viernes, 26 de junio de 2015

La castidad condiciona la vida en pareja.

Yo puedo hablar desde mi propia experiencia que puede que seguro es distinta a cualquier otra , la verdad es que mi pareja al principio hace ya varios años era reticente a ponerme el cinturón de castidad. La convencí y empezó por periodos cortos y distantes entre si y poco a poco se fueron alargando hasta que hoy en día ya no me lo exige llevar, pero insiste en que no desea que yo llegue al orgasmo. Se ha convertido en un la juego de denegación permanente de mis orgasmos.
Al principio su idea de que yo nunca me corriera me pareció una fantasía imposible de cumplir. De hecho yo estaba convencido de que era imposible para un hombre estar mucho tiempo sin orgasmo, pero no es así, en seis meses sólo he tenido un orgasmo y fue involuntario, no buscado y
por un descuido mío. Ya no siento la necesidad de masturbarme como antes, cuando hay momentos de tentación siento más placer en aguantarme y guardarme para ella que masturbándome. Sentiría una gran decepción conmigo mismo y por eso ni lo intento. Si mis sensaciones continúan así, creo que voy a estar muchos años sin correrme si ella quiere.
Como he dicho al principio, ella era reticente a que yo usara el cinturón de castidad y ahora sólo me lo pongo a veces, pidiéndole permiso a ella siempre antes. Siento que lo necesito llevar para evitar tentaciones y estar más tranquilo. Ella no me exige llevarlo. El control de la castidad se basa en la honestidad y confianza.
Con la castidad nuestra vida ha cambiado, al principio yo hacia solo alguna tarea del hogar, pero el aumento de la libido al no eyacular me mantenía predispuesto a realizar cada vez mas y mas tareas de casa, hasta que todas esas tareas se convirtieron de forma tácita en una obligación mía, aunque ella no me pidiera nada expresamente, sólo lo decía como si ella tuviera un problema, o como una sugerencia, "cariño ya puedes lavar los platos"o "mira, eso está sucio". Al principio alguna vez los limpiaba, pero ahora, casi sin darme cuenta ya llevo varios años en que sólo yo lavo los platos, o pongo el lavavajillas, la lavadora, hago la cama y la compra. Lo mismo para barrer, fregar, hacer los baños, planchar, hacer la compra y cocinar, aunque a ella le gusta cocinar algún fin de semana.Ella nunca toca el agua con la excusa de cuidar su delicado cutis, y a veces hace alguna cosa en casa, lo que le apetece.
Los sábados por la mañana me levanto mucho antes que ella, y friego el suelo y limpio la cocina para que esté lista para que este a su disposición para que ella la use si quiere. Yo incluso me sorprendo de que tenga ganas de hacer estas cosas, no se trata de ninguna humillación, siento ganas de que ella esté tranquila y relajada, es como una necesidad, y si me dice que prepare la comida tampoco me supone ningún problema. No se trata de sumisión ni nada de eso, al menos no lo vivimos así. Me he vuelto mas cariñoso y respetuoso con la opinión de ella, ya digo que hablo de forma personal. Tenia tendencia a contradecirla y ahora incluso siento placer de obedecer sus propuestas y no discuto con ella por tonterías.
Hoy por hoy siento que es mi pareja la que decide hacer uso de mi pene y follar. Ella lo propone cuando ella quiere, y yo siempre la dispongo dura para ella.
Creo que el aumento de la libido es más por no tener ni desear tener el control sobre el deseo propio. Definitivamente si la castidad condiciona la vida en pareja a mejor.

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