domingo, 5 de agosto de 2018

PARTE 10 Autobiografía. Historia real. Memorias y forja de un cornudo casto: Capítulo VI - Se cierra el círculo.

 PARTE 10
Autobiografía. Historia real. Memorias y forja de un cornudo casto:
Capítulo VI - Se cierra el círculo.
(He cambiado los auténticos nombres para respetar la confidencialidad e intimidad de las personas
aludidas, aunque son similares a los reales)
Seguíamos conectado por webcam, yo encerrado en mi cuarto, María me ordenaba
cómodamente desde su piso al otro lado de la ciudad, su marido llegaba mucho mas tarde…
Yo (con un hilo de voz): …pe …pe …pero María, por favor… te lo ruego… si mi mujer se entera
me pone de patitas en la calle… yo… yo… lo perdería todo, no puedes hacerme esto… no sabría qué
hacer… no tendría donde ir… todo está a su nombre, el coche, la casa, todo es suyo… te lo ruego
María, por favor… me portaré bien, haré lo que quieras… (ella me veía por la cam, caí de bruces me
puse de rodillas ante ella… lloriqueando para ablandarla, conseguir su clemencia, que diera
marcha atrás en esa descabellada idea).
María: Deja de gimotear, imbécil… además ¡¡ya “haces lo que quiero”, estúpido!!
Yo: …pero María, por favor… yo…
María (claramente enfadada): que te calles, impotente!!!...
Ding-dong… ding-dong…
(me quedé petrificado al escuchar que llamaban a la puerta, al comprobar que no era un farol para
asustarme, sino que era real y estaban tocando el timbre… ERA CIERTO!!!)
Me derrumbé, como buen omega empecé a llorar abiertamente, sin consuelo… me arrastré de
rodillas, como el reptil que soy, implorando misericordia ante María… rogándole su piedad… un
atisbo de humanidad, pero era fría y calculadora como una piedra, actualmente ya sé que ella “ni
siente ni padece” pero en aquella época estaba enamorado como un perro… sí un perro obediente era
exactamente lo que era, la mascota de María.
Yo: …no, María, no… no… te lo ruego… no me hagas esto, haré lo que quieras, pero…
María: ¡¡pues lo que quiero es que abras ya, joder!! …ah!... y que no te tapes con las manos esa
mierdecilla de pingajillo arrugado que me gastas, pitito… en todo el tiempo que dure el encuentro
con tu visita tú encuerado… tú todo el tiempo en pelotas y enseñándosela bien… que vea
íntegramente la porquería de hombre que eres, kinito.
Ding-dong… ding-dong… Ding-dong… ding-dong…
(tocaban mas nerviosa e insistentemente al timbre de la puerta)
María: ¡¡QUE ABRAS, COÑO!!
Limpiándome las lágrimas salí de mi cuarto, temblando hasta la última fibra de mi ser,
asustado, dominado por el pánico atravesé atropelladamente el salón y llegué al pequeño recibidor
para entreabrir lentamente, tímidamente, la puerta principal de mi vivienda y recibir a mi
desconocida visita… primero una rendijita… hasta que finalmente y súbitamente, asumí lo que
ocurría no viendo otra alternativa viable que atender a quien quisiese que fuese de la manera mas
cortes y educada… y en pelotas!!, no existía otra opción mas que satisfacer los caprichos de María
por nímios que éstos fueran y yo lo sabía, ya que era buen conocedor que, de igual forma, podía
joderme la vida cuando quisiera si no acataba incondicionalmente y sin rechistar sus órdenes, estaba
en sus manos, así que lo mejor y mas inteligente era reconocerlo, no rebelarse, no molestarla y no
incomodarla en lo más mínimo…

… como corresponde a mi carácter de débil hombrecillo omega y cobarde, me rendí rápidamente y
sin resistirme llegando inmediatamente a la cómoda conclusión de que lo mejor era doblegarse y
plegarse a una autoridad y un poder mucho mas fuerte que el mío y contra el que un hombrecillo
como yo no tenía la más mínima posibilidad de éxito (como cuando me sometía sumisamente a los
machos alfa en el colegio reconociendo su autoridad y dominio sobre mí riéndose de mi inmaduro
subdesarrollado “colgajillo”) …claudiqué y me sometí de nuevo mansa y humildemente ante una
coyuntura que me trascendía y cuya resolución no dependía en absoluto de mí… ¿para qué luchar?
No había solución, para qué resistirse?? No había lugar a la rebeldía…me entregué sin oposición a lo
que el inexorable destino (y María) tuvieran dispuesto para mí, como era mi sino desde niño, como
era mi costumbre y que se había convertido en “mi forma de vida” … no veía otra alternativa, así
que, casi automáticamente, al mismo tiempo que se sucedían acontecimientos que me sobrepasaban
y se escapaban de mi control, interiorizaba mi situación de inferioridad, entrega y sumisión a mi
Dueña, acabé de abrir casi de golpe la puerta sin observar siquiera por la mirilla para precipitar y
acabar cuanto antes mi humillación y calvario…
Frente a mí, de pie, en la entrada de la casa tenía una muchacha muy, muy joven, bajita y
menuda, de aspecto algo desaliñado y vulgar, una choni integral tanto en su ropa como en sus gestos,
mascando chicle (posteriormente me enteraría que utilizaba asiduamente el chicle para disimular su
aliento de fumadora, para que su madre no se enterara de su feo vicio nicotínico), su cara me
sonaba, pero… ¿quién era?
