domingo, 31 de mayo de 2015

La historia de Clara.

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Parte 2:
La historia de Clara.
Juan fue el que inicialmente me propuso el uso de un dispositivo de castidad masculino. Ya apenas teníamos relaciones sexuales porque simplemente ya no me gustaba el sexo con penetración normal. Como resultado de ello, Juan tenía un apetito saludable para la masturbación que yo no aprobaba, pero toleraba para mantener la paz. Los dos vimos que estábamos yendo hacia la deriva, y  emocionalmente ya estábamos separados, pues no había nada que compartir ni se podía hacer nada al respecto, o eso creía.
A pesar de mis limitadas preferencias sexuales, tengo una mente abierta cuando se trata de nuevas prácticas sexuales, así que cuando él me sugirió el tema del control de su castidad, me acuerdo que eché un vistazo en internet con las palabras "control de castidad masculina" para ver de qué se trataba todo esto. Soy una firme creyente de que si uno sabe tanto como le sea posible acerca de un proyecto, tiene mejores oportunidades de tener éxito en ello, así que leí todo lo que pude encontrar en internet al respecto del control de la castidad masculina.
No os voy a aburrir con todos los detalles sobre la compra y la colocación de un dispositivo de castidad, pero basta con decir, que la mayor parte del trabajo se lo dejé a Juan para que encontrará y se pusiera un dispositivo que se le acoplara. Necesitó dos o tres dispositivos y numerosos ajustes, hasta encontrar un dispositivo de acero inoxidable que le encaja bien y Juan sintió que lo podía llevar tanto tiempo como yo deseaba. Rápidamente me di cuenta de que si Juan estaba con su pene encerrado, su comportamiento mejoró y se volvió más atento hacia mí. Él ya no perdía todo ese tiempo masturbándose y ese fue sin duda un avance. Él puso su exceso de energía en trabajar con las tareas del hogar y completó algunas reparaciones domésticas de nuestra casa que estaban pendientes de hacía años. Parecía estar feliz al mantenerse ocupado y yo cuando completaba alguna tarea como premio comencé a liberarlo y a estimular su pene sin que se llegará a correr. Cuando un día eyaculó alcanzando su orgasmo, noté como este buen comportamiento desaparecia durante varios días hasta que su excitación regresaba.
Al ver esto, decidí que sería mejor que Juan estuviera bloqueado de forma permanente, o por lo menos, yo le negara su orgasmo completo de forma permanente. A partir de ese momento, todo lo que hice se basó en este objetivo final que no se corra. Así es como he conseguido mi objetivo. Una vez que Juan me dio las llaves, yo le desbloqueo una vez a la semana y retiro la jaula con el pretexto de inspeccionar "mi propiedad".
Me di cuenta cada vez que la cantidad de la jaula que llenaba su miembro flácido era menor. Y al cabo de varios muchos meses, tuve que encargar nuevas jaulas más cortas y Juan ha bajado 2 tamaños los anillos que cierran el dispositivo de castidad, aún así, incluso sin un piercing PA, su jaula es muy segura y aunque pudiera sacar la parte de atrás, se agarra el escroto tan firmemente que poco placer conseguiría de acariciar.
Yo quería ir más allá, quería incluso que cualquier intento de erección leve sea sofocado inmediatamente por la jaula. Él iba a estar completamente dependiente de mí para conseguir una simple erección y por supuesto cualquier eyaculación. Al principio, yo le empecé poner el dispositivo durante una semana, seguido de un orgasmo. En cada nuevo período encerrado en la jaula, he añadido una semana más. Cuando llegamos a un mes, tuvimos una larga conversación y decidimos ampliarlo a dos meses. El tiempo encerrado no es realmente importante en esta discusión, pero lo que hice en el medio es lo que realmente nos dio un progreso significativo hacia mi objetivo final de la permanencia constante en castidad.
Las eyaculaciones de Juan siempre han sido de la misma manera. Al quitar el dispositivo sólo retiro la jaula. La base, o el anillo del cinturón de castidad, detrás de su escroto siempre se quedan puestos. Yo veía este anillo como algo de un anillo de matrimonio castidad para no ser eliminado además de que sirve el propósito de un anillo de pene para evitar para erecciones muy rápidas. Me gusta estimular Juan con la mano y con el vibrador, llevándolo cerca del punto de no retorno varias veces. A menudo me detengo y me masturbo a mí misma mientras él miraba, todo el tiempo diciéndole lo caliente que estaba. Mientras con la mano le voy trabajado hasta el final, cuando estaba cerca del límite, ya casí delirando de lujuria, yo deliberadamente bajo el ritmo o me detengo y le digo; "Juan, un día pronto voy a encerrarte de forma permanente. Quiero que me des tu castidad permanente como un regalo. Vas a hacerme saber cuando estés listo, ¿verdad?". Entonces, me gustaría llevarte al límite y permitirte eyacular. Siempre fue tan intenso, que apenas podía soportarlo y se corría intensamente. Estuvimos así durante casi un año. Más tarde, después de que Juan había sido bloqueada por un período de 3 meses, le dije que era el momento para otro orgasmo con eyaculación. Cuando cogí mi llave y para quitarlo, puso su mano sobre la cerradura y me miró. No fueron necesarias las palabras. Yo sabía lo que quería decir y le sonreí de vuelta. Le di las gracias por su regalo tan maravilloso y me puse la llave en el cuello. Aunque Juan no ha tenido un orgasmo en más de un año, todavía disfrutar de la eliminación de su jaula y la erección. Él disfruta de ella a pesar de que sabe que va a terminar sin ningún orgasmo para él. Los dos sabemos que probablemente nunca más tendrá otra eyaculación nunca más. Sin embargo, yo le libero para las visitas al médico y cuando viajamos juntos. Estamos más enamorados y felices juntos ahora que en cualquier momento en nuestro matrimonio. La castidad masculina ha sido maravillosa para nuestra relación.

1 comentario:

  1. Me dejaste enamorado, si una diosa como tu me propone algo así yo sería realmente muy feliz, estregarle mi castidad eterna seguramente dedicaría mi vida ha hacerla muy feliz.

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