viernes, 18 de diciembre de 2015

Más satisfacción, más frustración.

Aunque ya llevamos años practicando la castidad Diana, mi mujer, aún insiste en que me dedique por completo a sus necesidades. Yo tenía un montón de frustración sexual por mi parte mi orgasmo del mes de diciembre aún no aparecía y no estaba a la vista. Al mismo tiempo, había un montón de satisfacción derivada del conocimiento de que yo era capaz de complacer a Diana lo largo del día. Su recuento de orgasmos durante el mes sigue aumentando mientras los míos continúan estancados en cero.Recibí una recompensa con la oportunidad de disfrutar de una de mis actividades favoritas con Diana. Emparejar los sujetadores con las bragas, ella los puso en la cama por la tarde. Pasamos casi dos horas de relax ordenando la ropa interior. Sí, dos horas.Dos horas pueden parecer mucho tiempo y en cierto modo lo es, sobre todo cuando se está encerrado en una jaula de castidad y sus pene se estira hasta los límites de la jaula de confinamiento. La capacidad restrictiva de la jaula se puso a prueba durante todo el tiempo y más allá después de que yo ayudara a Diana a alcanzar nuevos orgasmos que añadir a su cuenta particular, los primeros con nada más que los servicios de mi lengua y los otros, los más fáciles y rápidos, con la ayuda de la varita mágica de confianza. La sesión terminó con una larga devoción a ella.
Ahora quizás puedas comprender mi frustración. Pero al final, aunque sin orgasmo para mí, fue un día muy gratificante y satisfactorio, pues conseguí expresar mi devoción sexual a Diana. Parte de mi satisfacción viene de la comprensión de que mis necesidades sexuales son secundarias a las de ella. Y aunque el mío no se consigue físicamente ni de lejos, disfruto con los de Diana como si fueran propios. Ella se ocupa de que mis necesidades se cumplan de otras maneras.Más satisfacción, más frustración.

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