domingo, 24 de abril de 2016

En una relación a distancia, ¿quién respeta la "castidad"?

En una relación a distancia, ¿quién respeta la "castidad"?

¿La infidelidad sería una causa sin reserva para terminar? ¿Estamos dispuestos a privarnos del goce sexual durante un tiempo? ¿Nuestra relación es lo suficientemente fuerte? Esas son algunas preguntas clave a la hora de decidir si tener o no una relación de lejos.




Un conocido dicho aboga al hecho de que el amor de lejos es para pendejos, y hasta ahora parece que pocas parejas pueden contradecirlo. Un amor a distancia depende, mucho más que otro tipo de relaciones, de la confianza entre ambos y de la razón por la que están separados. 
Si es algo temporal y por un motivo que realmente sea importante para su pareja, puede ser sobrellevable. Pero si la situación va para largo y no hay manera de remediar el hecho de estar distanciados, el tema se complejiza. 

Y se complejiza porque las expectativas y realidades de cada uno son diferentes. Por ejemplo, si uno de los dos se fue de su ciudad de origen a estudiar o a trabajar, su panorama suele abrirse a nuevas personas, nuevos paisajes, nuevas sensaciones y sí a nuevas tentaciones. El que se queda puede ser quien más padece la distancia, pero en definitiva y llegado a un punto, también intentará cambiar sus rutinas. 
Pero seamos claros. Quizás que nuestra pareja conozca nuevas personas no es tan importante hasta que el sexo llega a ellas. Los seres humanos aborrecen la idea de que su pareja pueda estar con otra persona. Y aunque esta característica siempre se la endilguen a las mujeres, los hombres no se quedan atrás en el espinoso camino de los 'celos sexuales', como los llaman algunos psicólogos.

Bien sea por virilidad, por amor verdadero o porque "nadie me quita lo que es mío", el tema de que la otra persona se entregue al goce sexual y rompa los "votos de castidad" suele ser más determinante para romper una relación a distancia, que cualquier otro problema que este tipo de parejas presente. Incluso si la llegada a la cama fue sólo una vez. 
¿Y desde cuándo se llegó a esos votos de castidad? Una pregunta banal, pero que la mayoría de personas da por sentado. Cuando es hora de partir, las parejas no revisan sus expectativas ni ponen reglas claras de juego. 

"No se trata simplemente de asegurar que el amor todo lo puede y todo lo soporta. Una relación a distancia es una prueba de fuego para cualquiera que lo experimente, y desafortunadamente la mayoría de personas considera un acto de desagravio poner condiciones o reglas a sus parejas en el tiempo en el que no van a estar juntos. Pero cuando eso no sucede, las consecuencias llegan más temprano que tarde", asegura un estudio de la organización Prisma Psicología con sede en Santiago de Chile. 

Ese mismo texto indica que "ciertos comportamientos y expectativas de la mujer hacen que pueda ser menos infiel sexualmente bajo las condiciones de una relación a distancia. Los hombres, quizás por expresar su sexualidad sin tapujos o porque saben diferenciar mejor el sexo casual al sexo con amor, suelen no restringirse ese goce (...) no estamos juzgando que esté o no esté bien, pero ese es el panorama que se presenta", indica. 

Nada nuevo bajo el sol dirían algunos lectores. Lo novedoso entonces sería, por un lado repensar por qué es tan importante el sexo en nuestras relaciones, y por otro lado, si la partida va  hacer por un largo tiempo, cómo abordarlo desde el inicio del adiós. 

¿Cómo afrontar una separación?

1. Lo primero es cuestionarse si su relación está preparada para ello. ¿Tiene una relación fuete y confiable? ¿Hay estabilidad entre los dos? ¿Confía en esa persona? Si la respuesta eas afirmativa puede continuar adelante. Si no lo es, replantéese si podría tener una relación de lejos, y principalmente si quiere seguir con esa persona. 

2. Dejen las cosas claras. Busque un momento para que entre ambos sepan hasta dónde podrán llegar con esto. Por ejemplo, cuánto tiempo está dispuesto/a a estar distanciados, si van a tener horarios precisos para hablar, si alguno puede ir algunas veces en ese tiempo a verlo y si están dispuestos a ser fieles en todos los aspectos. 

3. ¿Qué tan importante es el sexo? Y esta pregunta tiene dos variables. La primera es qué tan importante es entre ustedes el sexo. ¿Están dispuestos a hacer sexo telefónico? ¿Sexo virtual? ¿Qué métodos van a usar para ello? ¿No les importa un tiempo lejos de un buen polvo? La segunda variable es si es importante que el otro tenga sexo con otra persona. Muchas parejas son abiertas a esa posibilidad desde que la lealtad y el compromiso persistan. ¿Podría ser usted una de ellas? 

4. ¿Podrán hablar frecuentemente? Una cosa es irse a Buenos Aires un año a hacer un curso y otro irse a la Antártida en busca de nuevas especies y lejos de la civilización. Tener claro los medios y los tiempos para poder hablar lo harán tener rutinas claras para amortiguar la soledad. 

5. Que la magia no se acabe.
El hecho de estar distanciados incrementa muchísimo la tarea de conquistar y cultivar el amor. La tecnología está a nuestro favor para ello. Mándale flores, escríbale una carta, ayúdese de sus amigos y familiares para planear cosas que la sorprendan y que en últimas le ayuden a mantener caliente el fuego mientras se está lejos.

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