Ella con cierto desparpajo y desinterés, con desdén, se dirigió a mi, aunque yo estaba tan
avergonzado y azorado de encontrarme así… completamente en cueros, en pelota picá y sin poder
cubrirme como me había ordenado María… ¡me sentía tan humillado mostrándole a una adolescente
a la que no conocía mis minúsculos genitales…! Tan chiquititos, tan infantiles, tan penosos… tan
ridículos… enseñando mi escasa y mi menguada virilidad a su vista… ¡tan rebajado revelando mis
más íntimos secretos y vergüenzas a una completa extraña tan jovencísima, mis miedos y temores,
mis secretos al descubierto ante una absoluta desconocida, me sentía tan expuesto y vulnerable… y
era tan… tan… tan joven… sería mayor de edad?
…mis retraídos huevecillos escondidos, subidos dentro del cuerpo, invisibles inexistentes… re
retrajeron más aún, mi tímido micropitín tan encogido que… lo cierto es que, pensándolo fríamente,
es irónico que mi sexo tan chiquitín y poco eficiente sea el desencadenante que, por una razón u otra
ha hipotecado el desarrollo de mi vida entera, mi trabajo, mi matrimonio, incluida mi autoestima, mi
personalidad, mi escaso carácter siempre vinculado directamente a mi escaso pene… y en ese
instante “revelarlo” en frío, a palo seco, de golpe, arrugadísimo por el miedo, los nervios, la
circunstancia tan cortante… mis genitales expuestos y mostrados sin prolegómenos ni preliminares
ante… ante… ¿¿ante quien??, ¿Quien era esta niñata adolescente?? imaginaos cómo me sentía
delante de esta chica sin poder tapar mis mas vergonzantes secretos, mis minúsculas miserias que me
han hecho el hazmerreír y el centro de invectivas y burlas desde mis tiempos de colegio,
“descubiertas” ante ella, mostrándolas tal cual eran en “mi plenitud”, en mi muy “menguada e
ínfima ” plenitud” …
…esta experiencia era, de lejos, la mas traumática de mi vida, evidenciar sin tapujos aquella “cosita”
que tan celosamente ocultaba ante la mirada de cualquiera… el motivo que había mediatizado mi
existencia groseramente expuesto ante alguien que no sabía nada de mí… ni estaba en este mundo de
bdsm, de Ama-esclavo, de la castidad… ni del “tipo de relación” de mansedumbre, obediencia, de
entrega y dependencia sexual y de castidad que mantenía con María…
…quizás por cuestión de “tamaño” y “desarrollo” de mi sexo había sido desde niño tan vulnerable,
tan extremadamente acomplejado, timorato, pudoroso y reservado, infinitamente celoso de mi
intimidad desde que mi memoria me permite recordar… sin embargo la vida parecía empeñarse en
llevarme la contraria teniendo que exponer continua y sistemáticamente mi “divertido e irrisorio”
aparatito, el destino se cebaba en mí una y otra vez, en mi colillita desde mi tierna infancia, contra

mi voluntad… siempre exhibiendo aquello que mas cautelosamente escondía y que celosamente
preservaba de toda mirada ajena… pero por uno u otro motivo mi deprimente y “desmotivador”
pingajillo siempre estaba fuera… colgando arrugadito y temeroso ante la mirada sardónica, burlona
y mordaz de desconocidos (o conocidos) que se reían de mí cuestionable “hombría” sin pudor ni
reparos.
Por capítulos anteriores ya sabéis que desde niño mis compañeros me bajaban los pantalones
y descubrían mi pililita permanentemente, un día sí y otro también en la escuela desde que cumplí
los doce, con una excusa u otra de los alfa, me encontraba siempre con mis inmaduros genitales “al
aire”, en todo momento y lugar… y esa pesadilla continuaba ahora, hoy, en mi casa… en mi
“secreto altar de seguridad” bien parecía que nunca acabaría este mal sueño volviendo sombras y
temores del pasado, era más que evidente que jamás podría ocultar mi reducido y sonrojante
penecito a nadie, y menos al sexo opuesto… cuanto mas recatado, introvertido y vergonzoso era más
había de exhibir mi cosita… y más tímido me volvía… era la pescadilla que se muerde la cola, un
círculo vicioso que no conseguía romper… y ahora, encima, ante una completa y jovencísima
desconocida… o eso creía yo:
La chica que me hacía “el honor” de visitarme en casa como había maquinado María, me saludó
como si la circunstancia fuera lo mas normal del mundo: “Hola, don Joaquín”…
¡Dios, me conocía y me saludaba como “don Joaquín”, que bochorno!... ¿quien era y de qué me
conocía…? (pensé)
Como un rayo comencé a acompañar servicial y solícito a mi anónima visita, orientándola y
encaminándonos hacia mi habitación como si no tuviera “destapadas” mis partes mas privadas,
como si no me colgara el pingajillo bien arrugadito, como si no pasara nada, ciertamente y llegados a
ese punto, solo me importaba que María comprobara que había cumplido escrupulosamente su orden
sin cuestionarla y no se incomodara a fin de acabar cuanto antes con este trance y continuar la
“especie de relación” que hasta ahora me había unido a María… ella era el único motor y motivo de
alegría en mi gris, apagada y triste existencia.
Yo (a la joven visitante): …ho… hola… pasa por aquí, a mi cuarto… María te espera conectada por
skype (indicándole el camino la conduje apresuradamente hasta mi habitación donde eché el
pestillo para encerrarme, creo que para esconderme de mí mismo y psicológicamente de cuanto
acontecía… para evadirme del indescriptible apuro en que me encontraba… porque mi mujer jamás
entró en mi habitación… una vez en el interior me dirigí a la muchacha completamente ruborizado,
intentando disimular y “vestir” con palabras mi descubierta y vergonzante desnudez…) Que todo
acabara en segundos para olvidarlo.
