martes, 28 de noviembre de 2017

Mía en la costa

Mía decidió irse unos días a ver el mar. Aunque ya no era temporada todavía había gente y estaba agradable para estar leyendo Grey en la playa.
En ese momento escucha que alguien la llama por su otro nombre, con un acento extranjero, cosa que la sorprendió doblemente, al darse vuelta vio un cuerpo que parecía no terminar más, un metro noventa de puro chocolate negro, con sus músculos tallados como por da Vinci, y una sonrisa tentadora, habló dos pavadas, se fue y volvió al toque y le dijo ten te regalo esto, y le dio un pañuelo que vendía junto con un papelito que decía llamame, obviamente era su número de celular. Ella lo agendó.
Al otro día amaneció tormentoso, esos días que no podés salir del departamento sin que se vuele el alma, por lo tanto siguió leyendo adentro del departamento mientras miraba el mar desde la ventana. Mientras se cebaba unos mates le mandó un mensaje al celular de Leandro, así se llamaba el negro que había conocido en la playa, él le contestó al instante, como si estuviera esperando que le mandara el mensaje, ella le dijo que se iba a bañar x si no contestaba, él le preguntó si necesitaba ayuda, “jajajaja” respondió ella, al salir del baño leyó el mensaje que le había mandado Lean, le preguntó si podía ir a su departamento, ella sin pensarlo le pasó la dirección, era una persona grande pero igualmente un poco de miedo sintió, antes de que se empezara a hacer la cabeza sonó el timbre, le abrió y ahí estaba él, con su sonrisa, ella se quedó helada, en ese momento no sabía si dejarlo o no pasar, “puedo entrar” le preguntó con una sonrisa, ella sin decir palabra se corrió para dejarlo pasar, al dejarlo pasar le miró la cola que en la playa por la túnica que usaba no se le podía ver bien, espalda gigante, cintura chiquita, culo parado, a Mía se le empezaba a hacer agua la boca.
Se sentaron en el sillón a ver una peli de terror mientras hablaban, un poco casi nada, se notaba cierta tensión sexual que en breve seguramente explotaría, Leandro dijo “me puedo sacar la remera porque estoy transpirando mucho”, “claro” respondió Mía, ver de cerca el torso musculoso, grandes pectorales, abdominales perfectos, él le pasa el brazo por sobre los hombros, ella apolla una mano en los abdominales y lo acaricia, pasa su mano desde el pecho hasta sus abdominales, él la agarra de la nuca forzándolo a mirarlo, le la besa, al mismo tiempo que con una mano le acaricia las tetas, ella con la mano en los abdominales siente como la pija del negro casi se le sale de los pantalones y le llega a su mano, con un dedo levanta un poco los bóxer para darle libertad a la pija que avanzó sobre los abdominales, metió la mano para agarrarla, nunca había tenido una tan grande, dura, sus venas parecían que iban a explotar, le bajó los pantalones y comenzó a chupársela, era un esfuerzo chupar semejante pija pero eso la exitaba más, mientras ella chupaba él jugaba con sus desdos que eran también enormes, con su concha y su culo, él le pidió que parara porque iba a acabar Mía no lo hizo caso o no escuchó, una cantidad de leche inmensa llenó la boca de Mía, ella no pudo tomársela de un solo trago, Lean comenzó a sacarle la ropa y la dejó totalmente desnuda, “bella” le dijo una vez que le tenía sin una sola prenda en su cuerpo, sonó el celular de ella, Mía miró quien la llamaba y le dijo tengo que atender, solo a una persona atendería en un momento como ese, mientras hablaba se recostó sobre la mesa y apoyó los codos, Lean vino de atrás, comenzó a chuparle la concha y a jugar con su lengüita en la cola, ella trataba de disimular la excitación aunque casi no podía, desde el otro lado le seguían dando charla, ella no quería cortar y también le excitaba esa situación, que se la estén chupando mientras hablaba, de pronto sintió que se la había empezado a meter, ella seguía hablando, hasta que no pudo más y cortó, apagó el celular, y se entregó a Leandro que apoyó su mano en la cabeza de Mía y la bombeaba con su pija gigantesca, que la hacía gozar, gemir y también doler un poco. La agarró de los pelos y la tiró boca abajo contra el sillón, le inmovilizó las mano, le dio unos chirlos y le dijo “muévete bella”, Mía comenzó a mover su culo cogiendo a esa pija que la hacía acabar una vez tras otra ya sin poder llevar la cuenta, de pronto sacó la terrible pija y le llenó la espalda de leche, con su mano se la esparció por toda hasta como si la hubiera absorbido la piel.
Sin decir ninguna otra palabra se quedaron abrazados por un rato, ella se prendió un pucho, mientras él se cambiaba, al terminar le dio un pico y se fue.

