Su compañero...
Ella ya se había adaptado a esta nueva polla. Ella pertenecía a esta nueva polla. El marido escuchó sus repetidos gritos de placer que nunca los había escuchado cuando él le hacía el amor. Comenzó
a besar los pies de su esposa sabiendo que no era lo suficientemente
bueno para ella, que pasaría su vida como nada más que su compañero.
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