“…aquí esta María en la Webcam… ven, ubícate aquí chiquilla… que nos vea bien a los dos…
parece que te quiere decir algo” (le comenté a la chica mientras señalaba al ordenador y la cámara)
Con mi verborrea intentaba ahogar mi proporcionando “normalidad” a una situación a todas luces
inapropiada, indecente, chocante y fuera de lugar, y ante una niñata!!.
Joder, que situación más cortante, yo que soy de natural tímido e introvertido estaba
ruborizado, encendido de bochorno de arriba abajo… tartamudeaba, me temblaban las piernas, lo
único que faltaba es que llegara ahora mi señora de cornearme… sería la guinda del “pastel” ¿cómo
podría explicarlo?... sería imposible justificar ni razonar una situación así!! Tan violenta y
esperpéntica!! Y menos yo!!!... ¿qúe le iba a decir “¿tú a quien crees más, a mí o a tus ojos”? (como
el chiste)
Por una vez desee que el macho de turno con el que estuviera mi señora me corneara durante
mas tiempo y entretuviera a mi mujer metiéndosela y “envainándosela” cuanto más tiempo y
profundamente mejor para que no volviera a casa y no ser descubierto por ella. ¡¡No podía creerme
a mí mismo, rogando para que un alfa se follara y “perforara” a mi mujer cuanto más mejor!!!...
firmaría por toda una noche de cuernos dada la situación!!!
…los acontecimientos me sobrepasaban, se me escapaban irremisiblemente de las manos y
de mi comprensión y voluntad, lo que estaba viviendo… mas bien sufriendo… era… impensable,

imprevisible… tenía taquicardias, palpitaciones, ansiedad, ahogo, estaba rojo como un tomate… de
nervios, de impotencia, de vergüenza, de tenerla tan pequeña, de no ser un hombre!!… de tener unos
genitales subdesarrollados y encima subidos… de mis invisibles pelotitas… de todo!!!
Con María al otro lado del skype (ella se encontraba cómodamente en su casa, sentada,
relajada, tenía una perfecta visión en hd de “mis tribulaciones” degustando cada segundo de mi
degradación) y la chica ubicada a mi lado (la choni y yo de pie, bien pegaditos, que observara mi
esmirriada virilidad plácidamente, en su” integridad”, sin perder detalle de mi “carencia”
mientras ella mascaba chicle displicentemente, despreocupadamente), el eterno, incómodo y
dramático silencio se rompió por parte de María, entablándose una videoconferencia por webcam a
tres en mi cuarto (en mi estancia que hasta entonces había sido santuario inviolable y celosamente
protegido de mi intimidad mas intocable)… Sí, en ese instante comenzamos una conversación a tres
donde yo era el convidado de piedra… como si no existiera…
María: ¿Es que no la conoces, pitín?, ¡¡Vamos, hombre haz memoria!!... bueno… lo de hombre es
una expresión hecha… jajajaja… Es “la Vane”… sí, pichurrín… Vanesa, la hija de Dolores…
Yo: ¿Do - dolores?, ¿…Va… Vanesa?... por favor, María… yo no…
María: Sí, hijo por dios!... que espeso estás hoy!!... Vanesa es la hija de Dolores, la portera del
edificio donde vives, su madre hace también el mantenimiento del bloque, es la que limpia las
escaleras, los ascensores… conocerás a Vanesa, “la Vane”, porque a veces le echa una mano a su
madre con la mopa, los pasamanos, los cristales, las escaleras… lo que se tercie… viven en la planta
baja las dos, el cabrón del marido las dejó y se largó con un putón… era un hijo puta…
¡Claro, es que tu vas siempre con “esos aires” que no “te mezclas” con nadie, pero con tu cosita al
aire se te van a “bajar los humos”, a partir de ahora serás “mas receptivo”, con esa mierdecilla fuera
sabes que estas por debajo de cualquiera… JAJAJAJ…
(verdaderamente yo percibía que María paladeaba cada instante, pero… ¿por qué?... cual era mi
culpa?, yo no le había hecho nada, nada de nada, y no entendía nada…. Por qué tanto daño y
crueldad???, con el paso del tiempo y la perspectiva histórica y objetividad que te proporciona la
ausencia de sentimientos, aflora la verdad, teniendo la absoluta constancia de que lo hizo
exclusivamente para su esparcimiento y divertimento personal sin importarle lo mas mínimo mis
emociones ni el dolor que pudiera causarme… era controladora, manipuladora, como el hielo)
Mira impotente,Vanesa es la canguro de mis tres niños, ahora se encargará de cuatro si te
contamos a ti y tu micropito, Kinito… te controlará de cerca ya que vive en tu bloque con su madre,
en el piso de la portera y está siempre ahí… así que cuando se vaya tu mujer subirá a tu piso y
supervisará como vas en general, tus cuernos, y básicamente la castidad de tu colillita
evidentemente…
Yo: …pero es muy joven, por favor María… es… es que… es que tener esta conversación ante
ella… es casi… casi una niña, (yo tenía treinta y ocho años llevando tres de años de “relaciónes” de
sometimiento y masturbatorias con María en aquel momento)
María: ¡¡Vamos, vamos pitito, no seas tímido!! Vanesa es mayor de lo que parece, ya ha cumplido
17… ha tenido varios novios y mas experiencia que tú, seguro que todos los penes que ha visto son
mas grandes que el tuyo, Jajajaja… auténticas pollas, no una “cosita” como la tuya que no asusta a
