(Por
recomendación de este blog, se advierte que es mejor usar una jaula de
castidad para evitar romper el compromiso de permanecer casto hasta el día de San José -ver reto-)
Durante
esos seis meses Daniela y sus amigas fueron feminizándome cada vez más,
ya no solo tenía que levantarme una hora antes que mi esposa, bueno la
que antes solía serlo, ya que desde el día en que mi vida cambió tan
drásticamente nuestra realidad era muy diferente, debía llamarla Ama,
pues según ella eso era lo que yo quería y lo que me excitaba esas
tardes de vídeos y relatos de dominación femenina; ahora debía madrugar
mucho más porque además del cambio en mi vestuario, también debía
permanecer completamente depilado de cuerpo entero y perfilar mis cejas
de una forma bastante femenina, y cada mañana al despertar, luego de un
baño con agua helada, ya que no me permitía usar agua caliente porque
según ella no era buena para mí piel cada vez más femenina producto de
la constante depilación y el uso de cremas hidratantes, debería
maquillar mi rostro y no de cualquier forma, si al despertar había algo
que consideraba de mal gusto en mi maquillaje, tendría que limpiar mi
cara, y recibir un castigo que por lo general lo sufría mi trasero, al
principio usó un cinturón delgado de cuero, que dolía bastante y dejaba
mi culo marcado todo el día, luego compró otras cositas para 'ayudarme'
con mi disciplina, paletas, látigos, fustas, varas y hasta cepillos de
madera para el pelo castigaron mi piel y mi orgullo. Luego de servirle
su desayuno tendría que maquillarme nuevamente.
Tuve
que hacer cursos de maquillaje, manicure, pedicure, peluquería y además
uno completo del cuidado del hogar, me volví experto en lavado y
cuidado de la ropa, planchado y plegado, limpieza profunda de los baños y
cocina, pisos y todo lo relacionado con mi nueva profesión de ama de
casa.
Mi
situación era ya desesperante, no terminaba de acostumbrarme a esta
nueva vida, perdí a todos mis amigos y ya no tenía vida social, todo se
resumía en el servicio a Daniela y sus amigas, y digo a sus amigas
porque una tarde de rebeldía en mi esclavitud, habiendo terminado todas
mis labores en la casa, debo decir que estaba reluciente, decidí dedicar
un par de horas antes de que Daniela llegara del trabajo a disfrutar un
partido de fútbol que siempre ha sido una de mis pasiones. Concentrado
totalmente en el juego, que por cierto ganaba mi equipo cuando faltaban
sólo unos minutos para terminar, no sentí el auto de Daniela cuando
llegó a casa, su furia fue algo épico cuando me encontró recostado en el
sillón de la sala, tomó el control del televisor y me dió una bofetada
con tanta fuerza que creí que había roto mi mandíbula. Sabes que no
tienes derecho a ver televisión, me dijo, vete a terminar lo que tengas
pendiente, le dije que la casa estaba perfectamente en orden y la cena
estaba lista y por eso me había tomado una pequeña licencia para ver el
partido. Me dijo que la esperara de rodillas en la sala y fue a la
habitación, cuando regresó me puso un collar de metal y lo unió a una
cadena con un candado, me asusté mucho, pues siempre había estado en una
relativa libertad dentro de la casa, esta era la primera vez que veía
restringida mi movilidad de esta manera. Sacó unas esposas y me
inmovilizó las manos atrás. Luego me llevó a una pequeña habitación y me
dejó allí encadenado con la advertencia de que no podía llamarla ni
hacer ningún tipo de ruido. Tres horas estuve allí encerrado y aterrado
por su nueva actitud, realmente era otra mujer, aunque la seguía amando
como siempre e incluso más que antes pues la dependencia de ella la
había convertido en mi mundo. Cuando regresó, sin desenganchar el
candado que me mantenía preso en aquella pequeña habitación, mis manos
seguían esposadas en mi espalda, comenzó a conectar algunos cables a la
jaula de castidad que mantenía encerrado mi orgullo de hombre, bueno, si
aún quedaba algo de eso. Ahora tendrás tu castigo por perder el tiempo.
Sentí un cosquilleo dentro de la jaula que lentamente se convirtió en
un fuerte dolor derivado de las descargas eléctricas que venían de un
pequeño control que Daniela tenía en sus manos. Lloré como un bebé
debido no tanto al dolor, sino a la humillación que me causaba mi
situación, había perdido todo; mis fantasías, mis sueños, ahora eran una
aterradora pesadilla, mi nueva Ama no me permitía darme gusto ni
siquiera en cosas tan vanales y comunes como un juego de fútbol. Me dijo
que desde ahora no tendría ni un minuto libre para desperdiciar mi
energía, había hablado con algunas amigas y acordaron contratarme para
ir a sus casas y hacer todas las labores que había aprendido,
obviamente, ya que Daniela no me permitía tener dinero, ni tan siquiera
unas monedas, el pago de estos servicios entrarían directamente a las
cuentas de ella. Ahora no solo era un esclavo en mi hogar, sino que no
tendría tiempo libre, apenas unas horas en la noche para descansar, y
pasaría todo el día limpiando casas como cualquier sirvienta, lo peor
era que tendría que salir de casa para donde sus amigas en mi traje de
sirvienta, ya ni siquiera los pantalones que usé para el curso de cocina
me permitía usar. Para mayor humillación mantenía mi cabeza
completamente rapada por lo que llamaba poderosamente la atención en la
calle mientras caminaba hacia mi sitio de trabajo diariamente vestido de
tal forma, con mi cara completamente maquillada y mis tacones altos.
