Ver el prólogo.
Mi camino de la masculinidad a la feminidad.


primer
hombre con el que había estado, que no aceptaba su liderazgo sin
cuestionarlo. En el choque de trenes, alguién tuvo que ceder, y
alguien tuvo que tomar la iniciativa. La de la iniciativa era, visto lo visto,
mi esposa.
Nunca discutimos ni hablamos nada de tener una relación dirigida por la
mujer, la cosa evolucionó por la determinación de mi esposa.
Tampoco nunca hablamos de que debería ser feminizado. Eso evolucionó
también.
Ninguno de nosotros había leído nada sobre feminización forzada, ni
de femdom, aunque mi señora Alexia, siempre había liderado todas
sus anteriores relaciones de pareja. Ella no pensaba en ellas como algo
de femdom, ya que era vainilla a excepción de que ella finalmente a
través de su fuerte personalidad y su elección de novios más bien sumisos siempre
acababa mandando en sus relaciones.
Mi feminización comenzó como un juego de dormitorio. Mi señora Alexia es
una mujer que
le gusta experimentar y hacer las cosas bien, es una perfeccionista en grado extremo. No estoy seguro de
si ella misma tiene límites,
ella solo me empuja a hacer cosas. La cosa comenzó un día en que ella me pidió que aprovechara un lote de bragas que había comprado online y que me dijo le iban grandes y no se podían devolver. Comencé con unas negras para dormir y que me las tenía que
poner cada noche. Todo esto fue muy emocionante e intensificó
nuestra vida sexual a un nuevo nivel. No tenía quejas y seguí sus ideas.
Mi primer desafío para mi pensamiento fue cuando ella me pidió que usara una falda que no usaba y la tenía en el armario desde que la compró y le iba grande.
Lo tomé como parte de un juego
.
Ella por supuesto pensó que no era nada extraño, solo un cambio menor a
lo que habíamos estado haciendo
de todos modos. Accedí y ella me tenía preparada una falda. Las cosas
siguieron avanzando desde ese punto. Primero tuve que usar una falda
a ratos, luego
en la intimidad del hogar cuando llegara a casa. Esto se convirtió para ella
en su modus operandi,
para ir aumentando mi feminización paso a paso. Ella
empujaría las cosas un poco al siguiente nivel cada vez, acostumbrarme a
algo nuevo, y luego
seguir aumentando la feminización al siguiente nivel. Usualmente los
cambios eran pequeños pero siempre
incrementalmente hacia arriba. De esta manera, estando con ella en cuestión de semanas pasé a usar un
vestido cuando llegaba a
casa. Para explicarlo en términos reducidos, su
estrategia y enfoque fueron
Me gusta lo que llevas:
1. Ella me hizo usar bragas que había comprado online.
2. Mi hizo usar nuevas bragas incluso con encajes y puntillas que había comprado sabiendo que era para mí -
"Son solo otras bragas, y ya has estado usando las bragas hasta ahora sin ningún problema ".
3. Me hizo usar faldas que ya no usaba y ya que siempre llevaba pantalones.
4. Luego pasó de usar faldas, a comprarme faldas.
5. Me compró un vestido -
"Llevabas una falda, ¿cuál es la diferencia?"
6. Tenía que llevar vestido o falda en casa.Nunca pantalón.
7. Le dije que tenía frío, y empezé a usar pantys bajo la falda o vestidos.
Nunca antes había tenido el impulso de usar ropa femenina, para mí significaba romper algunos tabúes sociales en mi cabeza. Me sentí como si estuviera haciendo algo mal, algo desviado. Al mismo tiempo, el deleite evidente de Alexia al verme con ropa femenina es lo que me empujó a complacerla. Si le agradaba, entonces no era tan malo. Sin embargo, el tener que usar en casa ropa de mujer especialmente faldas y vestidos, desató nuevos sentimientos extraños y poderosos. Yo no estaba seguro si era porque parecía estar mal o había algo más allí, algo escondido en lo profundo de mí, que Alexia sacó.
La verdad es que empezar
a usar artículos femeninos y mejor los más femeninos
fue increíblemente emocionante, erótico y sensual. En los primeros días de mi feminización, cuando todavía lo tomaba como un
juego, mi esposa
comenzó a jugar con la idea de los nombres. En los primeros días me
cambió el nombre a Mari. Ella nunca me llamó nena, solo Mari d María o...quizás mari...ca. . No sé pero, ella cambió la forma de referirse a mí, solo me llama Mari para hablar o en el Whattsapp. Ahora también me llama guapa o a veces nena
. Tanto que a veces a ella lo ha usado
en público, y no sólo con desconocidos sino también cuando estamos con amigos o familiares. Ella lo usa
como algo casual en la conversación, que nadie le da ninguna importancia.
Le gustaba la idea de que yo cambiara también su nombre para referirme a ella. Ella se decidió por la Señora, o señora Alexia, y que tenía que usar siempre. Le gustaba más el título de Señora ya así había
introducido un elemento de distinción. Ser Señora implicaba a
alguien con un estatus social más alto
mientras que yo era solo Marí. Lo que no detecté fue que este fue el
comienzo de mi feminización y el juego de rol dominante / sumiso se
trasladaron fuera de la casa a la vida real.
Una vez que estaba usando faldas y vestidos en casa, mi
esposa mi dijo que ver el vello de mis piernas no quedaba nada bien, usar medias con vello no era estético. Por regalo de Navidad me compró una depiladora femenina y me persuadió para que me afeitara las
piernas en la ducha cada semana. Me encantó la sensación de llevar medias, falda o
un vestido alrededor de mis piernas y por primera vez comencé a
darme cuenta de que ser femenino era un sentimiento profundamente
atractivo. Dicho eso, nunca pensé que la cosa iba
a ser más permanente. La Señora, mi Señora...tenía otras ideas.
Lo que realmente me sorprendió fue lo lejos que la señora Alexia quería
ir en mi
feminización. Supuse que solo me quería ver llevar faldas y vestidos, y
llevar ropa interior femenina
y cosas así. Lo que realmente quería era que yo pareciera y actuara como
una verdadera chica y además sumisa. Esto implicaba su total liderazgo como la
cabeza del hogar y mi papel
como su chacha o asistenta y sobretodo sumisa.
Ella
quiere mucho más que una simple feminización a ratos o tener a un hombre en casa llevando un
vestido de mujer. Quiere un femboy sin operarme donde solo
conservaría mi
pene y mis huevos y la función biológica que se espera que realice con
ellos para ella. En todo
otros aspectos ella quería verme actuar como mujer y esto incluyó no
solo la ropa también los pechos, y la forma del cuerpo, la forma y los
peinados femeninos.
La feminidad es el objetivo final de mi Señora, es una exigencia para mí. Ella es muy clara en que si acepto eso ahora esta es
la forma en que estaré viviendo.
Ella prefiere que yo empiece a salir de casa y a normalizar el vivir
como mujer las 24 horas. Ella sabe que tiene que acompañarme y, a
veces, eso es muy difícil para mí.
Ella no quiere lastimarme, así que su enfoque es gradual, poco a poco,
para acostumbrarme. Luego pasó a la siguiente fase de mi feminización
creciente. Ella dice
es una transformación amorosa y que ella me está cambiando para bien. Me
gusta verla
feliz y la mirada en su cara cuando (una vez más) acepté un elemento más
profundo de mi
la nueva feminidad es algo maravilloso de ver. El placer en su rostro es
auténtico.
Es fabuloso este relato, me gusta y en algunas cosas coincido. A mi también me hicieron usar bragas al principio
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