nadie, a la vista está, ahí colgando!!!... bastante flaccida… Jajajajaj… Además tu sabes de lo “que
hablo” y lo poco que se te empina… Jajajaja… bueno, hablando en serio… te aseguro que la
“Vane” es muy madura y responsable, además me ha dicho que no se lo contará a nadie, ni a sus
amigas, ni a su madre… y a su novio todavía menos… ¡si te portas bien, claro!… así que todo
quedará entre nosotros, “churrita”…

No tienes que preocuparte por nada, está acostumbrada a tratar con niños, yo le dejo los mios,
es mi canguro, es de total confianza como verás y tu eres “un niño” si valoramos determinados
“aspectos y medidas” genitales… tu pichurrita no impresiona a nadie, tu “llaverito” no se ha
desarrollado completamente kinito, es bastante infantil, tu pililita no difiere mucho de la de mi hijo
de tres años, así que para Vanesa será casi lo mismo… hará de canguro con los cuatro niños, con mis
tres hijos y contigo, pitito. Vamos, Pichurrín, ¡¡cambia esa cara…!! Sabes que no me gusta verte
triste!!… (era completamente sarcástica e hiriente), siempre me has dicho que soy lo más
importante para ti… “que solo piensas en mí, a todas horas”… jajajajaj…
(yo estaba enamorado de ella hasta las trancas y ella lo sabía… y que podía hacer conmigo lo que
le viniera en gana, la única realidad palpable era que yo tenía 39 años e iba a tener una canguro de
17, a la que doblaba sobradamente la edad y que me iba a supervisar de cerca y rutinariamente la
marcha de mi vida personal, mis cuernos y, por supuesto mi penecito y castidad )
Es cierto que me había hablado varias veces de la canguro que se encargaba de sus niños,
pero nunca me suscitó ningún interés ni curiosidad, jamás le había dado la más mínima importancia
ni hubiera imaginado ni remotamente llegar a encontrarme en una situación así… de hecho me
había cruzado con ella multitud de ocasiones y no la reconocí, yo “ni la veía”… no me había
quedado con su cara, ni me había fijado en Vanesa… estaba claro que a partir de este instante ibala
cosa iba a cambiar e iba ser muy distinta la situación… María tenía razón, a causa de mi minúsculo
pene, y enseñándoselo a Vanesa, percibía el contexto y lo que ocurría desde una perspectiva
completamente distinta, como cuando era niño, todo era mas intenso con mi colillita expuesta…
Yo era mas obediente, manso, dócil… posicionándome “en mi lugar”, en mi subspace, nada mas
mostrarla.
Quizas por “ella”, a causa de “ella”, de mi colita… por fin caí quien era Vanesa, era una “ni-
ni” bastante choni, de muy escasa preparación académica y exenta de la más mínima cultura, sin
educación ninguna, muy vulgar en sus ademanes y modales, ordinaria en sus formas y “sus modos”,
pero bastante precoz en cuestión de parejitas, muy noviera con chavales algo mayores que ella pero
que le duraban un santiamén, le gustaban los chicos más maduros que ella, los que rondaban los
veinte, veintialgo, alguna vez la había visto también morreándose con el chico de turno en el portal
de entrada a la vuelta del trabajo… seguro que todos la tenían bastante mas grande que yo y estaban
sobradamente dotados… con una buena polla más operativa y útil… mas potente y dura que yo…
por “su aspecto” era evidente…todos “sus chicos” eran tiarrones… solo imaginar la comparación
que estaría estableciendo la niñata en esos momentos entre mi colillita y la de sus novietes era
humillante, me vejaba y ruborizaba más aún… con mi micropitito al aire y sin defensa alguna… (y
María me conocía muy bien, sabía lo que estaba pasando y pensando en esos momentos)
La niñata acostumbraba a ir siempre en pandillita con sus amigas, de un perfil similar al suyo,
que igualmente habían abandonado los estudios prematuramente pero eran muy despiertas en temas
de relaciones sociales y sentimentales… Vanesa tras sus fugaz paso por el colegio y sus aún más
efímeros estudios, había tenido trabajos muy brevemente en los que mas pronto que tarde
desembocaba siempre en una fulminantemente despedida, así que para sufragarse sus gastillos le
echaba una mano a su madre o hacía de canguro, de esta forma a través de su madre Dolores había
contactado con María, ya que se conocían del bloque.
Ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido, estoy convencido que su madre y ella
habrían hablado sobre mis cuernos más de una vez (y seguro que sabrían más que yo mismo) y, sin
lugar a dudas, se habrían carcajeado de mi escasa hombría… ¡y cómo todos los vecinos sabían por
mi propia señora que la tenía “a palo seco” seguro que mi impotencia y menguada masculinidad
habría sido el tema central de sus chascarrillos y burlas!.

Vanesa para sus amigas era “la Vane” ¿… y es “la Vane” quien se iba a encargar de
supevisarme la castidad y de que “no me tocara”, que no me pajeara? ¿se puede caer mas bajo?,
¿iba a ser conocera de hasta donde llegaba mi obediencia y sometimiento a María?, ¿iba a ser
partícipe la hija de la portera de todas mis humillaciones y miserias?, ¿de mi falta de masculinidad y
sumisión a María?... ¿de los cuernos de mi señora? ¿de mi vida personal y laboral entera?
