domingo, 29 de octubre de 2017

Doctorado en castidad.

Anna era una científica. En su trabajo como técnica de laboratorio, tenía una amplica experiencia realizando experimentos usando precisos y complejos cálculos estadísticos y con base científica. En aras de la máxima precisión, los resultados de estos experimentos siempre eran cuidadosamente registrados por sensores que enviaban los datos automáticamente a los ordenadores para el proceso de datos. Anna tenía mucha experiencia en su campo y era una muy buena científica. Pero Anna tenía otro lado que solo algunas personas conocían. Para relajarse después del trabajo, se entretanía buscando en Internet información sobre la temática de la dominación femenina. Durante toda su vida ella fue una mujer dominante y soñó con tener algún día un esclavo de forma permanente. Pero, lamentablemente, ella nunca podido cumplir con esta fantasía. Tenía 29 años, era bastante alta (alrededor de 1,75m) y tenía un cuerpo firme, femenino y atlético, pero usualmente vestía de forma bastante conservadora con pantalones y pocos hombres se fijaban, alguna vez se esforzó en ponerse algún vestido sexy (lo cual rara vez lo hizo en el trabajo por no decir nunca), ella sabía que no tendría problemas para conseguir pretendientes. Desafortunadamente, Anna estaba muy dedicada a su trabajo y no tenía tiempo salir a buscar a algún candidato, así que no tardó mucho tiempo en sus búsquedas por internet en encontrar el blog de control de castidad para mujeres y en fijarse en una sección de contactos de un blog muy diferente a todos los que había visto antes sobre el control de la castidad. Sin dudarlo se inscribió al blog de mujeres y fué visitanddo ese blog que se actualizaba cada día.
Un día en que Anna salió después del trabajo con su compañera de trabajo Wendy. Wendy era un poco más joven que Anna, un poco más bajita, tenía un cuerpo fantástico de muchas horas de gimnasio. Había sido un día difícil, y tanto Anna como Wendy ya que tuvieron problemas con su jefe masculino. Después de algunas cervezas, comenzaron a hablar en broma sobre lo que les gustaría hacer con su jefe. No pasó mucho tiempo antes de que Anna se diera cuenta de que Wendy compartía su fantasía de dominar a los hombres. Wendy realmente no tenía ningún conocimiento sobre el tema, por lo que Anna comenzó a hablarle del blog al que se había apuntado. Le contó cosas que había descubierto sobre la castidad forzada y compartió las direcciones de esos sitios web. Wendy estaba llena de preguntas, y su única pregunta cambiaría el mundo de Anna para siempre. De una científica a otra, ella preguntó: "¿Alguien ha dado alguna vez un enfoque científico a esto de la castidad, para determinar cuál es el punto de máxima estimulación, sin que el hombre pueda llegar al orgasmo?" Anna estaba fascinada. Ella buscó y buscó sólo fue capaz de encontrar un estudio publicado hacía dos años en el blog de control de castidad, pero no indicaba las fuentes y no tenía consideración de un verdadero estudio científico sobre el tema. De repente, los dos mundos de ciencia y sexo de Anna comenzaron a colisionar ... y Anna estaba más emocionada que nunca. Pronto Anna y Wendy comenzaron a planificar la investigación, en pensar que sería un tema interesante de investigación para el doctorado. Comenzaron a reunir equipos, juguetes sexuales y cosas similares. Anna convirtió una habitación del sótano del chalet en el que vivia en un laboratorio-mazmorra. Anna comenzó a buscar más seriamente en la sección de contactos de control de castidad a un hombre dispuesto a ser un esclavo en castidad permanente. Después de muchos intercambios fotográficos y algunas reuniones cara a cara, encontraron a su hombre. Jaime era un recién graduado universitario de 24 años, un ex nadador con un cuerpo duro como una roca. Tanto Anna como Wendy se sintieron atraídas por su cuerpo, pero aún más por su actitud sumisa y dispuesta a complacer. Una noche Jaime fue invitado a la casa de Anna. Anna le ordenó que se desnudara, y ella lo midió cuidadosamente en busca de un cinturón de castidad, no una jaula como las que se había comprado Jaime y que usaba en solitario. Era necesario usar un cinturón ya que tenía que ser 100% seguro para garantizar la validez del experimento científico y garantizar que las estimulaciones que tendría Jaime serían totales y completas. Toda la experiencia de adaptación fue demasiado estimulante para que Anna se parase, así que permitió que Jaime besara su coño por un rato después de que terminaron. Era la primera vez que Anna realmente se permitía recibir placer sin sentir la necesidad de devolver algo. Ella se estaba convirtiendo en una verdadera dominante. A Jaime le dijeron lo que esperaban de él. Sería un esclavo en estricta castidad, se espera que hagas todos los deberes que un esclavo debe hacer, pero también serás el conejillo de indias en nuestro experimento científico. Si todo iba bien, podría esperar ser objeto de estimulaciones sexuales como nunca antes nadie había estado estimulado, pero también