Ella prendió el celular, marcó un número y dijo “hola amor como estas, no sabés cuanto te extraño”.

Mía sabía que el día anterior había hecho algo que no debía, no sabía si Tomás se había dado cuenta o no pero sabía como remediarlo y hoy estaba dispuesta a hacerlo, le mandó un mensaje a Leandro citándolo a determinada hora y dándole algunos otros detalles.
Mía le mandó un mensaje a Tomás sabía que a esa hora él estaría en su trabajo frente a la pc, el mensaje decía “llamame x Skype”, no tardó ni 30 segundos en sonar el Skype de Mía, ella antendió y le dijo “ahora no puedo hablarte, pero te tenés que quedar mirando y sin decir una palabra. Ahhhh otra cosa, no te podes mover ni para tomar algo ni para ir al baño, ni nada, te quiero ahí quietito”,  Tomás escribió si por el chat, en el trabajo no tenía webcam, ambos sabían que él iba a cumplir, no se iba a mover de enfrete del monitor. Ella desapareció alrededor de media hora, Tomás escuchó que sonó el timbre y vio a ambos pararse fente de la webcam, ella estaba vestida como le gustaba a tomás, medias negras con protaligas, zapatos negros con tacos altos de metal, una mini negra que se notaba que tenía una tanguita diminuta, Tomás especuló que era un hilo dental para sumar a su fantasía y una blusa blanca que se traslucía que no tenía corpiño. Él era un hombre negro de 1.90 m, estaba con unos jeans gastados y apretados, una musculosa blanca y ojotas, la musculosa dejaba notar que era muy musculoso, muy fibroso, el jeans que estaba muy dotado.
Frente a la cam comenzaros a besarse apasionadamente, manos acariciándose se entremezclaban, lenguas que jugaban con cuellos y orejas, él la acariciaba sensualmente pero con delicadeza, ella con el fuego de la pasión que la caracteriza, él se arrodilló para poder chuparle las tetas, sin desabrochar la blusa, pasó su lengua una y otra vez, Tomás podía ver como la saliva de Leandro lograba hacer que la blusa desapareciera dejando ver el 100% de los pezones de Mía, Tomás no dejaba que se le escapara ningún detalle, no quitaba la vista del monitor, su Ama se lo había ordenado y él estaba para servirla.  Mientras le chupaba las tetas le levantó la minifalda y le acariciaba la cola, pasaba su mano negra por la cola extremadamente blanca de Mía, Mía en esos momento solo le acariciaba la espalda, la cara y los brazos,  Mía le sacó la musculosa, lo hizo parar, se acercaron a un primer plano de la webcam y comenzó a pasarle la lengua comenzando por el cuello, siguiendo por el pecho, deteniéndose en los abdominales, mientras con las manos le desabrochaba el jean, no traía calzoncillos, sacó la terrible verga que casi no entraba en el plano de la cam, Tomás a la distancia se asombró y se sintió un poco humillado, Mía comenzó a chuparla, despació, mostrando que bien lo hacía y como lo disfrutaba. Miraba a la webcam y le sonreía a Tomás, miraba otra vez y con su lengua jugaba en la inmensa chota, miraba otra vez y se la metía entera, cerraba los ojos y gozaba chupando esa inmensa barra de chocolate, con una mano también lo pajeaba, con la otra turnaba en acariciar los abdominales y los glúteos, él intentó apoyarle la mano para sacarla, ellá entendió que Leandro estaba por acabar, empezó a chuparla y pajearlo con más ritmo cuando sintió que la leche estaba por salir, se la sacó de la boca y la lechita se derramo por la pija de leando,  así tomás podía ver en primer plano con su Ama hacía acabar a otro hombre y pasaba la lengua tomándosela toda, sin dejar una gota. Mía quedó con la cara en primer plano con la camarita, tenía alguna salpicadura de guasca que se la fue limpiando con un dedo y metiéndosela en la boca, mientras empezó a poner una cara de placer indescriptible, si bien Tomás no lo veía claramente le estaba haciendo sexo oral y él podía ver en primer plano como su Ama gozaba. Podía escuchar el jadeo, su respiración y hasta puso sentir su orgasmo.