Mi cabeza iba a mil por hora… no podía ser, no!!... no podía creerlo, era demasiado duro, no
podía transigir por eso, no podía permitirlo, NO!!… había de hacer algo, rápido!!… no podía caer
mas bajo si esa chica era quien se iba a encargar de mis genitales, de mi penecito y de mi castidad
controlando que no eyaculara a destiempo… inspeccionando que no me pajee porque soy un
marrano que no se controla NO PODÍA SER VERDAD!!!…
No podía permitirlo, NO, JODER!... esto no podía llegar más lejos…
Tenía que hablar con María en privado como fuera, aclararlo, suplicarle… rebajarme lo que
hiciera falta… estaba clarísimo… implorar… llorar (eso lo hacía bien)
Pero ¿Cómo acabaría esto?, ¿qué repercusiones tendrían para mí?... ¿qué me depararía mi
incierto futuro?... ¿cómo arreglar este desaguisado? SI MI ESPOSA SE ENTERARA DE ESTO…
TODO ESTARIA PERDIDO PARA MI… YO HARIA LO QUE FUERA…
(continuará)




PARTE 10 Autobiografía. Historia real. Memorias y forja de un cornudo casto: Capítulo VI
 - Se cierra el círculo. (He cambiado los auténticos nombres para respetar la confidencialidad e intimidad de las personas aludidas, aunque son similares a los reales) 
 Seguíamos conectado por webcam, yo encerrado en mi cuarto, María me ordenaba cómodamente desde su piso al otro lado de la ciudad, su marido llegaba mucho mas tarde… Yo (con un hilo de voz): …pe …pe …pero María, por favor… te lo ruego… si mi mujer se entera me pone de patitas en la calle… yo… yo… lo perdería todo, no puedes hacerme esto… no sabría qué hacer… no tendría donde ir… todo está a su nombre, el coche, la casa, todo es suyo… te lo ruego María, por favor… me portaré bien, haré lo que quieras… (ella me veía por la cam, caí de bruces me puse de rodillas ante ella… lloriqueando para ablandarla, conseguir su clemencia, que diera marcha atrás en esa descabellada idea). María: Deja de gimotear, imbécil… además ¡¡ya “haces lo que quiero”, estúpido!! Yo: …pero María, por favor… yo… María (claramente enfadada): que te calles, impotente!!!... Ding-dong… ding-dong… (me quedé petrificado al escuchar que llamaban a la puerta, al comprobar que no era un farol para asustarme, sino que era real y estaban tocando el timbre… ERA CIERTO!!!) Me derrumbé, como buen omega empecé a llorar abiertamente, sin consuelo… me arrastré de rodillas, como el reptil que soy, implorando misericordia ante María… rogándole su piedad… un atisbo de humanidad, pero era fría y calculadora como una piedra, actualmente ya sé que ella “ni siente ni padece” pero en aquella época estaba enamorado como un perro… sí un perro obediente era exactamente lo que era, la mascota de María. Yo: …no, María, no… no… te lo ruego… no me hagas esto, haré lo que quieras, pero… María: ¡¡pues lo que quiero es que abras ya, joder!! …ah!... y que no te tapes con las manos esa mierdecilla de pingajillo arrugado que me gastas, pitito… en todo el tiempo que dure el encuentro con tu visita tú encuerado… tú todo el tiempo en pelotas y enseñándosela bien… que vea íntegramente la porquería de hombre que eres, kinito. Ding-dong… ding-dong… Ding-dong… ding-dong… (tocaban mas nerviosa e insistentemente al timbre de la puerta) María: ¡¡QUE ABRAS, COÑO!! Limpiándome las lágrimas salí de mi cuarto, temblando hasta la última fibra de mi ser, asustado, dominado por el pánico atravesé atropelladamente el salón y llegué al pequeño recibidor para entreabrir lentamente, tímidamente, la puerta principal de mi vivienda y recibir a mi desconocida visita… primero una rendijita… hasta que finalmente y súbitamente, asumí lo que ocurría no viendo otra alternativa viable que atender a quien quisiese que fuese de la manera mas cortes y educada… y en pelotas!!, no existía otra opción mas que satisfacer los caprichos de María por nímios que éstos fueran y yo lo sabía, ya que era buen conocedor que, de igual forma, podía joderme la vida cuando quisiera si no acataba incondicionalmente y sin rechistar sus órdenes, estaba en sus manos, así que lo mejor y mas inteligente era reconocerlo, no rebelarse, no molestarla y no incomodarla en lo más mínimo… … como corresponde a mi carácter de débil hombrecillo omega y cobarde, me rendí rápidamente y sin resistirme llegando inmediatamente a la cómoda conclusión de que lo mejor era doblegarse y plegarse a una autoridad y un poder mucho mas fuerte que el mío y contra el que un hombrecillo como yo no tenía la más mínima posibilidad de éxito (como cuando me sometía sumisamente a los machos alfa en el colegio reconociendo su autoridad y dominio sobre mí riéndose de mi inmaduro subdesarrollado “colgajillo”) …claudiqué y me sometí de nuevo mansa y humildemente ante una coyuntura que me trascendía y cuya resolución no dependía en absoluto de mí… ¿para qué luchar? No había solución, para qué resistirse?? No había lugar a la rebeldía…me entregué sin oposición a lo que el inexorable destino (y María) tuvieran dispuesto para mí, como era mi sino desde niño, como era mi costumbre y que se había convertido en “mi forma de vida” … no veía otra alternativa, así que, casi automáticamente, al mismo tiempo que se sucedían acontecimientos que me sobrepasaban y se escapaban de mi control, interiorizaba mi situación de inferioridad, entrega y sumisión a mi Dueña, acabé de abrir casi de golpe la puerta sin observar siquiera por la mirilla para precipitar y acabar cuanto antes mi humillación y calvario… Frente a mí, de pie, en la entrada de la casa tenía una muchacha muy, muy joven, bajita y menuda, de aspecto algo desaliñado y vulgar, una choni integral tanto en su ropa como en sus gestos, mascando chicle (posteriormente me enteraría que utilizaba asiduamente el chicle para disimular su aliento de fumadora, para que su madre no se enterara de su feo vicio nicotínico), su cara me sonaba, pero… ¿quién era? Ella con cierto desparpajo y desinterés, con desdén, se dirigió a mi, aunque yo estaba tan avergonzado y azorado de encontrarme así… completamente en cueros, en pelota picá y sin poder cubrirme como me había ordenado María… ¡me sentía tan humillado mostrándole a una adolescente a la que no conocía mis minúsculos genitales…! Tan chiquititos, tan infantiles, tan penosos… tan ridículos… enseñando mi escasa y mi menguada virilidad a su vista… ¡tan rebajado revelando mis más íntimos secretos y vergüenzas a una completa extraña tan jovencísima, mis miedos y temores, mis secretos al descubierto ante una absoluta desconocida, me sentía tan expuesto y vulnerable… y era tan… tan… tan joven… sería mayor de edad? …mis retraídos huevecillos escondidos, subidos dentro del cuerpo, invisibles inexistentes… re retrajeron más aún, mi tímido micropitín tan encogido que… lo cierto es que, pensándolo fríamente, es irónico que mi sexo tan chiquitín y poco eficiente sea el desencadenante que, por una razón u otra ha hipotecado el desarrollo de mi vida entera, mi trabajo, mi matrimonio, incluida mi autoestima, mi personalidad, mi escaso carácter siempre vinculado directamente a mi escaso pene… y en ese instante “revelarlo” en frío, a palo seco, de golpe, arrugadísimo por el miedo, los nervios, la circunstancia tan cortante… mis genitales expuestos y mostrados sin prolegómenos ni preliminares ante… ante… ¿¿ante quien??, ¿Quien era esta niñata adolescente?? imaginaos cómo me sentía delante de esta chica sin poder tapar mis mas vergonzantes secretos, mis minúsculas miserias que me han hecho el hazmerreír y el centro de invectivas y burlas desde mis tiempos de colegio, “descubiertas” ante ella, mostrándolas tal cual eran en “mi plenitud”, en mi muy “menguada e ínfima ” plenitud” … …esta experiencia era, de lejos, la mas traumática de mi vida, evidenciar sin tapujos aquella “cosita” que tan celosamente ocultaba ante la mirada de cualquiera… el motivo que había mediatizado mi existencia groseramente expuesto ante alguien que no sabía nada de mí… ni estaba en este mundo de bdsm, de Ama-esclavo, de la castidad… ni del “tipo de relación” de mansedumbre, obediencia, de entrega y dependencia sexual y de castidad que mantenía con María… …quizás por cuestión de “tamaño” y “desarrollo” de mi sexo había sido desde niño tan vulnerable, tan extremadamente acomplejado, timorato, pudoroso y reservado, infinitamente celoso de mi intimidad desde que mi memoria me permite recordar… sin embargo la vida parecía empeñarse en llevarme la contraria teniendo que exponer continua y sistemáticamente mi “divertido e irrisorio” aparatito, el destino se cebaba en mí una y otra vez, en mi colillita desde mi tierna infancia, contra mi voluntad… siempre exhibiendo aquello que mas cautelosamente escondía y que celosamente preservaba de toda mirada ajena… pero por uno u otro motivo mi deprimente y “desmotivador” pingajillo siempre estaba fuera… colgando arrugadito y temeroso ante la mirada sardónica, burlona y mordaz de desconocidos (o conocidos) que se reían de mí cuestionable “hombría” sin pudor ni reparos. Por capítulos anteriores ya sabéis que desde niño mis compañeros me bajaban los pantalones y descubrían mi pililita permanentemente, un día sí y otro también en la escuela desde que cumplí los doce, con una excusa u otra de los alfa, me encontraba siempre con mis inmaduros genitales “al aire”, en todo momento y lugar… y esa pesadilla continuaba ahora, hoy, en mi casa… en mi “secreto altar de seguridad” bien parecía que nunca acabaría este mal sueño volviendo sombras y temores del pasado, era más que evidente que jamás podría ocultar mi reducido y sonrojante penecito a nadie, y menos al sexo opuesto… cuanto mas recatado, introvertido y vergonzoso era más había de exhibir mi cosita… y más tímido me volvía… era la pescadilla que se muerde la cola, un círculo vicioso que no conseguía romper… y ahora, encima, ante una completa y jovencísima desconocida… o eso creía yo: La chica que me hacía “el honor” de visitarme en casa como había maquinado María, me saludó como si la circunstancia fuera lo mas normal del mundo: “Hola, don Joaquín”… ¡Dios, me conocía y me saludaba como “don Joaquín”, que bochorno!... ¿quien era y de qué me conocía…? (pensé) Como un rayo comencé a acompañar servicial y solícito a mi anónima visita, orientándola y encaminándonos hacia mi habitación como si no tuviera “destapadas” mis partes mas privadas, como si no me colgara el pingajillo bien arrugadito, como si no pasara nada, ciertamente y llegados a ese punto, solo me importaba que María comprobara que había cumplido escrupulosamente su orden sin cuestionarla y no se incomodara a fin de acabar cuanto antes con este trance y continuar la “especie de relación” que hasta ahora me había unido a María… ella era el único motor y motivo de alegría en mi gris, apagada y triste existencia. Yo (a la joven visitante): …ho… hola… pasa por aquí, a mi cuarto… María te espera conectada por skype (indicándole el camino la conduje apresuradamente hasta mi habitación donde eché el pestillo para encerrarme, creo que para esconderme de mí mismo y psicológicamente de cuanto acontecía… para evadirme del indescriptible apuro en que me encontraba… porque mi mujer jamás entró en mi habitación… una vez en el interior me dirigí a la muchacha completamente ruborizado, intentando