Sus amigas no ahorraban energía en castigarme por cualquier cosa, el
café muy frío o muy caliente o una pequeña mota de polvo era suficiente
para que mi trasero recibiera sus atenciones. La mayoría de las veces
debía atenderlas personalmente proporcionándoles placer con mi lengua,
terminaba rendido cada noche y al regresar a casa, Daniela me esperaba
con algún oficio que la mayoría de las veces ya había hecho durante el
día antes de salir a la casa de alguna de sus amiga, obviamente ya tenía
el látigo en la mano para cobrarme.
Luego
de varios meses encerrado sin descanso en la jaula de castidad, tuve
una pequeña eyaculación sin estimulación manchando mis bragas por lo
cual le supliqué a Daniela que me permitiera una liberación y un orgasmo
pues hacía mucho tiempo no me dejaba salir del encierro de mi pene, a
lo cual respondió que eso no iba a suceder, nunca más me permitiría
retirar la jaula, de hecho había encargado una nueva más pequeña y su
intención era cerrarla definitiva y permanentemente con un remache.
Lloré y supliqué pero se mantuvo firme en su decisión.
Al
día siguiente cuando regresó a casa al medio día me entregó un pequeño
paquete, fue grande mi sorpresa cuando al abrirlo me encontré con
toallas sanitarias, me dijo que desde este momento debía usarlas siempre
para evitar manchar mis bragas de nuevo. Una humillación más a mi ya
humillante vida. Además de eso tendría que cambiarla varias veces al día
y ella estaría pendiente de que lo hiciera, por lo cual siempre a donde
fuera debía llevar varias compresas para cambiarme.
Una
tarde mientras atendía a sus amigas en una pequeña reunión que mi
Ama-esposa organizó en casa, su amiga Rebeca tuvo la 'maravillosa' idea
de ofrecerme trabajo en su salón de belleza, inicialmente podría ayudar
con la limpieza y más adelante también con el arreglo de uñas y todo lo
que había aprendido en los cursos a los que Daniela me había apuntado.
Así
fue como mis horas de sueño se redujeron considerablemente pues debía
madrugar un poco más para alcanzar a dejar los oficios de la casa
terminados y luego ir a la casa de alguna de sus amigas para terminar en
la tarde en el dichoso salón de belleza. Una tarde estaba allí, cuando
en la oficina de Rebeca estaban Ángela y Daniela y sentí que me llamaron
y en voz alta, casi gritando Ángela me dijo que no olvidara cambiar mi
toalla sanitaria para que no fuera a manchar mis bragas. Entre risas las
clientas me miraron sin disimular cuando después de un 'si señora' me
dirigí al servicio con una compresa en la mano. Alguna de ellas le
preguntó a Daniela por qué aguantaba todas estas humillaciones sin salir
corriendo, ella le respondió que era yo mismo quien le había suplicado a
Rebeca que me dejara trabajar allí en las tardes y de hecho si alguna
clienta no estaba conforme con mi trabajo de sus uñas o cabello me
gustaba recibir mi corrección allí mismo en el salón frente a todas
ellas, para lo cual yo mismo le acercaría la fusta para que azotara mi
trasero.
Sumado
a todas las humillaciones recibidas día tras día, Daniela me ha dicho
que comenzará en mi un tratamiento de hormonas para que mi fantasía de
feminización y esclavitud sea más completa de lo que es actualmente, en
palabras suyas, me regalará por fin mis propios senos para que no tenga
que poner prótesis dentro de mi sujetador. Esta idea me aterra, porque
ya no habría marcha atrás, aunque esa decisión ya no me pertenece pues
hace mucho tiempo ninguna decisión me pertenece desde que mi vida es
propiedad de Daniela y sus amigas.
Así
transcurre mi nueva vida, la vida que hacía parte de mis fantasías y
ahora me abrumaba en una aterradora realidad de la cual no puedo
escapar... O no quiero ??...
Muchos
se habrán preguntado la razón por la que no he salido de esta
situación, la respuesta es muy sencilla, siempre tuve fantasías de
sumisión e incluso de esclavitud en manos de una Ama estricta que me
feminizara y controlara cada momento de mi vida, hoy sufro la
humillación de servir a mi Ama-esposa y sus amigas, bien podría dejar
todo atrás y comenzar una nueva vida en otro lado donde nadie me
conociera, pero, es realmente lo que quiero ??... Realmente deseo
terminar con este tipo de vida ??... Muchas veces me he planteado dejar a
Daniela y retomar el rumbo y el control de mi vida, de hecho se lo he
planteado a ella un par de veces y su respuesta es siempre que si quiero
irme, no me lo va a impedir, pero debía olvidarme de ella, nunca más la
volvería a ver y si daba ese paso no habría marcha atrás. Nada me
impide hacerlo, no hay vídeos ni ataduras más allá del dominio que
ejerce sobre mí. Lo que sucede es que si cambio mi vida a una vida
'normal', sería un muerto que se mueve, una persona como muchas que
renuncian a sus sueños y llevan una vida de mentira por temor a vivir lo
que en realidad los haría sentir vivos, las fantasías son ideales
cuando las soñamos, excitantes cuando tenemos la oportunidad de hacerlas
realidad y tremendamente aterradoras cuando las vivimos, pero también
son como drogas que te atan y no te permiten escapar, pues una vez
afuera, no es posible regresar y perderíamos los sueños justo después de
haberlos alcanzado. Por eso no me alejo de Daniela, la amo y sé que
también ella me quiere.
Ahora
estoy convencido de que todas las mujeres deberían encerrar en una
jaula de castidad a su marido justo en la noche de bodas y así evitar
que su vida se convierta en la nuestra, controlar la castidad de su
pareja y no permitirle que se corra para que siempre tenga la atención
fijada en su placer, el de ella y así hacerla realmente feliz.
bravisimo!!
ResponderEliminarAndyG gracias!!