miércoles, 20 de julio de 2016

Mi método anticonceptivo: La castidad.

Al principio de nuestro noviazgo, mi marido siempre me decía que quería ser mi "sumiso sexual", y me pedía que le humillase y le usara, pero a mi siempre me dió cosa, me parecía muy raro.

Poco a poco me fuí atreviendo con algunas cosas: le ataba a la cama, le pedía que llevara braguitas y medias, sujetador... cosas "light".

Sin embargo, cuando nos casamos hace 8 años, decidí darle la gran sorpresa y le compré una jaula de castidad. En nuestra noche de bodas, le vendé los ojos, le até a la cama y se la chupé y masturbé durante un par de horas, pero sin dejar que se corriera. Cuando, desesperado, me pidió que le dejara correrse, le coloqué la jaula de castidad y cerré con un candado. Nada más hacerlo me excité muchísimo. Sobretodo porqué él aún no sabía que las llaves del candado las había dejado en casa a posta, y ibamos a estar fuera durante 14 días.

Durante esos 14 días descubrí lo mucho que me gustaba tenerle sometido a mi. Mientras él no podía tener sexo, yo le pedía que me besara, y me masturbara todas las noches, y durante el día me vestía lo más sexy que me atrevía para que él estuviera siempre excitado. A mi me gustaba la sensación de poder, y a él la de sumisión, así que lo seguimos practicando.
La otra sorpresa fué que cuando fué a coger su ropa de la maleta allí sólo había ropa femenina de su talla,y una peluca. Tendría que salir vestido de mujer del hotel durante todos esos días.

Desde ese día, sólo le he permitido tener un orgasmo, el día en que quería quedarme embarazada. Siempre cuando le quito la jaula, siempre le tengo atado y es para, o bien limpiarle, o bien excitarle, pero siempre sin correrse. Aún así, una vez al mes, le penetro analmente con un consolador hasta que libera algo de semen.

Nunca he necesitado utilizar método anticonceptivo. Él sólo ha podido follarme desde que estamos casados, para concebir, aunque siempre alberga alguna esperanza. Tenemos una vida sexual muy excitante.

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