disimular y “vestir” con palabras mi descubierta y vergonzante desnudez…) Que todo acabara en segundos para olvidarlo. “…aquí esta María en la Webcam… ven, ubícate aquí chiquilla… que nos vea bien a los dos… parece que te quiere decir algo” (le comenté a la chica mientras señalaba al ordenador y la cámara) Con mi verborrea intentaba ahogar mi proporcionando “normalidad” a una situación a todas luces inapropiada, indecente, chocante y fuera de lugar, y ante una niñata!!. Joder, que situación más cortante, yo que soy de natural tímido e introvertido estaba ruborizado, encendido de bochorno de arriba abajo… tartamudeaba, me temblaban las piernas, lo único que faltaba es que llegara ahora mi señora de cornearme… sería la guinda del “pastel” ¿cómo podría explicarlo?... sería imposible justificar ni razonar una situación así!! Tan violenta y esperpéntica!! Y menos yo!!!... ¿qúe le iba a decir “¿tú a quien crees más, a mí o a tus ojos”? (como el chiste) Por una vez desee que el macho de turno con el que estuviera mi señora me corneara durante mas tiempo y entretuviera a mi mujer metiéndosela y “envainándosela” cuanto más tiempo y profundamente mejor para que no volviera a casa y no ser descubierto por ella. ¡¡No podía creerme a mí mismo, rogando para que un alfa se follara y “perforara” a mi mujer cuanto más mejor!!!... firmaría por toda una noche de cuernos dada la situación!!! …los acontecimientos me sobrepasaban, se me escapaban irremisiblemente de las manos y de mi comprensión y voluntad, lo que estaba viviendo… mas bien sufriendo… era… impensable, imprevisible… tenía taquicardias, palpitaciones, ansiedad, ahogo, estaba rojo como un tomate… de nervios, de impotencia, de vergüenza, de tenerla tan pequeña, de no ser un hombre!!… de tener unos genitales subdesarrollados y encima subidos… de mis invisibles pelotitas… de todo!!! Con María al otro lado del skype (ella se encontraba cómodamente en su casa, sentada, relajada, tenía una perfecta visión en hd de “mis tribulaciones” degustando cada segundo de mi degradación) y la chica ubicada a mi lado (la choni y yo de pie, bien pegaditos, que observara mi esmirriada virilidad plácidamente, en su” integridad”, sin perder detalle de mi “carencia” mientras ella mascaba chicle displicentemente, despreocupadamente), el eterno, incómodo y dramático silencio se rompió por parte de María, entablándose una videoconferencia por webcam a tres en mi cuarto (en mi estancia que hasta entonces había sido santuario inviolable y celosamente protegido de mi intimidad mas intocable)… Sí, en ese instante comenzamos una conversación a tres donde yo era el convidado de piedra… como si no existiera… María: ¿Es que no la conoces, pitín?, ¡¡Vamos, hombre haz memoria!!... bueno… lo de hombre es una expresión hecha… jajajaja… Es “la Vane”… sí, pichurrín… Vanesa, la hija de Dolores… Yo: ¿Do - dolores?, ¿…Va… Vanesa?... por favor, María… yo no… María: Sí, hijo por dios!... que espeso estás hoy!!... Vanesa es la hija de Dolores, la portera del edificio donde vives, su madre hace también el mantenimiento del bloque, es la que limpia las escaleras, los ascensores… conocerás a Vanesa, “la Vane”, porque a veces le echa una mano a su madre con la mopa, los pasamanos, los cristales, las escaleras… lo que se tercie… viven en la planta baja las dos, el cabrón del marido las dejó y se largó con un putón… era un hijo puta… ¡Claro, es que tu vas siempre con “esos aires” que no “te mezclas” con nadie, pero con tu cosita al aire se te van a “bajar los humos”, a partir de ahora serás “mas receptivo”, con esa mierdecilla fuera sabes que estas por debajo de cualquiera… JAJAJAJ… (verdaderamente yo percibía que María paladeaba cada instante, pero… ¿por qué?... cual era mi culpa?, yo no le había hecho nada, nada de nada, y no entendía nada…. Por qué tanto daño y crueldad???, con el paso del tiempo y la perspectiva histórica y objetividad que te proporciona la ausencia de sentimientos, aflora la verdad, teniendo la absoluta constancia de que lo hizo exclusivamente para su esparcimiento y divertimento personal sin importarle lo mas mínimo mis emociones ni el dolor que pudiera causarme… era controladora, manipuladora, como el hielo) Mira impotente,Vanesa es la canguro de mis tres niños, ahora se encargará de cuatro si te contamos a ti y tu micropito, Kinito… te controlará de cerca ya que vive en tu bloque con su madre, en el piso de la portera y está siempre ahí… así que cuando se vaya tu mujer subirá a tu piso y supervisará como vas en general, tus cuernos, y básicamente la castidad de tu colillita evidentemente… Yo: …pero es muy joven, por favor María… es… es que… es que tener esta conversación ante ella… es casi… casi una niña, (yo tenía treinta y ocho años llevando tres de años de “relaciónes” de sometimiento y masturbatorias con María en aquel momento) María: ¡¡Vamos, vamos pitito, no seas tímido!! Vanesa es mayor de lo que parece, ya ha cumplido 17… ha tenido varios novios y mas experiencia que tú, seguro que todos los penes que ha visto son mas grandes que el tuyo, Jajajaja… auténticas pollas, no una “cosita” como la tuya que no asusta a nadie, a la vista está, ahí colgando!!!... bastante flaccida… Jajajajaj… Además tu sabes de lo “que hablo” y lo poco que se te empina… Jajajaja… bueno, hablando en serio… te aseguro que la “Vane” es muy madura y responsable, además me ha dicho que no se lo contará a nadie, ni a sus amigas, ni a su madre… y a su novio todavía menos… ¡si te portas bien, claro!