Relajaté!.
Relajaté!. Deja de gemir, a tu princesa.
Tampoco era así como me imaginaba nuestro matrimonio.
Pensé que me había casado con un hombre, y esperaba que esto sería lo que me estarías haciendo a mí.
No tenía idea de que eras una de esas maricas cohibidas que se viste en casa con medias y ropa de mujer.
Necesito un hombre. Un hombre real.
Pero desde que te vi con mi ropa te he apuntado al curso de feminización, y para estas Navidades viene Marc a visitarnos. Él compartirá conmigo la cama matrimonial, pero te permitiré dormir en una cama adicional que pondrás en el dormitorio principal. Desde que descubrí que visitas el blog de control de castidad y que tiene esta fantasía, no tengo ningún problema en hacerla realidad, preparaté porque Marc nos follará a las dos a la esposa y al marido.
Como nunca antes te ha follado un hombre, pensé que era mejor prepararte físicamente para lo que vendrá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario