sábado, 3 de junio de 2017

Testimonio de K.


Esta es la historia del cambio de la pornografía y la masturbación a ninguna pornografía, y al completo abandono de la masturbación. No tengo más eyaculaciones en solitario y el sexo y mi vida es aún mejor que antes ( que era buena antes). Cuando empecé en este viaje del control de la castidad me estaba masturbando viendo pornografía quizás 3 a 6 veces a la semana. Porno veía más eso era las veces que eyaculaba. Era un hábito una dependencia. Desde los 13 o así empezé a ver porno y se creó un hábito que distorsionaba la realidad. Afortunadamente nunca llegué a consumir porno de pago, aunque estuve tentado. Incluso a los 13 años, una de las primeras novelas eróticas que leí era una novela que tenía un montón de azotes y disciplina, tipo Marques de Sade, estas cosas me atrajeron enormemente. Yo pensé que tendría relaciones sexuales a una edad temprana, pero no lo hice.
De hecho yo no habia tenido relaciones sexuales hasta que tenía más de 25 años de edad, y eso fue después de varios intentos fallidos con un par de amigas. Descubrí que yo no podía mantener una erección. Yo sabía que era heterosexual y me sentí frustado y muy molesto.
Entonces encontré con una mujer casada, 19 años mayor que yo, y yo estaba inmensamente atraído por ella y ella fue muy paciente conmigo, le expliqué mi problema y ella me recomendó la abstinencia de masturbarme durante una semana, y así por fín tuve sexo.
Desde entonces practico la castidad como forma de vida.
Ella se divorció, y luego nos casamos, hemos seguimos juntos y eso que ya han pasado años, ella ya está jubilada. No me di cuenta de que mis problemas con la ansiedad de rendimiento estaban vinculados a la pornografía y la masturbación.

1 comentario:

  1. Me identifico mucho con tu experiencia. He tenido una evolución muy parecida.
    Con 13 años comencé a masturbarme sin parar, cada vez mas, dos, tres veces al día. Así proseguí y no fui capaz de tener una penetración completa hasta los 25, con una mujer mayor que yo.
    Solo veía pornografía y leía comics y relatos eróticos de bdsm sin parar de tocarme.
    Se ve que los para los pajilleros compulsivos la castidad bien controlada es la terapia adecuada.

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