Después de unos meses, y varios miles de kilómetros recorridos siempre por él, nos fuimos conociéndo más, él siempre pagaba todos nuestros gastos, las comidas, las copas, mis compras, y alguna noche de hotel de alguna escapada(en habitaciones separadas, por supuesto), nunca no le permití nunca tener relaciones de ningún tipo (yo en esos meses seguía follando con quién quería y le contaba a la nueva gente que conocía por internet como le conocí a él, mientras a él le mantenía en corto con un CB-6000), nos dimos a conocer a los amigos y familiares como novios y anunciamos la fecha de nuestra boda en unos meses.
Bea trabaja un bar de copas que cerró para celebrar la despedida de soltera a puerta cerrada. Después de tomar algo de alcohol y escuchar música, las diez amigas que estábamos allí estábamos muy animadas. En esto llegó un stripper, un negro de más de 1,90, que yo había contratado. Nadie sabía nada excepto Bea y mi novio. Pero no llegó solo, sino que vino con mi novio. Tal como habíamos acordado Bea y yo, todo parecía salir como si de una sorpresa se tratara y que yo no sabía nada y todo era iniciativa de las chicas.
Al llegar entré al lavabo con mi novio y le quité el cb 6000 que llevaba, él se alivió mucho, pues le daba mucho corte que se enteraran mis amigas de que llevaba uno.
Pero eso no fue todo. Bea saltó al escenario y, a gritos, me pidió que yo también subiera al mismo. Llevaba un paquetito de regalo de parte de las amigas en el que todas había puesto dinero. En realidad lo había comprado yo, el dinero era para la fiesta. Cuando subí, me pidió que abriera el regalo. Era un cb 6000 nuevo. Me hice la tonta cuando abrí el regalo, asegurando que no sabía que era y para que servía. Todas subieron al escenario admirando el regalo de Bea. Ella me explicó que el aparato servía para impedir que José me fuera infiel y me engañara, incluso que se hiciera pajas a mis espaldas. Bea dijo:
Los hombres no piensan con la cabeza que tienen encima del cuello, sino con la otra cabeza, con la cabeza de la polla. Si le mantienes la polla encerrada, le obligarás a usar la otra cabeza.Obviamente, con la cabeza de la polla se refería al glande. Todas reimos el chiste y algunas llegaron a afirmar, entre risas, que la afirmación era completamente cierta, como si lo creyeran de verdad.
Me hice la tonta simulando que me costaba ponérselo, cuando en realidad se lo había sacado, lavado y puesto todos los domingos durante meses. Pero cuando se lo puse hubo un estallido de risas y aplausos. Hubo comentarios como "¡Ójala le pudiese poner uno igual a mi marido/novio!" y cosas de este estilo. Bea no paraba de decir: "Chicas, animaos, quizás se dejen". Yo, por mi parte, les animé a tocar el aparato, con lo que la polla de José acabó manoseada por todas.
Y hasta aquí lo planeado por las dos. Pero hubo una segunda parte, todavía más caliente, que no fue planificada. Y continuará en otro post..
No hay comentarios:
Publicar un comentario