miércoles, 22 de febrero de 2017

Mi nueva profesión - parte 2

(Por recomendación de este blog, se advierte que es mejor usar una jaula de castidad para evitar romper el compromiso de permanecer casto hasta el día de San José -ver reto-)

Daniela se había apoderado de mi vida, mis fantasías más oscuras estaban tomando el control de todo, ya no tenía sueños distintos a obedecer a sus caprichos, mi deseo sexual estaba al máximo tras seis meses sin ningún tipo de orgasmo, ya casi no recordaba aquellos días en que me masturbaba a diario soñando con este momento sin saber que llegaría a convertirse en una abrumadora realidad. Alguien me dijo una vez, 'ten cuidado con lo que deseas, puede convertirse en realidad'.

Durante esos seis meses Daniela y sus amigas fueron feminizándome cada vez más, ya no solo tenía que levantarme una hora antes que mi esposa, bueno la que antes solía serlo, ya que desde el día en que mi vida cambió tan drásticamente nuestra realidad era muy diferente, debía llamarla Ama, pues según ella eso era lo que yo quería y lo que me excitaba esas tardes de vídeos y relatos de dominación femenina; ahora debía madrugar mucho más porque además del cambio en mi vestuario, también debía permanecer completamente depilado de cuerpo entero y perfilar mis cejas de una forma bastante femenina, y cada mañana al despertar, luego de un baño con agua helada, ya que no me permitía usar agua caliente porque según ella no era buena para mí piel cada vez más femenina producto de la constante depilación y el uso de cremas hidratantes, debería maquillar mi rostro y no de cualquier forma, si al despertar había algo que consideraba de mal gusto en mi maquillaje, tendría que limpiar mi cara, y recibir un castigo que por lo general lo sufría mi trasero, al principio usó un cinturón delgado de cuero, que dolía bastante y dejaba mi culo marcado todo el día, luego compró otras cositas para 'ayudarme' con mi disciplina, paletas, látigos, fustas, varas y hasta cepillos de madera para el pelo castigaron mi piel y mi orgullo. Luego de servirle su desayuno tendría que maquillarme nuevamente.

Tuve que hacer cursos de maquillaje, manicure, pedicure, peluquería y además uno completo del cuidado del hogar, me volví experto en lavado y cuidado de la ropa, planchado y plegado, limpieza profunda de los baños y cocina, pisos y todo lo relacionado con mi nueva profesión de ama de casa.

