sábado, 11 de marzo de 2017

Castidad forzada desde la noche de bodas

Recopilación de Andy

Castidad forzada desde la noche de bodas

Carolina y yo, ya habíamos cumplido los 30 años cuando nos conocimos. Ya llevábamos saliendo casi dos años, cuando tuve el valor para pedirle que se casara conmigo. Ella estuvo de acuerdo, y me besó, suavemente al principio, y luego con más pasión, con los labios y la lengua. Ella es un gran besadora, os lo puedo asegurar. Pero Carolina venía de una familia muy tradicional y conservadora y ella era muy seguidora de la iglesia católica, y nuestra vida sexual había consistido en una gran cantidad de besuqueo apasionado y mis errantes manos que intentaban tocar algo más, pero ella me había convencido de que debíamos esperar hasta nuestra boda para aprender la alegría de sexo juntos. Ella creía en la castidad antes del matrimonio, y me pidió que no me masturbara hasta la boda, yo le dije que no podría aguantar tanto tiempo. Entonces ella me habló de los cinturones de castidad y me pidió que buscara alguno por internet que le gustaría que yo llevara uno puesto para que así ella controlara que no me masturbo. Me sorprendió eso de los cinturones de castidad, pero también me dió mucho morbo esa propuesta. Así que acepte con agrado, y llevaba un calentón de aupa cuando lo encargé. Cuando llegó, antes de ponermelo me masturbé pensando que tardaría un tiempo en volver a masturbarme. Me lo puse y me adapté bastante bién. Ella se alegró de saber que me lo ponía y me dijo que me pondría un precinto de plástico en el cinturón de castidad que yo podía romper fácilmente si quería masturbarme, pero ella me dijo que si rompía el precinto también rompía con ella, que ella necesitaba un hombre fiel. Me pidió que lo llevará puesto incluso en la boda, cuando nos casaramos. Le hacía mucha ilusión. A mi el morbo me hacía gotear.
En esas semanas previas a la boda tuve varios sueños húmedos en los que eyaculé en sueños, y incluso pude eyacular con la jaula de castidad puesta, sin llegar a masturbarme, realmente no tuve orgasmo verdadero desde antes de ponerme la jaula de castidad. Yo estaba muy caliente con este juego y esperaba ansioso a ver que pasaba a partir de que estuvieramos casados.
Carolina tiene, pechos firmes completos y una cintura pequeña, pero su trasero es el que realmente detiene el tráfico - perfectamente curvada, ella tiene un aspecto fantástico cuando lleva jeans ajustados.
Finalmente el gran día llegó. Después de una gran ceremonia a la que asistieron la mayoría de nuestros amigos y familiares, y yo llevé el dispositivo de castidad del que nadie se percató, excepto Carolina, nos retiramos al hotel.
En la habitación ella me sugirió que me desnudara y me metiera en la cama. Yo estaba un poco decepcionado de que ella no me iba a dejar quitarle la ropa, pero luego recordé que ella era muy tímida. Y estaba a punto de conseguir la sorpresa de mi vida. Imaginaba que me quería quitar la jaula de castidad ella misma. "Miguel, ¿te molestaría si te sugiero bueno..., algo que algunas personas podrían llamar pervertido?" Mi pene se puso casi el doble de duro mientras apenas podía cambiar su tamaño limitado por la jaula, yo balbuceé algo como: "No, cariño, ¿qué tienes en mente?" Con una sonrisa socarrona, metió la mano en su bolso y sacó no uno, sino dos pares de esposas. Me dijo que había sido un regalo de despedida de soltera de la boda de una amiga, pero ahora tenía intención de usarlas. Yo acepté con entusiasmo, y ella rápidamente me esposó las muñecas a la cabecera de la cama. Luego ella dijo que estaría de vuelta en un momento, después de que ella se preparara para ir a la cama. Yo la esperaba volver a ver en una especie de camisón de encaje; sin embargo, cuando ella salió del baño vestía medias negras de rejilla, zapatos de tacón alto con correa de tobillo negro, liguero negro y nada más. Sus pechos eran magníficos, su cuerpo impresionante. Lo que siguió fue una noche increíble de sexo. Ella me dio un beso y retiró el dispositivo de castidad que llevaba de forma contínua desde hacía dos meses. y utilizaba una sola mano en mí para mantenerme duro a mí me parecieron horas muy intensas, diciéndome lo mucho que le gusta su nuevo juguete y que no me corriera aún. Me quedé de piedra cuando ella se masajeaba a sí misma mientras yo estaba esposado, y vi que ella se corrió dos veces, y yo aún la tenía dura y sin haber eyaculado aún. Ella pasó las manos por mis esposas, asegurándose de que estaban seguras, y luego volvió a su caricia lenta y paraba al rato, me estaba volviendo loco. Finalmente fue cuando ella me montó y empezó a cabalgar lentamente. Cuando empecé a empujarla, ella simplemente me dijo. "Quédate quieto! Y no te corras!" "Yo me encargo- ya te diré cuando haya terminado. Al principio fue rebotando, y después de unos 10 minutos de molienda lenta, ella me dejó correrme pensé que me estaba muriendo. Todo mi cuerpo se convulsionó con el más intenso poderoso, e impresionante orgasmo