El Servicio Doméstico
Capitulo primero
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Se ofrece empleada para el servicio doméstico. Tel: XXXXXXXXXX
Preguntar por Z.P.
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Todo
comenzó cuando tuve algunos problemas de salud y tuve que retirarme de
mi trabajo. Al verme en casa con tanto tiempo libre, empezaron a revivir
mis fantasías de estar sometido a las decisiones de mi esposa, algo que
a ella no le ha llamado la atención, pero ante mi insistencia, algunas
veces me ha querido seguir la corriente con algunos juegos
instrascendentes en la privacidad de nuestra habitación, más por darme
gusto que por su propio deseo de someterme. Definitivamente a ella no le
va el rollo de la dominación femenina, he tratado muchas veces de
llevarla a jugar en este campo y me he apuntado a algunos cursos de
cuidado del hogar. Sin que ella apenas lo note, he empezado a asumir las
labores de casa, así como me he vuelto un poco más cariñoso y atento
con ella, alguna vez me preguntó a qué se debía ese cambio y mi
respuesta, obviamente tratando de encarrilarla en mis fantasías de
sumisión, fue que ella se merecía tener un marido obediente a su
servicio y que le ofrecía que controlara mi castidad, disponiendo de
cuándo y cómo podría correrme, incluso compré una jaula de castidad para
que ella conservara las llaves. No me hizo muy buena cara, pero me
siguió el rollo por un tiempo, aunque perdió el interés después de un
par de semanas. Me sentí un poco frustrado, pero no perdí la esperanza
de llevarla a cumplir con mi fantasía, quise mostrarle los beneficios
que traería para ella el tener un marido obediente y sumiso, que ya no
tendría que ocuparse de las labores del hogar y que nuestra vida sexual
tendría un nuevo impulso. Le recordé lo que vivimos en las dos semanas
en que me siguió la corriente, la cantidad de orgasmos que ella recibió
tras negarme los míos. Me dijo que no le encontraba mucho sentido a este
tipo de relación. De nuevo un sentimiento de frustración me inundó por
lo que decidí cambiar mi estrategia y no ser tan directo en mis
insinuaciones. Estaba decidido a ser la chacha de mi esposa, no
comprendía como ella despreciaba semejante oportunidad de poder manejar
todas las decisiones de nuestra relación, entonces comprendí que
tendría que esperar que ella sola comprendiera la conveniencia de este
estilo de vida. Todas las noches le daba masajes y la atendía como una
reina, la casa mantenía completamente limpia y ordenada, aprendí a
cocinar para darle gusto y usaba la jaula de castidad permanentemente,
aunque ella siempre me dejaba las llaves a disposición para que pudiera
ponerla y quitarla cuando yo quisiera. Todo esto fue inútil porque
siempre pasaba lo mismo, me daba gusto un par de semanas cuando mucho y
luego perdía el interés, de manera que terminaba yo dominando la
situación, todo lo contrario a lo que yo quería. Al fin y al cabo,
siempre encontraba todo limpio y en orden y a su marido dispuesto a
brindarle placer sin pedir nada a cambio. Entonces decidí cambiar de
nuevo mi estrategia para que ella por fin se diera cuenta de lo
beneficiosa de la situación que yo le planteaba. Empecé a dejarme sin
afeitar y me volví a propósito un poco descuidado con los oficios de la
casa, para que ella lo notara y por fin tomara las riendas de la
relación exigiéndome más dedicación y entonces le plantearía de nuevo mi
solicitud de ser dominado por ella. Esto tampoco dió el resultado
esperado pues si al llegar del trabajo había algo pendiente, ella misma
ponía manos a la obra. Decidí entonces enfrentar la situación, traté de
involucrarla y solicité ayuda al blog de Control de Castidad, donde me
recomendaron que tratara de convencerla de inscribirse en el blog de
mujeres para que recibiera consejos de cómo tomar el control de mis
orgasmos y de nuestra relación. No muy convencida accedió a mis
caprichos y fue así como me hizo comprar un vestido de mucama francesa,
obviamente guiada por el blog. La cosa prometía, empezó a exigirme un
poco de más dedicación en las labores y tomó un poco de interés por el
control de mis orgasmos, ordenó una jaula mucho más pequeña y se apoderó
de las llaves, bueno, al menos por un tiempo, pero luego de nuevo fue
perdiendo interés, entonces tuve una charla con ella en la que le
insistí en que mi deseo era ser tratado como la empleada del servicio en
castidad y además tratarla como una reina que es lo que ella representa
para mí. Su respuesta me desconcertó pues me dijo que si quería ser una
empleada del servicio en castidad, ella tenía la solución aunque no era
precisamente lo que yo le estaba planteando desde hacía un tiempo. Me
pidió esperar hasta el fin de semana y sabría a qué se estaba
refiriendo.
Llegó el
sábado y con él la sorpresa, me dijo que trajera la jaula de castidad
más pequeña y después de ponerla en su lugar me pidió TODAS las llaves,
entonces me extendió el periódico que estaba abierto en la sección de
clasificados donde había uno resaltado de manera sobresaliente. En él se
ofrecía una empleada para el servicio doméstico por días, pero lo que
me sorprendió fue encontrar el número de nuestra casa y mis iniciales.
Me dijo que si quería ser una chacha, entonces tendría que buscarme
trabajo y eso es lo que había hecho. No sabía qué pensar, de repente
había tomado el mando de las cosas, pero no de la forma en que yo
esperaba. Tendría que trabajar para ella como empleada del servicio en
casas ajenas y debería traerle el dinero que cobrara para el
mantenimiento de nuestra casa, además tendría que hacerlo siempre con
la jaula y el vestido de mucama francesa. Mi excitación, aunque
contenida por la jaula, me demostró que por fin mis súplicas habían
tenido un receptor, pues esa es una de mis fantasías más ocultas. Mi
esposa había dado en el clavo, definitivamente el blog de Control de
Castidad para mujeres había ayudado bastante en nuestras vidas.
Continuará...
Andy
Me mola...y gracias por lo de amigo!!!
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