iba a ser el más fustrado sexualmente. Una vez que Jaime vio a Anna y Wendy luciendo vestidos sexys, estuvo completamente de acuerdo con sus condiciones y firmaron un contrato de castidad. Cuando llegó el cinturón de castidad de Jaime,  llegó la hora de la primera sesión. Después de que Jaime probó el cinturón (se ajustaba perfectamente, y no había posibilidad de escapar), se quitó el cinturón y Jaime se desnudó. Sus manos estaban aseguradas sobre su cabeza, y sus tobillos atados a unos pernos en el suelo. Una manga vibrante de alta calidad se conectó firmemente a su pene. Se insertó un tapón vibratorio anal a tope, y se conectaron abrazaderas vibratorias para el pezón. Todos los estimuladores se unieron y se conectaron a un complejo sistema informático. Se instalaron sensores para controlar la frecuencia cardíaca, la temperatura corporal, una mascarilla para medir la respiración, niveles de glucosa y CO2 en sangre, la presión arterial y más parámetros de Jaime, y todos estos datos enviaban via wifi a un potente ordenador del laboratorio. Mientras Anna caminaba alrededor de Jaime con su ajustado corsé de cuero, burlándose de él, Wendy estaba al mando de los sensores y de la correcta recogida de datos del sistema informático. Lentamente, gradualmente aumentó la estimulación de la polla, los pezones y el culo de Jaime mientras medía sus signos vitales. A medida que las vibraciones se hicieron más intensas, Jaime comenzó a empujar en el aire y gemir. Anna sonrió y se burló de él, mientras Wendy registraba el momento exacto en que estas cosas comenzaban a pasar y Jaime se corría. Toda la sesión era grabada con varias cámaras de video para su posterior revisión.
La semana siguiente, Jaime llegó ansioso por salir de su cinturón de castidad, tenía un tubo por el que debía orinar siempre sentaddo, sabía que se iban a repetir las estimulaciones de la semana anterior. Todo era igual... solo que esta vez, Wendy y Anna habían hecho algunos ajustes basados ​​en los datos recabados en la sesión de la semana anterior. Cuando los signos vitales de Jaime alcanzaron ciertos niveles, cuando su ritmo de inhalación alcanzó cierta velocidad, etc., estos eran signos de un orgasmo inminente. Entonces la estimulación se redujo. Esta teoría se probó con éxito durante aproximadamente 45 minutos. Jaime tenía su pene duro como una roca y estaba intentando estimularse empujando casi todo el tiempo. Wendy jugó su cuerpo como un instrumento cuando Anna se burló de él. Pero finalmente, una vez más, llegó a un gran orgasmo.
 Después de varias semanas, Anna y Wendy habían refinado su fórmula. Esta vez, Jaime se mantuvo duro como una piedra, empujando y gimiendo durante 3 horas, la cantidad máxima de tiempo que podía permanecer duro sin riesgo de daño físico. El sudor corría por su cuerpo y estaba suplicando por su liberación. Pero nunca fue capaz de correrse. Finalmente, la sesión oficial se terminó y su cinturón fue puesto nuevamente en su lugar. Pero esta vez, como Jaime todavía estaba tan caliente, Anna le preguntó si le gustaría comer su coño. Él aceptó con entusiasmo, así que ella lo desató y se subió a la cara. Comió ansiosamente, llevando a Anna a varios orgasmos. Cuando finalmente se levantó, Wendy estaba esperando volver a sentarse. Los eventos de la noche la habían dejado demasiado caliente ... ¡necesitaba liberarse! Después de otro mes más o menos, Anna y Wendy perfeccionaron su fórmula. El modelo matematico creado por el ordenador en base a los datods de los diversos sensores podía predecir con alto nivel de precisión, más de un 99% de certeza cuándo Jaime llegaría al orgasmo y así se ajustaría su estimulación de manera adecuada para evitar su eyaculación. Con un cinturón del que era imposible que él se pudiera tocar y una fórmula científica a prueba de errores, Jaime se vio obligado a una vida de castidad total. Jaime y Wendy se mudaron a la casa de Anna para poder tener sesiones con más frecuencia, por lo que Jaime podría servirlas como esclavo permanente permanente las 24 horas, los 7 días de la semana. A él le apuntaron al curso de empleada de hogar, él cocinaba y limpiaba, rara vez salía de la casa y rara vez usaba ropa. ¡A Anna y Wendy les gustó la forma en que su cinturón se veía contra sus músculos!
A menudo después de completar su sesión de 3 horas, se le indicaba a Jaime que se tumbara sobre su espalda. Un strapon gag se colocaba sobre su barbilla. Así Anna cabalgaría en su cara. Luego se le ponía sobre su cinturón a modo de pene en su polla encerrada en el cinturón, y Wendy se encargaría de disfrutar de sus músculos, sin ningún riesgo de embarazo. A veces, Anna se daba la vuelta para que Jaime pudiera besarle el culo, mientras ella besaba y acariciaba a Wendy mientras cabalgaban juntas. Era la vida que todos ellos siempre habían querido ... ¡una fantasía convertida en realidad a través de las maravillas de la ciencia!
Anna después de este tiempo considera necesario buscar a otro esclavo para validar la fórmula.

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