Mi marido,Juan fue llevado a mi casa familiar para ser evaluado por Dolors (mi madre), Julia (mi hermana) y por mí. Todas estábamos buscando un hombre que encajara en el ritmo ya establecido de nuestra vida familiar matriarcal, donde las mujeres están a cargo y los hombres toman órdenes y cuidan de la casa. Por ejemplo, no hablo a menudo de mi difunto padre, pero hay razones para eso. Aunque lo amaba mucho, su opinión simplemente no importaba en el esquema general de las cosas. Sabía entregar su sueldo y entrar en la cocina y estar contento. Y estaba feliz porque siempre hizo lo que le dijeron. ¡Ése fue el secreto para un matrimonio exitoso, un marido obediente!
Cuando presenté a Juan a mi madre ella le dijo que cualquier hombre que desee unirse a nuestra familia será juzgado en tres cosas: el dinero, el rendimiento sexual y la disposición a cumplir con los deseos de mi hija, que es, a nuestro modo de ver, la manifestación del amor por parte de un hombre . Un hombre sin duda tiene que tener una nota alta en dos de estos tres criterios. Después de todo, una mujer puede tener relaciones sexuales - buen sexo - en cualquier lugar, pero esperamos más de nuestros hombres. Si un hombre es fantástico en la cama todavía es mejor si además es generoso en el tema de dar buenos regalos.
Nuestro círculo matriarcal es pequeño pero creciente. Muchas de las parejas que se unen parecen ser la esposa y el marido . Estamos viendo tantas mujeres cultas que buscan pero no encuentras a esa persona que les atienda como se lo merecen! Os sorprenderíais de cuántos hombres están entregando su paga, haciendo tareas domésticas, y estando en el camino correcto de una buena relación.La vida en nuestros hogares familiares es bastante rutinaria. No es una especie de escena femenina, sino una situación bien organizada con reglas bien establecidas para asegurarme de que Juan, ahora Juani conoce sus responsabilidades....
La única vez que mi marido Juan apareció durante la primera visita en casa de Jaime fue cuando le llamé con la campanilla para el café, cosa que mi marido trajo obedientemente, llevaba un delantal, con todas las puntillas que esperaba según le había indicado. Inmediatamente observé la reacción de Jaime ante la obediente actuación de mi esposo y no vi temor en la cara de Jaime. De hecho, parecía entusiasmado con lo que el futuro podría tener para él.
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