Mi situación era ya desesperante, no terminaba de acostumbrarme a esta nueva vida, perdí a todos mis amigos y ya no tenía vida social, todo se resumía en el servicio a Daniela y sus amigas, y digo a sus amigas porque una tarde de rebeldía en mi esclavitud, habiendo terminado todas mis labores en la casa, debo decir que estaba reluciente, decidí dedicar un par de horas antes de que Daniela llegara del trabajo a disfrutar un partido de fútbol que siempre ha sido una de mis pasiones. Concentrado totalmente en el juego, que por cierto ganaba mi equipo cuando faltaban sólo unos minutos para terminar, no sentí el auto de Daniela cuando llegó a casa, su furia fue algo épico cuando me encontró recostado en el sillón de la sala, tomó el control del televisor y me dió una bofetada con tanta fuerza que creí que había roto mi mandíbula. Sabes que no tienes derecho a ver televisión, me dijo, vete a terminar lo que tengas pendiente, le dije que la casa estaba perfectamente en orden y la cena estaba lista y por eso me había tomado una pequeña licencia para ver el partido. Me dijo que la esperara de rodillas en la sala y fue a la habitación, cuando regresó me puso un collar de metal y lo unió a una cadena con un candado, me asusté mucho, pues siempre había estado en una relativa libertad dentro de la casa, esta era la primera vez que veía restringida mi movilidad de esta manera. Sacó unas esposas y me inmovilizó las manos atrás. Luego me llevó a una pequeña habitación y me dejó allí encadenado con la advertencia de que no podía llamarla ni hacer ningún tipo de ruido. Tres horas estuve allí encerrado y aterrado por su nueva actitud, realmente era otra mujer, aunque la seguía amando como siempre e incluso más que antes pues la dependencia de ella la había convertido en mi mundo. Cuando regresó, sin desenganchar el candado que me mantenía preso en aquella pequeña habitación, mis manos seguían esposadas en mi espalda, comenzó a conectar algunos cables a la jaula de castidad que mantenía encerrado mi orgullo de hombre, bueno, si aún quedaba algo de eso. Ahora tendrás tu castigo por perder el tiempo. Sentí un cosquilleo dentro de la jaula que lentamente se convirtió en un fuerte dolor derivado de las descargas eléctricas que venían de un pequeño control que Daniela tenía en sus manos. Lloré como un bebé debido no tanto al dolor, sino a la humillación que me causaba mi situación, había perdido todo; mis fantasías, mis sueños, ahora eran una aterradora pesadilla, mi nueva Ama no me permitía darme gusto ni siquiera en cosas tan vanales y comunes como un juego de fútbol. Me dijo que desde ahora no tendría ni un minuto libre para desperdiciar mi energía, había hablado con algunas amigas y acordaron contratarme para ir a sus casas y hacer todas las labores que había aprendido, obviamente, ya que Daniela no me permitía tener dinero, ni tan siquiera unas monedas, el pago de estos servicios entrarían directamente a las cuentas de ella. Ahora no solo era un esclavo en mi hogar, sino que no tendría tiempo libre, apenas unas horas en la noche para descansar, y pasaría todo el día limpiando casas como cualquier sirvienta, lo peor era que tendría que salir de casa para donde sus amigas en mi traje de sirvienta, ya ni siquiera los pantalones que usé para el curso de cocina me permitía usar. Para mayor humillación mantenía mi cabeza completamente rapada por lo que llamaba poderosamente la atención en la calle mientras caminaba hacia mi sitio de trabajo diariamente vestido de tal forma, con mi cara completamente maquillada y mis tacones altos. Sus amigas no ahorraban energía en castigarme por cualquier cosa, el café muy frío o muy caliente o una pequeña mota de polvo era suficiente para que mi trasero recibiera sus atenciones. La mayoría de las veces debía atenderlas personalmente proporcionándoles placer con mi lengua, terminaba rendido cada noche y al regresar a casa, Daniela me esperaba con algún oficio que la mayoría de las veces ya había hecho durante el día antes de salir a la casa de alguna de sus amiga, obviamente ya tenía el látigo en la mano para cobrarme.

Luego de varios meses encerrado sin descanso en la jaula de castidad, tuve una pequeña eyaculación sin estimulación manchando mis bragas por lo cual le supliqué a Daniela que me permitiera una liberación y un orgasmo pues hacía mucho tiempo no me dejaba salir del encierro de mi pene, a lo cual respondió que eso no iba a suceder, nunca más me permitiría retirar la jaula, de hecho había encargado una nueva más pequeña y su intención era cerrarla definitiva y permanentemente con un remache. Lloré y supliqué pero se mantuvo firme en su decisión.

Al día siguiente cuando regresó a casa al medio día me entregó un pequeño paquete, fue grande mi sorpresa cuando al abrirlo me encontré con toallas sanitarias, me dijo que desde este momento debía usarlas siempre para evitar manchar mis bragas de nuevo. Una humillación más a mi ya humillante vida. Además de eso tendría que cambiarla varias veces al día y ella estaría pendiente de que lo hiciera, por lo cual siempre a donde fuera debía llevar varias compresas para cambiarme.

Una tarde mientras atendía a sus amigas en una pequeña reunión que mi Ama-esposa organizó en casa, su amiga Rebeca tuvo la 'maravillosa' idea de ofrecerme trabajo en su salón de belleza, inicialmente podría ayudar con la limpieza y más adelante también con el arreglo de uñas y todo lo que había aprendido en los cursos a los que Daniela me había apuntado.

