miércoles, 22 de agosto de 2018

Hoy volví a mi jaula

Buenas tardes Control.
Si bien se había decidido que agosto iba a ser un mes libre, hoy volví a mi jaula. Relato los motivos por los cuales decidí volver a mi castidad ( y con ella a mi feminización) creo que es un texto un poco largo pero espero que entienda que intente reducirlo lo más que pude sin que se pierda la intención del texto. Para ser honestas mi intención para este mes fue volverme más masculino (o al menos lo más masculino posible en este corto periodo de tiempo), me toque todos los días e intenté no jugar con mi agujerito pero para ser franca la masturbacion no se sintió tan bien como lo recordaba (tal vez había idealizado el recuerdo, no lo sé). Aun así continúe con la idea de mantener una postura masculina por lo que quedaba del mes. Desde la última semana de julio que no me afeitaba ni los brazos, ni las piernas, ni las axilas por lo cual a estas alturas ya tenía bastante vello. Me despinte las uñas y no me depile la entrepierna. Intente concertar un encuentro con una amiga para volver a practicar la penetración después de 7 meses de castidad. El encuentro de dio por fin ayer, después del trabajo, con la excusa de ponernos al día después de meses sin vernos. Nos encontramos en un bar y pasamos un par de horas hablando. La charla se extendió más de lo necesario. Sus insinuaciones iban en aumento pero por alguna razón yo me hacía la desentendida. La verdad es que me había arrepentido de la idea de estar con ella como hombre, por lo que invente un torpe pretexto y me despedí de ella con la excusa de que tendríamos que arreglar para otro momento en el cual tengamos más tiempo. En el viaje de regreso a casa me tocó viajar parado en un bus completamente lleno. El tránsito se encontraba fatal y al ser hora pico se avanzaba a paso de hombre. Apretado y algo avergonzado por el haber dado marcha atrás con la idea de estar con una mujer, me coloque los auriculares e intente obviar lo incómodo que se tornaba el viaje. No tardé en sentir el hombro de alguien empujándome desde atrás, varios centímetros por debajo de mi nalga, como queriendo hacerse espacio dentro del abarrotado bus. Yo estaba en un espacio reducido y no pensaba en apretarme aún más para que alguien que ya iba sentado este aún más cómodo por lo que me mantuve en mi lugar aun después de sentir que empujaba con más fuerza. Al principio intente ignorarlo y demostrarle que no pensaba moverme pero la presión que ejercía iba subiendo por lo que lo mire por sobre mi hombro para darle a entender que no me iba a mover. El bus tenía las luces apagadas para permitir que duerma el que quisiera por lo que no pude verlo con mucha claridad, pero era un hombre de unos veinte tantos o treinta y pocos, de pelo rapado a los lados y corto arriba. Me devolvió la mirada pero no dejo de empujar. Pensé en decirle algo o en darme vuelta para que si quisiera seguir empujándome tendría que hacerlo superando la incomodidad de tener mi entrepierna cerca de su cara pero no tenía ganas de pelearme con nadie, era tarde y aún quedaba un largo viaje por delante por lo que opté por ignorarlo y mamarme firme en mi lugar hasta que se canse de empujar. La actitud de esa persona, sumada al fracaso que fue el encuentro con mi amiga, me puso de un terrible humor por lo que no me hubiera imaginado nunca lo que pasó a continuación. Mientras el hombre me seguía empujando disimuladamente comenzó a tocarme la pierna, justo por detrás de la rodilla. En ese momento quedé congelada, estaba tan perdida en mis pensamientos que nunca pensé que las verdaderas intenciones de ese hombre no eran el de alejarme, sino el de simplemente tocarme. Al darme cuenta de lo que realmente estaba pasando me excite de sobremanera y me quedé totalmente quieta para no asustarlo. Sus caricias, que comenzaron como un leve roce, fueron haciéndose cada vez más atrevidas. Al ver que yo no me negaba, fue tomando confianza, disimuladamente elevó su hombro hasta la altura de mis nalgas mientras seguía acariciándome la pierna. Para ese punto yo ya estaba totalmente excitada. Intentaba actuar con normalidad para que nadie adivine lo que estaba pasando pero al mismo tiempo apretaba con fuerza mi nalga contra su hombro. Poco a poco él iba tomando más confianza y comenzó a mover su hombro para acariciar mi nalga. Aprovechando el movimiento del bus me coloque de manera en la que su hombro quedara entre mis nalgas. Yo estaba en el cielo, no lo había visto bien, solo sus rasgos en esa corta mirada sobre el hombro con la cual lo quise intimidar pero la cual él habría entendió como un permiso para continuar el juego. Mientras me sobaba las nalgas con su hombro una idea cruzó mi mente ¿Qué tal si esto iba a mayores? Pensé en escribir mi número en un mensaje, darme vuelta y disimuladamente mostrarle la pantalla de mi celular para hablar con él por mensaje y ver si tenía suerte. Pero antes de poder hacerlo recordé algo terrible. No estaba afeitada, ni depilada, ni con las uñas pintada y ni siquiera llevaba bragas. El pensarme así, tan poco femenina me hizo espantar. No quería imaginarme que me viera así. Estaba muy excitada y quería más pero la idea de que me tocara y notara los pelos me aterraba. Mientras yo pensaba en eso note su mano cerca de mis nalgas. No sé si lo había disimulado o fue un movimiento totalmente descarado. No podía ver lo que él hacía y la verdad a ese punto no me importaba el mantener las apariencias, simplemente confiaba en que se estaba moviendo con disimulo. Me sentía en medio de una encrucijada, quería más pero no estaba arreglada para esa situación. Me habría encantado decir que bajamos juntos del bus pero la realidad es que lamentablemente eso no pasó. Una mujer que viajaba sentada se bajó del bus y un hombre que estaba parado justo a mi lado, y también iba a bajar, me ofreció ese asiento vacío. Quise rechazarlo pero el bus iba tan apretado que se habría visto muy raro que declinara la oferta. Unas paradas después el hombre que me sobo las nalgas casi todo el viaje también bajo y yo me quede sentada pensando en que por no estar arreglada deje pasar una oportunidad. Al llegar a casa me desvestí, me coloque mi jaula, mis bragas, saque mi camisón del cajón y me acosté sin cenar. Estos días fuera de castidad y aparentando ser un hombre me dejaron en claro que eso no es para mí. El encuentro con este señor, justo al regreso de una cita fallida, me hizo entender que extraño jugar con mi agujerito, vestirme sexy y ser lo más nena que pueda ser. No quiero dejar que otra oportunidad así se me escape de las manos por lo que desde hoy estaré siempre preparada para lo que pueda traer la vida.

3 comentarios:

  1. Hola ,gracias por tu experiencia. Yo en ocasiones he dejado de usar el cb para intentar centrarme en mi sexualidad masculina y ha sido un fracaso enorme. En mi caso ha sido por falta de aceptación, ha supuesto retrocesos y no me ha llenado. Habló de mi experiencia por que no conozco la tuya, pero me ha recordado los intentos que he tenido de expresar mi sexualidad masculina, en mi caso ha sido frustrante y creó que es mejor no inténtalo. Creó que si has logrado avanzar en la feminización debes asumir que el pene no te va a aportar nada, realmente el pene está muy sobrevalorado y ya has visto tu misma los resultados. El incidente del autobús me parece muy erótico y tienes que valorar lo que sentiste. La feminización implica cambios, internos y externos y mucha aceptación. Yo he tenido mucha dependencia del pene y se lo frustrante que es quitarse el cb y ver que no era lo que esperabas.
    No obstante, toma tus decisiones y disfruta de las cosas que deseas.
    Y gracias por tu experiencia

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  2. La decisión de retirar el cb y actuar de manera masculina por mes de agosto fue por parte de Control. La idea era el volver al momento antes de tomar la decisión de feminizarme y comprobar si era realmente lo que deseaba. Se me permitió un mes libre. El masturbarme, usar ropa masculina (un inconveniente, ya que había tirado toda mi ropa interior exceptuando por un slip boxer) y tomar un descanso de mis actividades cotidianas. El hacerlo, lejos de ser un alivio, se volvió un desafío. Al enviar ese mail a Control, me recordo que deberia aguantar asi por lo que queda del mes, por lo cual tuve que retirar la jaula y volver a la incomodidad de la ropa masculina. No veo la hora de que termine el mes para volver a mis bragas, depilarme y volver a mis practicas usuales.

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  3. Si control te ha sugerido un mes de reflexión es por que probablemente será útil para ti. Ánimo, quedan pocos días y la experiencia te ayudará a empezar aceptando tu feminización con más profundidad.
    Animo, Luna.

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