Tomás alcanza a ver que atrás de Mía se levanta 1.90 de puro músculo y la cara de Mía se desfigura de placer, “métela fuerte” ruega Mía casi a los gritos, el morocho le hace caso y comienza a meterla y sacarla vigorosamente, a Mía le agarran carcajadas de placer y siente una lluvia de orgamos uno atrás del otro si parar, hasta que Leandro acaba. Él se queda desnudo y toma asiento no fuera del rango de la cam, Mía aparece al rato solo con la blusa puesta y un café para cada uno, ella se sienta recostándose en su pecho y pasando las piernas por sobre las de él, hablaban bajito y se reían, Tomás solo podía ver no llegaba a escuchar la charla, mientras tomaban el café se acaricianban, ella perdía su mano entre sus piernas, él dentro de su bluza. Mía acercó una silla a la webcam, puso sus rodillas en ella, se abrió un poco de piernas y era ahora el primer plano que le regalaba a Tomás, Tomás veía perfectamente su concha y su culo, él amaba tenerla así, una mano azabache entró en el plano, sus dedos se veían inmensos también, comenzó a jugar con su clítoris, Tomás podía oir en todo momento los gemidos de goce de Mía, Leandro metía sus dedos, primero uno después otro, varios, jugaba metiendo y sacando, mientras mía gemía, también comenzó a jugar con su culo metiéndole un dedo hasta el fondo, se la escuchó quejarse del dolor, lo sacó y comenzó a metérselo despacito, y ahí si Mía quería más, Leandro acomoda un poco de costado a Mía y entra también su cara en escena, con su lengua comienza a chuparle la concha, con su leguna juega con el clítoris y el culito, jugaba con su lengua y sus dedos al mismo tiempo, se levanta y empieza a penetrarla lentamente, terrible el tamaño de la pija de Leandro, Tomás no salía de su asombro, cada poquito que la metía se escuchaba un gemido más fuerte de Mía, Leandro llegó hasta la mitad y se frenó, Mía fue la que se empezó a mover, primero que la metió hasta el fondo, después bajó las piernas para estar más cómoda, y apoyó sus manos en la silla, Leandro solo se acomodó para quedar a una altura que ambos estuvieran cómodos, ella empezó a moverse para adelate y para atrás, mientras él le metía sus dedos por el culo, al rato, él saco su pija e intentó metérsela por el culo, Mía no se quejó pero Leandro se dio cuenta que el estaba causando mucho dolor y dejó de intentarlo, volvió a metérsela por la concha, Mía siguió cogiéndoselo y otra vez la catarata de orgamos, hasta eyaculó para que Tomás lo pudiera ver en un primer plano, Lenadro se sentó en la silla y Mía se sentó sobre su pija dándole la espalda a Leandro y de frente a Tomás, lo comenzó a cabalgar, Mía gozaba sin parar, se la escuchaba, Tomás la veía, acabó otra vez y al toque acabó Lean.  
Mía se prendió un cigarrillo, Lean se tiró en el zofá, ella acomodó la Cam para que nada saliera de escena, él recostado y ella acariciándole todo el cuerpo, casi no hablaron esta vez, se miraron y sonreían, Mía terminó el pucho y comenzó a chupársela de nuevo, costó un poco pero ella sabía como hacerla parar de nuevo, apenas se paró ella se le subió encima y mientras lo besaba jugaba con su pija en su concha, hasta que se le metió un poquito, la fue metiendo despacio hasta tenerla toda adentro, lo empezó a cabalgar, movía su pelvis imitando el movimiento de los jinetes, salío y se puso en cuatro en el piso, apuntando su culo a la webcam, Tomás vio bien de cerca como Leandro la penetraba y se la cogía como una pantera en celo, Mía acabó varias veces hasta que Leandro acabó, cuando sacó la pija Mía se la limpió con la boca y la lengua.
Él se vistió y se fue, Mía se puso la blusa blanca, se sentó frente a la compu, y dijo “hola Tomás mi amor, ya me desocupé, espero te hayas entretenido” y le sonrió, sabiendo que esa sonrisa para Tomás era irresistible.


Te Amo, respondió.



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