… así que todo quedará entre nosotros, “churrita”… No tienes que preocuparte por nada, está acostumbrada a tratar con niños, yo le dejo los mios, es mi canguro, es de total confianza como verás y tu eres “un niño” si valoramos determinados “aspectos y medidas” genitales… tu pichurrita no impresiona a nadie, tu “llaverito” no se ha desarrollado completamente kinito, es bastante infantil, tu pililita no difiere mucho de la de mi hijo de tres años, así que para Vanesa será casi lo mismo… hará de canguro con los cuatro niños, con mis tres hijos y contigo, pitito. Vamos, Pichurrín, ¡¡cambia esa cara…!! Sabes que no me gusta verte triste!!… (era completamente sarcástica e hiriente), siempre me has dicho que soy lo más importante para ti… “que solo piensas en mí, a todas horas”… jajajajaj… (yo estaba enamorado de ella hasta las trancas y ella lo sabía… y que podía hacer conmigo lo que le viniera en gana, la única realidad palpable era que yo tenía 39 años e iba a tener una canguro de 17, a la que doblaba sobradamente la edad y que me iba a supervisar de cerca y rutinariamente la marcha de mi vida personal, mis cuernos y, por supuesto mi penecito y castidad ) Es cierto que me había hablado varias veces de la canguro que se encargaba de sus niños, pero nunca me suscitó ningún interés ni curiosidad, jamás le había dado la más mínima importancia ni hubiera imaginado ni remotamente llegar a encontrarme en una situación así… de hecho me había cruzado con ella multitud de ocasiones y no la reconocí, yo “ni la veía”… no me había quedado con su cara, ni me había fijado en Vanesa… estaba claro que a partir de este instante ibala cosa iba a cambiar e iba ser muy distinta la situación… María tenía razón, a causa de mi minúsculo pene, y enseñándoselo a Vanesa, percibía el contexto y lo que ocurría desde una perspectiva completamente distinta, como cuando era niño, todo era mas intenso con mi colillita expuesta… Yo era mas obediente, manso, dócil… posicionándome “en mi lugar”, en mi subspace, nada mas mostrarla. Quizas por “ella”, a causa de “ella”, de mi colita… por fin caí quien era Vanesa, era una “nini” bastante choni, de muy escasa preparación académica y exenta de la más mínima cultura, sin educación ninguna, muy vulgar en sus ademanes y modales, ordinaria en sus formas y “sus modos”, pero bastante precoz en cuestión de parejitas, muy noviera con chavales algo mayores que ella pero que le duraban un santiamén, le gustaban los chicos más maduros que ella, los que rondaban los veinte, veintialgo, alguna vez la había visto también morreándose con el chico de turno en el portal de entrada a la vuelta del trabajo… seguro que todos la tenían bastante mas grande que yo y estaban sobradamente dotados… con una buena polla más operativa y útil… mas potente y dura que yo… por “su aspecto” era evidente…todos “sus chicos” eran tiarrones… solo imaginar la comparación que estaría estableciendo la niñata en esos momentos entre mi colillita y la de sus novietes era humillante, me vejaba y ruborizaba más aún… con mi micropitito al aire y sin defensa alguna… (y María me conocía muy bien, sabía lo que estaba pasando y pensando en esos momentos) La niñata acostumbraba a ir siempre en pandillita con sus amigas, de un perfil similar al suyo, que igualmente habían abandonado los estudios prematuramente pero eran muy despiertas en temas de relaciones sociales y sentimentales… Vanesa tras sus fugaz paso por el colegio y sus aún más efímeros estudios, había tenido trabajos muy brevemente en los que mas pronto que tarde desembocaba siempre en una fulminantemente despedida, así que para sufragarse sus gastillos le echaba una mano a su madre o hacía de canguro, de esta forma a través de su madre Dolores había contactado con María, ya que se conocían del bloque. Ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido, estoy convencido que su madre y ella habrían hablado sobre mis cuernos más de una vez (y seguro que sabrían más que yo mismo) y, sin lugar a dudas, se habrían carcajeado de mi escasa hombría… ¡y cómo todos los vecinos sabían por mi propia señora que la tenía “a palo seco” seguro que mi impotencia y menguada masculinidad habría sido el tema central de sus chascarrillos y burlas!. Vanesa para sus amigas era “la Vane” ¿… y es “la Vane” quien se iba a encargar de supevisarme la castidad y de que “no me tocara”, que no me pajeara? ¿se puede caer mas bajo?, ¿iba a ser conocera de hasta donde llegaba mi obediencia y sometimiento a María?, ¿iba a ser partícipe la hija de la portera de todas mis humillaciones y miserias?, ¿de mi falta de masculinidad y sumisión a María?... ¿de los cuernos de mi señora? ¿de mi vida personal y laboral entera? Mi cabeza iba a mil por hora… no podía ser, no!!... no podía creerlo, era demasiado duro, no podía transigir por eso, no podía permitirlo, NO!!… había de hacer algo, rápido!!… no podía caer mas bajo si esa chica era quien se iba a encargar de mis genitales, de mi penecito y de mi castidad controlando que no eyaculara a destiempo… inspeccionando que no me pajee porque soy un marrano que no se controla NO PODÍA SER VERDAD!!!… No podía permitirlo, NO, JODER!... esto no podía llegar más lejos… Tenía que hablar con María en privado como fuera, aclararlo, suplicarle… rebajarme lo que hiciera falta… estaba clarísimo… implorar… llorar (eso lo hacía bien) Pero ¿Cómo acabaría esto?, ¿qué repercusiones tendrían para mí?... ¿qué me depararía mi incierto futuro?... ¿cómo arreglar este desaguisado? SI MI ESPOSA SE ENTERARA DE ESTO… TODO ESTARIA PERDIDO PARA MI… YO HARIA LO QUE FUERA… (continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario