Cuando tu mujer me confió tu entrenamiento eras un mierdecilla prepotente y respondón.
Yo le dije que me bastaría con dos meses para ponerte en tu sitio, y fíjate, con tan solo un mes encerrado tu gen machito ha desaparecido.
Pero no creas que esto acaba aquí, querido. Tu esposa ha recibido la formación suficiente y va a seguir con tu adiestramiento. Seguirás encerrado, eso es inegociable para un sumiso.
Te llevaré así a tu casa, si, desnudo y sin la mascara.
Aparcaré a un par de manzanas de tu casa, y te llevaré a rastras mientras todos tus vecinos te ven desnudo y con esa jaula tan bonita puesta.
Y así te entregarle a tu mujer, para que todos sepan quien es la que manda, y para que ella continúe con lo que empece yo....
¿Te ha quedado claro, querido?
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