miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los inicios de Luis siendo mujer (1 de 2)

Luis y Rosi llevaban ya 3 años estudiando juntos en la misma clase de la Universidad. Ambos tenían pandillas distintas con los que solían sentarse, con quienes se intercambiaban apuntes y libros, etc...pero entre Luis y Rosi había una buena amistad.

Tenían en común algún amigo de fuera de la Universidad y que a los dos les apasionaba la literatura, tanto leer como escribir, y Rosi, que tenía más inquietudes que Luis, le había invitado varias veces a un grupo de aficionados a la literatura que se reunían semanalmente para leerse mutuamente poesías o relatos que hubieran escrito, y hacerse entre ellos mismos críticas constructivas. Otras veces acordaban leer algún clásico y luego ponían en común sus impresiones, u otras iniciativas que se les iba ocurriendo.


Luis era más tímido y quedó muy impresionado cuando Rosi le pasó uno de sus relatos, era erótico, a Rosi se le daba bien escribir relatos eróticos, y eso, a la mente calenturienta por las hormonas de un joven de 22 años le hacía llevar su imaginación a si Rosi había vivido esas apasionadas historias que escribía, o si no las había tenido pero deseaba pasar por ellas.

La química entre ellos era buena y la confianza fue creándose entre ellos. Una noche, en una de esas fiestas universitarias que se hacen no se sabe bien si con el objetivo de recaudar dinero o con el de facilitar el ligue universitario, coincidieron los 2. Ya pasado un rato Luis vio como Rosi salía a la calle a fumar y él se fue detrás de ella con el inocente pensamiento de tomar el aire y charlar de cualquier cosa con ella.


Luis había tomado ya varias cervezas y un par de copas, y eso facilitó que en un momento de la conversación en la que empezaron a hablar del origen del gusto de Rosi por crear relatos eróticos, le pidiera a Luis que le dijera su fantasía erótica y ella se la escribiría en un relato en el que él fuera el protagonista. Luis, llevado por la valentía que da el alcohol, le confesó que su fantasía era que una chica le feminizara, vestirse, maquillarse, moverse e incluso tener sexo como una Mujer. Fue nada más acabar la frase cuando Luis, viendo la cara de asombro de Rosi,  se dio cuenta de que mejor se habría quedado callado o que debería haber dicho la fantasía que se espera que tenga un joven de 22 años, acostarse con 3 chicas, o follarse a la famosa de turno. Los 2 se quedaron callados y regresaron a la fiesta con sus respectivos amigos.

Al día siguiente, en clase, Rosi se acercó discretamente a Luis y le dejó una carpeta a la vez que le decía en voz baja que no debemos avergonzarnos de nuestras fantasías  que todos tenemos derecho a tener la fantasía que queramos, incluso a ponerla en práctica si no dañamos a nadie. Luis abrió un pico de la carpeta para ver su contenido y vio el título de un relato: "Luis o Luisa", y debajo una revista en tamaño bolsillo, la Cosmopolitan, una de las preferidas de Luis, quien no pudo aguantar hasta el final de clase y se marchó antes de tiempo porque ansiaba leer en el autobús el relato que le había hecho Rosi. Y ese relato resultó tal y como le había prometido Rosi, una extensa descripción de la feminización de un chico llamado... Luis.

A partir de entonces las miradas y las conversaciones entre ambos cambiaron notablemente, Luis se encerró más en si mismo, y Rosi por el contrario le buscaba más, y le miraba y le sonreía de una manera muy distinta, más provocativa


Pasadas 2 semanas, un miércoles, Rosi se acercó a Luis y le dijo que su compañera de piso -vivía de alquiler compartiendo piso con otra chica- se marchaba de fin de semana y que si queria pasarse por su casa el sábado por la tarde para enseñarle un par de cosas. Luis nunca había ido a casa de Rosi, es más, apenas había estado en casas de chicas a solas con ellas, tenía poco curriculum amatorio. Luis dudó si aceptar o no, pero Rosi le cogió dulcemente del brazo con una mano a la vez que con la otra le acariciaba su cara y le decía: -Vente, lo vamos a pasar bien. A veces las fantasías se cumplen, esa suerte no la debes desaprovechar, y además, no temas, no voy a echar la llave de la puerta, podrás marcharte cuando desees.

El sábado por la tarde Luis se dirigió a la dirección que le había indicado Rosi. Era una casa pequeña, en un barrio de la ciudad, Se notaba que en aquel piso sólo vivían dos mujeres, por el orden, los detalles, lo bien que olía a mujer, y por la ropa femenina que había por tendedero y en algún otro sitio.



Rosi invitó a Luis a sentarse en el sofá del salón, y le ofreció tomarse algo. Empezaron a hablar de cosas vanales, de los profesores de la universidad, de como llevaban las asignaturas y los diversos trabajos que tenían que entregar en breve. Luis se dejaba llevar, la que iba dirigiendo la conversación era Rosi, la cual, pasados unos minutos de tener allí a Luis le empezó a indagar por su fantasía de ser feminizado.



...continuará

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