miércoles, 30 de marzo de 2016

La importancia del castigo en la disciplina doméstica.

nullEl castigo es esencial para proyectar el poder y te sorprenderás de los efectos que tiene en tu matrimonio.
Como ya se ha dicho en muchos otros posts de este blog, una esposa debe prohibir seria y estrictamente a su marido masturbarse. No me voy a extender en las razones, si conocéis el blog, ya las sabéis. Esta prohibición debe aplicarse seriamente si lo que pretendéis es ser eficaces y que os resulte útil. En caso contrario si se masturba a tus espaldas, es una inútil pérdida de tiempo, todo será vano e inútil.
Debes dejar bien claro a tú marido o novio que si él se masturba que va a tener serios problemas contigo. Ese problema incluye según su propia naturaleza en una cierta dosis de vergüenza. La vergüenza también debe ser tangible.
Algunas de ustedes pueden estar pensando que no debería tener que castigar a mi marido como si fuera un niño. ¡Es un adulto por el amor de Dios! Otras personas que conocen mejor esto ya saben que esto forma parte de un juego sexual, y no es un castigo con intimidación o violencia física, aunque en cierta forma la hay.
En general, el hombre es más grande y más fuerte que la mujer, y no creo que nadie se crea que se ponga en posición para recibir su castigo si él no está de acuerdo. Si él se pone en la posición que le indico en las imágenes, el de forma tácita acepta recibir el castigo. Si no lo acepta se va a levantar.
nullEntiendo que algunas de ustedes piensan que no debería ser necesario castigar físicamente a su marido. Puede ser que fuera mejor no necesitar hacerlo (aunque sería menos divertido) si los esposos no dieran ningún motivo para ser castigado o amenazados con castigo si se comportaran maravillosamente. Eso podría ser bueno, pero todas sabemos que eso no va a suceder.
Los hombres no entienden realmente una cosa hasta que no lo han sentido en sus carnes. Lo que hay que aclarar es que la mayoría de las mujeres tratan de castigar a sus maridos de forma poco efectiva, poco contundente con indirectas y formas pasivas o incluso discusiones agresivas. Esas formas no suelen hacer bien en la pareja, porque el marido normalmente no entiende lo que está sucediendo y si lo hace, se resiente en su orgullo sintiéndose manipulado y en cierta manera le hace sentir débil y cobarde.
nullLos hombres respetan la fuerza. La mujer que castiga a su marido de manera directa gana su respeto y adoración. Una mujer que intenta castigar a su marido en formas, digamos, débiles e indirectas gana su indiferencia e incluso su desprecio. En cuanto a su preocupación de que tu marido no va a aceptar el castigo de tí, te puedo asegurar que la mayoría de los hombres en realidad darán la bienvenida a la idea. En otros posts de femdom encontraréis por qué esto funciona. Por ahora, lo que hay que saber es que los hombres están llenos de fantasías sexuales que rara vez sacan hacia fuera ni se lo dicen a nadie, ni siquiera a sus esposas. Entre esas fantasías esta la fascinación por la idea de ser dominado por una mujer poderosa. Cuando se disciplina a su marido él aprovechar esa fantasía con el fin de benificiarse a tí misma, a tú marido, tu matrimonio y tu familia.
Otra razón por la que va a aceptar tu disciplina es el control que has tomamdo de su eyaculación. Cuando él se ha acostumbrado a la espera de conseguir tu permiso para eyacular, él te va a obedecer sin rebelarse.
Puedes preguntarte, si él quiere ser castigado en la intimidad, pero no dejes que el castigo se convierta en una recompensa y él logre lo contrario de tu intención. Para la mayoría de los hombres no es un castigo, pero el poder de la mujer que hace el castigo, si que despierta nuevos sentimientos hacia ella. Una buena zurra, fuerte y que duela es humillante mientras está sucediendo. La idea de que tú puedes, en cualquier momento causar en él esos sentimientos te hace terriblemente conveniente para él.
Hay dos componentes en esto de la disciplina doméstica:
-Hay un aspecto de tipo juego sexual y un aspecto serio del mismo castigo.
nullEl aspecto del juego ganará su cooperación. Lo importante es que el castigo sea realmente un modificador de su conducta de forma efectiva.
El castigo puede tomar muchas formas: un simple regaño, un tiempo de espera en el rincón cara a la pared, una demanda humillante, una zurra, un dispositivo de castidad. El fundamental de todos ellos es la clásica zurra.
