Llega un momento en que la esposa ya ha tenido lo suyo con su amante, y no puede soportar esconderlo a su marido.
Ella lo hace usar una jaula de castidad bien apretada para evitar una erección, mientras le deja ver su móvil.
Mientras le deja mirar sus cuernos, ella se asegura de arruinar su orgasmo al dejar de estimular ràpidamente en cuanto empieza a correrse.
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