que he tenido nunca. Nos quedábamos a dormir juntos, yo todavía esposado. Me desperté a la mañana siguiente con el olor del café. Empecé a levantarme, pero mis manos estaban aún esposadas. Yo estaba sintiendo ganas de ir al baño, pero ella insistió en que primero me serviría el desayuno en la cama. Yo todavía esposado, ella me alimentaba- hacía mucho calor, y ella todavía estaba llevando sólo las medias y zapatillas. Entonces ella me puso una mirada muy seria en su rostro, y comenzó a hablar. "Miguel, ¿tú has notado lo felices que son mis padres? ¿No te gustaría que nuestro matrimonio fuera como el de ellos?" Tuve que admitir que sí que parecían la pareja perfecta. Siempre sonriendo y riendo juntos, y parecían muy afables. Su papá parecía siempre estar haciendo alguna cosa como las compras de la casa, ayudando a limpiar la casa, hacer recados, etc. "Mamá me dijo que el secreto de su matrimonio. Era que ella siempre ha sido el centro de la vida de mi padre, porque se aseguró de que ella siempre sería la persona más importante en su vida. Mi abuela se separó traumáticamente;.. mi abuelo tuvo un lío con otra, y la abuela nunca lo superó, por eso mamá estaba decidida a no dejarle que eso le sucediera a ella . Es por eso que ella tomó ciertas medidas para asegurarse de que su marido le fuese siempre fiel a ella. Yo tengo la intención de tomar esos mismos pasos contigo ". A estas alturas yo estaba muy confundido, pero nada podría haberme preparado para lo que sucedió después. Carolina cogió de nuevo la jaula de castidad y me informó de que me iba a bloquear con el dispositivo, pero esta vez iba a cerrarlo con un candado de seguridad y no con un precinto de plástico, y si yo realmente la amaba, debería aceptar su control de mi castidad y vida sexual. Ella me aseguró que iba a quitarme el dispositivo de todas las noches, por lo que no parecía malo. Ella instaló la jaula y bloqueó el dispositivo con un candado metálico. A la noche yo la miré con impaciencia para que me retirara el dispositivo para otra noche de amor tórrido. Ella me sonrió y dijo," Claro, que te lo voy a quitar- tan pronto como tus manos estén esposadas a la cabecera de la cama. "Cuando empecé a protestar, ella sólo dijo que su mamá siempre había esposado a su papá a su cama desde la noche de bodas, y ella la intención de hacer lo mismo conmigo. "Por supuesto, no tienes que estar esposado, si realmente no quieres. Pero no voy a tomar retirar la jaula de castidad a menos que estes esposado. Esposado la jaula se retira; sin esposas y se mantiene en su sitio. Tu decides! "Yo accedí a regañadientes y yo mismo me puse las esposas, y pronto estuve bloqueado a la cama una vez más fué retirado el dispositivo de castidad. Carolina al retirar la jaula, enseguida se me pone el pene rígido, y ella a horcajadas sobre mí, y empieza un largo viaje, lento. Me había advertido de que no hiciera ningún movimiento que no habría orgasmo para mí si lo hacía- Permanecí inmóvil, palpitante, mientras ella lentamente se deslizó hacia arriba y hacia abajo en mí. A veces se detenía, incluso salía fuera de mí, y luego usar mi miembro para darse masajes a sí misma y alcanzar un largo orgasmo, ella me dice lo bien que se sentía. Esa primera semana de luna de miel. Sólo me corrí dos veces, pero ella se corrió varias veces al día. Ella ahora tiene el control total sobre mi castidad. La jaula de castidad metálica es muy segura y no puedo retirarlo sin romper la jaula. Las noches me las paso limpiando la mayor parte de la cocina y haciendo el resto de la limpieza de la casa, y al dormir casí siempre debo estar por lo menos 30 minutos entre sus piernas, lamiendo hasta que ella se corre al menos una vez, pero a menudo dos veces. Luego se duerme. La rutina rara vez canvia, a ella le gusta que me desnude, para poder verme dentro de la jaula de castidad, entonces yo me pongo las esposas a la cabecera, y me retira la jaula. La mayoría noches ella me la pone dura con su mano, ella me la mantiene dura con fuerza por un rato mientras me besa, luego ella se da masajes a sí misma con mi pene hasta que ella tiene otro orgasmo. Luego se da la vuelta y se va a dormir. Me he quedo sin poderme tocar y duro, es la única forma en que le gusto. A la mañana siguiente, al despertarse ella vuelve a instalar el dispositivo antes de retirarme las esposas. Si tengo suerte, me permite un orgasmo a la semana, pero he llegado a estar hasta tres semanas sin uno; si alguna cosa le desagrada, ella retrasa mi placer, siempre y cuando ella quiere. Sin embargo, raro es el dia cuando ella no se corre al menos una vez. A ella le gusta decir que el día de la boda, ella se puso un anillo en mi dedo, pero al dia siguiente, ella me cerró un anillo más importante alrededor de mis bolas, y ella tiene la intención de que siga siendo así, mientras estemos casados. Todavía yo la amo - pero nunca soñé que esto terminara así con orgasmos arruinados y poluciones nocturnas-.

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