La experiencia de sentir el ser azotado por tí de forma fuerte y seria lo hará ser más cooperativo para tener castigos físicos menos severos, a partir de ese primer castigo. Por esto no me refiero a un simple golpe en las nalgas. También se puede utilizar, si te gusta en los juegos previos como una cosa lúdica. Lo que quiero decir es que recomiendo hacerlo de una forma seria, por ejemplo que se ponga sobre tus rodillas, desnudo, y preparado para recibir tus fuertes zurras en sus nalgas con algo que no sea la mano. Aunque puedes comenzar con la mano si así lo prefieres, pero para que sea una verdadera medida disciplinaria debes usar algo como una paleta, la parte trasera de tu cepillo para el cabello o un cinturón.
En próximos posts haré una amplia descripción de los instrumentos y técnicas que puedes utilizar para esto de introducir la disciplina en tu relación.
Este tipo de castigo directo hará que sea mucho más probable que le afecte y que observes los cambios que tu deseas ver en tu marido.
null En la mayoría de los matrimonios una mujer siente una desesperación contínua por no poder corregir algunos de sus malos hábitos o comportamientos. Esto la lleva a "castigar" a su marido de manera indirecta como he mencionado. Ella frunce los labios, trata de ignorarlo, se mosquea, cabrea, le da el tratamiento del silencio, retiene su afecto, le dice que no es tan buen marido como los otros hombres que conoce, ella puede incluso amenaza con abandonarlo. La dinámica subyacente aquí es que el único poder de la mujer siente que tiene es el poder de rechazar a su marido.
El arma definitiva, entonces, es el divorcio.
Antes de llegar a esa idea de despedirse, y aunque la idea del castigo corporal a tu esposo te suene rara, cruel o inmoral, piensa seriamente si esta forma "normal" del control de tu cónyuge puede lograr cambios más efectivos que el cabreo habitual.
nullPara la mayoría de los hombres el estado del matrimonio (en particular, la monogamia) va en contra de su naturaleza una vez que han superado la fase de luna de miel. Cuando permanecen casados lo hacen, y se sienten, por un sentido de obligación hacia su esposa o hijos, si los hay. Eso es una buena cosa pero significa que él siente que le está haciendo un favor a ella al permanecer en el matrimonio y la realización de los deberes de un esposo y padre. La amenaza de un rechazo duele mucho más que la más dura de las zurras y humilla mucho más que el castigo más embarazoso.
Después de un buen azote, fuerte, por el contrario, un marido se siente por la acción que le provocó la zurra y siente aprecio por su mujer, que ha tomado su tiempo  y esfuerzo para darle el regalo de su corrección. Cuando el marido siente que la línea de fondo es el rechazo o la amenaza o el resentimiento de su esposa, siente que es el que hace el favor de permanecer en la relación.
nullÉl pensará en sí mismo,  de forma egoísta, y si crees que puedes hacerlo mucho mejor sin mí, lo intentas. Se puede incluso decir que te toma la palabra de la separación o divorcio. Y, a partir de ahí la relación se deteriora. La mayoría de las mujeres en el matrimonio, especialmente si hay niños, se sienten aún más atrapadas que sus maridos. Debido a que el compromiso de una madre con sus hijos es más fuerte que incluso el mejor de los padres y porque sabe que es mejor para los niños que el matrimonio permanecezca unido, la mayoría de las mujeres no quieren cumplir con su amenaza de rechazo. Esto aumenta su desesperación y las hace sentir aún más impotentes para influir en el comportamiento de su marido. Una buena, o buenas zurras o nalgadas, por el contrario, construye tensiones y elimina frustraciones en el matrimonio y en realidad puede ser agradable para la mujer. Así, en lugar de sentirse impotente y desesperarse o cabrearse, una esposa puede amenazar con un castigo y que está más que dispuesta a llevar a cabo y sentir el poder y la esperanza de mantener su matrimonio en su lugar. Además, tu castigo para él será tan amoroso, como disciplinario. En cuanto al marido, que ha sido golpeadas o amenazadas de zurra, el no va a tener el resentimiento que siente cuando usas el arma definitiva del rechazo. En su lugar, el se siente realmente mal por cualquier comportamiento que ha provocado el castigo y verdaderamente agradece a la mujer que se preocupa lo suficiente como para disciplinarlo. De hecho, los maridos dan las gracias cuando una medida disciplinaria se ha completado.

1 comentario:

  1. Sílvia, coge tu chancla y os ponéis tú y M. como en la primera foto. Luego le das 10 fuertes azotes en cada nalga. Hazlo con calma, sin prisas. Después de cada uno debe darte las gracias para poder seguir al siguiente.

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