil. Cuando llegué a la ferretería pensé. "Tornillos!", Me dije. Para perforar agujeros necesito brocas muy pequeñas y también podría poner tornillos en lugar de las chinchetas. Así Carmen podría ajustar la longitud que ella deseara cuando llevara la jaula. Así ya no tendré que preocuparme del secado del pegamento y cuando ella los llevó ponga donde ella quiere, podía cortar las cabezas de los tornillos fuera haciéndolos permanentes. Y eso se haría esta tarde, que era la gran cosa. No habría sido la primera vez que las llaves de mi jaula se diera por 'perdidas', según sus propias palabras. Pedí brocas de 0,5 mm, 0,8mm y tornillos muy finos de acero inoxidable de esa medida, creo que el dependiente les llamó tirafondos, tenían una punta muy afilada, y pegamento especial metal plástico. Yo pensé que la punta no era tan penetrante como la de las chinchetas. Estoy bastante seguro de que voy a pagar esto más adelante, pero eso es un riesgo que estoy dispuesto a tomar. Luego volví a casa y fui al garaje para perforar todos los agujeros en la jaula y probar de poner los tirafondos en los agujeros. Una vez que los siete estaban allí, ya era hora de encontrar a Carmen y mostrarle la jaula. Espero que esto le resultara aceptable, o estropearía la jaula. Salí del garaje y se lo mostré a ella. Parecía un científico loco creando un artilugio de castigo, con 7 tornillos que salían de la cabeza de la jaula. Se lo mostré a Carmen y de su ojo iluminado dijo: "
En el transcurso de los siguientes 10 días, fui objeto de estimulaciones de forma casi constante. Mi polla se sentía como que alguien estaba pinchándola casi todo el tiempo. Por las noches fue la peor parte, el despertar por las noches era brusco por las erecciones incontrolables. Cada noche tenía que saltar de la cama y ir a buscar agua fresca para conseguir que mi polla se calmara para sentir un poco de alivio del dolor. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, mis 10 días se cumplieron. Pero ya no podía esperar para quitar esta jaula fuera de mí y que pusiera de nuevo mi otra jaula, y cometí el error de decirle eso a Carmen. "Lo quieres así?", Dijo cuando le dije. "Sí, esto no es muy cómodo.", Le dije. "Ese es el punto que quería!"
" Me pincho a mí mismo a veces. "
-Pero, tu ya sabes que la otra jaula ahora también tiene sus incomodidades?", lo que dijo mientras terminaba de bloquearme a la cama, me dejó una mirada de asombro en la cara mientras vendaba mis ojos. "Vas a verlo después de que te ponga en tu antigua jaula.", Dijo mientras se quitaba mi jaula. Mi polla tenía varios agujeros profundos enrojecidos en la cabeza el pene y pude sentir que estaba cómo muy sensible mientras ella me frotaba y me acariciaba suavemente. "¿Tienes ganas de un poco de sexo?" "Yo siempre estoy con ganas para algo de sexo!", Le dije. No era el sexo más agradable que he tenido. Mi polla estaba extremadamente sensible a cada movimiento que ella hacía. Me recordó que no quería que me corriera, y en un momento dado le tuve que pedir que parara, aunque necesitaba un orgasmo, no quería que me corriera. Finalmente le dije que parara. Ella se dio la vuelta y trasladó su delicioso coño hasta mi boca. Mientras yo estaba lamiendo, ella empezó a limpiar mi polla con una toalla fría, me lubricó y deslizó mi pene en mi antigua jaula. Una vez que ella lo tenía encerrado ella se apartó de mi cara. "¿Has usado un lubricante diferente? Se siente un poco frío.", Le pregunté mientras empezaba a quitarme la venda y liberarme de mis puños y sonrió. Fue entonces ¡No! No, no lo hiciste!", Le dije mientras la sensación de frío en mi jaula comenzó a cambiar para calentarse y luego más y mas caliente. "Esto va a quemar mi polla!", estaba prácticamente gritando en este punto en el miedo por mí mismo. "Eso está bien, me gusta", Dijo con una sonrisa. "Oh, estarás bien, calmate o te lo aplicaré tres veces al día en lugar de sólo dos." Era muy difícil que morderme la lengua en este punto. Ella debía haber utilizado la mitad del tubo. Se sentía como mi polla estuviera
en llamas y no había nada que pudiera hacer. Creo que ella se anticipo a mí y no podía ir al baño para tratar de lavarlo, porque ella me dejo con las piernas atadas a la cama mientras ella marchaba para mirar algún programa de televisión . "Si no te quedas quieto, no vas a ser capaz de sentarte porque tu culo va a quedar tan rojo y dolorido", dijo. Que ya era suficiente. Me mordí el labio, y calmé. Después de la demostración de poder, el calor se calmó para calentar y sentí que yo era capaz de soportarlo ahora. De cualquier manera, no me importaba, el dolor era menor y eso es lo único que importaba. Tardó varios días que las marcas de los tornillos en mi polla finalmente desapareciero, aunque eso ella me dijo pues en la nueva jaula metálica no la podia ver. Después de que el dolor de la crema Icy Hot no era tan mala. Sólo voy a estar 4 días más en esta jaula. Estoy seguro de que ahora ya no sé cuál es peor, pero por la forma en que Carmen ha estado actuando los últimos días, tengo la sensación de que no he sentido nada todavía. No sé, supongo que lo sabré en 4 días.
cuando me di cuenta del tubo de Icy Hot encima de la mesita junto a la cama. "

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