Por fin
había llegado el día, mucho tiempo estuvieron hablando virtualmente, sus
horarios les hacía imposible poder encontrarse.
Marian, así
se llamaba ella, no era alta, con abundantes curvas, tal cual como le gustan a
él, bueno él en esta ocasión no iba a ser él, por decisión de Marian sería ella
y se llamaría Katy, su Katy. Solo había pocos límites nada de marcas, siempre
sexo seguro y la palabra de seguridad que pararía todo.
Katy llegó
a la casa de Marian, se besaron apasionadamente, se desvistieron mutuamente y
antes que la pasión se adueñara, ella le ordenó “andá al baño” . Katy cumplió
sin chistar.
Había una
tanguita minúscula, la tanguita tenía una mariposa con unas tiritas a los
costados, también había un portaligas y unas medias, Katy entendió el mensaje y
se vistió.
Cuando iba
a salir del baño escuchó que Marian decía “no no, te quedás ahí y limpias el
baño, sobretodo la bañera y nada de andar doblando las rodillas”. Katy agarró
un trapito y comenzó por la bañera. Marian se quedó en la puerta mirándole esa
cola hermosa con la tanguita mariposa, cuidándose sobre todo de no doblar las
rodillas, no importaba Marian ya tenía pensados todos los siguientes pasos.
Agarró a
Katy bruscamente y la llevó a la habitación, la tiró encima de la cama, boca
arriba, se le sentó encima y le gritó “chupa putita”, Katy empezó a chupar con
ganas pero Marian apoyaba todo su concha y culo encima, con fuerza y no la
dejaba respirar. Katy se movía para poder respirar hasta que empezó a usar las
manos para poder sacarla. Marian se enojó agarró una bufanda y le ató las manos
detrás de la espalda y volvió a sentársele arriba, agarró un pepino y se lo
metió por la cola, sentir los gritos de Katy en su concha y culo la exitó mucho
más.
Katy
escuchó que entraron más personas a la habitación, como Marian estaba sentada
encima no podía ver nada, casi ni respirar, sintió que le agarraron las piernas,
le sacaron lo que tenía y la penetraron por el culo, Katy se retorcía, quería
moverse pero le era imposible, habían entrado 4 hombres, grandotes, peludos, 4
osos, Katy no podía hacer nada aunque estuviera desatada, Marian mientras
además se pajeaba, toda esa situación la calentaba muchísimo, le acababa en la
boca mientras ahogaba a Katy, los osos se turnaban y la seguían cogiendo, le
acababan en el pecho mientras Marian le esparcía el semen hasta que desaparecía
. Marian le preguntó en un par de oportunidades si quería decir la palabra de
seguridad, ella pararía todo pero también implicaba que no se verían nunca más,
Katy nunca la dijo.
Marian se
apartó de la escena y se sentó en un sillón improvisado con unos almohadones,
antés le dijo al oído “ahora gozá como la puta que sos” los osos dieron vuelta
a Katy y le siguieron dando por esa cola golosa, mientas Marian se pajeaba
mirando como se la cogían con gusto, ya no se escuchaba el lloriqueo de Katy, en
realidad se la empezó a escuchar gemir, Katy sintió como se inflaron los forros
cada vez que los osos acababan dentro de su colita lampiña, dos osos se fueron
a jugar con Marian, los osos la desataron, se sentaron en la cama, y le
pidieron a Katy que se siente en el piso, los osos que estaban con Marian se
arrodillaron a chupársela mientras ella seguía gozando del espectáculo, los
otros dos osos comenzaron a besarse entre ellos, mientras Katy en el piso
comenzó a chuparles las pijas, una vez cada una, las dos juntas, las pajeaba, cuando
los dos las tenían bien paradas, pusieron en cuatro a Katy y se la metieron uno
por la boca y otro por el culo, después, el que se se la estaba cogiendo por la
boca fue por detrás del otro oso y lo penetró, Katy no pudo aguantar y cayó
aplastada sobre la cama con el peso de ambos osos encima, Marian miraba casi en
primer plano el trencito del trio Katy cogiada por un oso, ese oso dándole a
Katy y recibiendo del otro oso. Los osos
acabaron casi al mismo tiempo, extasiados se quedaron un rato encima de Katy,
Marian había acabado muchísimas veces aunque ninguna pija la tocó, los osos
también habían acabado varias veces, Marian le abrió a los osos, mientras Katy
quedó tirada en la cama, violada, casi sin poder moverse y sin ningún orgamo,
Marian se le acostó a su lado, mientras con la mano volvía a jugar con su cola metiéndole
un par de dedos le dijo al oído con su voz dulce “viste, eso te pasa por
hacerme esperar tanto, si me hacés enojar de nuevo la próxima serán más machos
jugando con vos”. Katy asintió con la cabeza y la abrazó. Katy legalmente ya era SUYA.
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