domingo, 6 de enero de 2019

Que palabra...

Tendría que haber en castellano para definir lo que siente un hombre en castidad, no es caliente o cachondo, es algo más. Los hombres se ponen cachondos, los maricones se ponen cachondos, todos se ponen cachondos. Pero los hombres se van a correr y lo dejan y los fags no. La excitación crece y muta y se convierte en algo nuevo. Y suplicando que te corras porque "estás muy cachondo" no transmite lo que realmente está sucediendo. Te desesperas. Ni siquiera necesariamente para acabar, simplemente estás lleno de un sentido de urgencia. Tienes que hacer algo. AHORA. Ya sea que esté arrancando tu jaula y quitándola o follando sin piedad o atándola o algo así, solo necesita algo. A veces me encuentro rogando, por favor, y cuando me preguntan para qué son mis peticiones, no tengo una respuesta. Alguna cosa. Cualquier cosa. Por favor. Te sientes como si estuvieras devolviendo. Ya no eres una persona, eres un animal. Cuando estás profundamente en la castidad, entiendes por qué necesitas tanto el sexo, quieres bañarte en semen, quieres ser usado y usado y usado hasta que estés boca abajo en un charco de esperma y orina, agotado y adolorido, todo para lo que podría ser usado, gastado completa y absolutamente. Y luego quieres ser usado de nuevo. Ya no está caliente. Es un sentimiento que consume todo lo que se ha apoderado de tu cuerpo y se está apoderando de tu mente con cada segundo que permanece en ti. No puede hacer nada sin pensar en cuánto mejor sería si estuviera haciendo. Uno de los momentos más vergonzosos de mi vida fue dentro de un banco, estaba esperando a que el cajero volviera y soñara despierto después de estar encerrado por un tiempo cuando me di cuenta de que había estado montando el mostrador. Inmediatamente me detuve y miré a mi alrededor para ver si alguien me estaba mirando y rápidamente me fui avergonzado cuando el cajero volvió. Eso no es simple excitación. Eso es algo más, algo mucho más intenso. Y lo peor es que cuando estás a punto de ponerte tan nervioso, desarrollas la capacidad de escalar las paredes y finalmente llegas a correrte, te lo pierdes. Al principio te sientes aliviado, puedes pensar con claridad y puedes recostarte en la cama sin volverte loco y es maravilloso. Pero entonces lo extrañas. Lo quieres de vuelta. Olvidas lo loco y desesperado que estabas y piensas en lo divertido que fue. Luego vuelves a ir castigado y sientes que la profunda desesperación se asienta como un viejo amigo que nunca se fue. Nunca puedes realmente escapar, cuando eyaculas, ahora es solo una cuenta atrás para cuando vuelvas a este estado nuevamente. Es tu vida ahora....

3 comentarios:

  1. En algunos aspectos me identifico contigo.
    Tengo ese sentimiento de ansiedad/excitación constante que sólo desaparece brevemente cuando logró correrme, después vuelvo a sumergirme en esa sensación y me encuentro agusto con ella.
    Es un ciclo y las ideas que surgen al principio se mantienen hasta que logró eyacular.
    Aveces llegó a vivir una intensidad increíble, incluso las cosas más absurdas me crean una fuerte excitación

    ResponderEliminar
  2. Un ciclo que profundiza en espiral

    ResponderEliminar