Así fue como mis horas de sueño se redujeron considerablemente pues debía madrugar un poco más para alcanzar a dejar los oficios de la casa terminados y luego ir a la casa de alguna de sus amigas para terminar en la tarde en el dichoso salón de belleza. Una tarde estaba allí, cuando en la oficina de Rebeca estaban Ángela y Daniela y sentí que me llamaron y en voz alta, casi gritando Ángela me dijo que no olvidara cambiar mi toalla sanitaria para que no fuera a manchar mis bragas. Entre risas las clientas me miraron sin disimular cuando después de un 'si señora' me dirigí al servicio con una compresa en la mano. Alguna de ellas le preguntó a Daniela por qué aguantaba todas estas humillaciones sin salir corriendo, ella le respondió que era yo mismo quien le había suplicado a Rebeca que me dejara trabajar allí en las tardes y de hecho si alguna clienta no estaba conforme con mi trabajo de sus uñas o cabello me gustaba recibir mi corrección allí mismo en el salón frente a todas ellas, para lo cual yo mismo le acercaría la fusta para que azotara mi trasero.

Sumado a todas las humillaciones recibidas día tras día, Daniela me ha dicho que comenzará en mi un tratamiento de hormonas para que mi fantasía de feminización y esclavitud sea más completa de lo que es actualmente, en palabras suyas, me regalará por fin mis propios senos para que no tenga que poner prótesis dentro de mi sujetador. Esta idea me aterra, porque ya no habría marcha atrás, aunque esa decisión ya no me pertenece pues hace mucho tiempo ninguna decisión me pertenece desde que mi vida es propiedad de Daniela y sus amigas.

Así transcurre mi nueva vida, la vida que hacía parte de mis fantasías y ahora me abrumaba en una aterradora realidad de la cual no puedo escapar... O no quiero ??... 

Muchos se habrán preguntado la razón por la que no he salido de esta situación, la respuesta es muy sencilla, siempre tuve fantasías de sumisión e incluso de esclavitud en manos de una Ama estricta que me feminizara y controlara cada momento de mi vida, hoy sufro la humillación de servir a mi Ama-esposa y sus amigas, bien podría dejar todo atrás y comenzar una nueva vida en otro lado donde nadie me conociera, pero, es realmente lo que quiero ??... Realmente deseo terminar con este tipo de vida ??... Muchas veces me he planteado dejar a Daniela y retomar el rumbo y el control de mi vida, de hecho se lo he planteado a ella un par de veces y su respuesta es siempre que si quiero irme, no me lo va a impedir, pero debía olvidarme de ella, nunca más la volvería a ver y si daba ese paso no habría marcha atrás. Nada me impide hacerlo, no hay vídeos ni ataduras más allá del dominio que ejerce sobre mí. Lo que sucede es que si cambio mi vida a una vida 'normal', sería un muerto que se mueve, una persona como muchas que renuncian a sus sueños y llevan una vida de mentira por temor a vivir lo que en realidad los haría sentir vivos, las fantasías son ideales cuando las soñamos, excitantes cuando tenemos la oportunidad de hacerlas realidad y tremendamente aterradoras cuando las vivimos, pero también son como drogas que te atan y no te permiten escapar, pues una vez afuera, no es posible regresar y perderíamos los sueños justo después de haberlos alcanzado. Por eso no me alejo de Daniela, la amo y sé que también ella me quiere.

Ahora estoy convencido de que todas las mujeres deberían encerrar en una jaula de castidad a su marido justo en la noche de bodas y así evitar que su vida se convierta en la nuestra, controlar la castidad de su pareja y no permitirle que se corra para que siempre tenga la atención fijada en su placer, el de ella y así hacerla realmente feliz.

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