Fin de semana de quedarse en casa. Las conversaciones entre Zuny y su novio me siguen volviendo loco. El hecho de que vivamos algo distantes de con él, y que además por el momento no coincidan nuestros horarios, nos está volviendo locos. Cumplo una semana con la jaula puesta, quitándomela solo para limpiezas supervisadas y para el orgasmo que ella me regaló el otro día. Obviamente, la fantasía por la anticipación del encuentro sigue latente todo el tiempo (todo el tiempo). ¿Los planes para el sábado? Me pide que me desnude y la fotografíe. Me dice que su novio necesita fotos nuevas. Quiere mandarselas este lunes y quemarle la cabeza. Él tendrá una semana complicada, y sabemos de antemano que lo más probable es que se cancele la fecha tentativa para vernos los tres el jueves. Pero ella, obviamente no quiere enfriar la situación. La veo deseosa por tenerlo. Posa para la cámara. Me sonríe. “¿Crees que le van a gustar las fotos?” Me pregunta. Ve mi jaula y sabe la respuesta. Siento que no puedo esperar al encuentro y a verla así de desinhibida con él.
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