PARTE 13 Autobiografía. Historia real. Memorias y forja de un cornudo casto: Recaída.

PARTE 13
Autobiografía. Historia real. Memorias y forja de un cornudo casto: Recaída.
(He cambiado los auténticos nombres para respetar la confidencialidad e intimidad de las personas
aludidas, aunque son similares a los reales)
– Los primeros capítulos que cito están en la etiqueta: kino
No sé si es casualidad que este capítulo tenga el número 13 o si los traviesos y pícaros hados del
destino, siempre sarcásticos y aviesos burlones, así lo habían planificado desde mis primeros años de
existencia… O quizá sea la mera consecuencia y proyección de traumas padecidos en la niñez… que más
da! El hecho incuestionable es que a partir de este instante voy a comenzar a narraros mis experiencias
mas intensas, turbadoras y duraderas en el tiempo y que supusieron mi reconocimiento oficial como casto-
sumiso, mi domesticación y entrega integral, voluntaria y consciente a mi propietaria y el absoluto control
de mi eyaculación por parte de una tercera persona, de una Ama. Seguiré desnudándome tanto metafórica
y psicológicamente como real y físicamente ante vosotros como he venido haciendo hasta ahora en mis
memorias.
Por no dejar flecos antes de comenzar “la siguiente pantalla” del videojuego de mi vida, he de
comentaros que María simplemente desapareció casi de la misma absurda manera en que llegó,
abandonándome sin mirar atrás ni importarle nada lo mas mínimo, nada ni nadie, ni su cornudo marido ni
yo, me tiró a la basura de la misma forma en que hacía con los kleenex con que pajeaba mi deplorable e
ineficaz aparatito tras las dos sacudiditas con las que, en contadas ocasiones, premiaba mi sumisión y
castidad.
Me encontraba, hundido, abatido, destrozado a causa del abandono de María tras cinco años de
relación (o lo que fuera que hubiésemos mantenido). Solo tuve noticias de ella bastante tiempo después.
Temeroso de perder mi matrimonio, mi vivienda, mi trabajo… mi “zona de confort”, mi todo… para mí
ella había sido mi gran y único amor pero, ¿qué había significado yo para ella?… como buen cobarde
asumí que solo pensaba en mí mismo, como el presuntuoso y mezquino egoísta que era, en lo
desamparado que me encontraba en ese instante, en que (como
siempre) no sabía qué me depararía mi
incierto futuro… en esa tesitura andaba, cuando me llegaron noticias a través de la madre de la Vane (la
portera de la comunidad) de que María había abandonado a su cornudo marido y la relación con Jorge (su
bien dotado amante) al mismo tiempo, con el fín hacerse novia de un acaudalado y bien posicionado
hombre de negocios de la localidad que se dedicaba al sector inmobiliario, que se dedicaba a la compra-
venta de fincas rústicas y urbanas, un prohombre públicamente reconocido social y económicamente (un
auténtico alfa como ella merecía).
Por otra parte, a mi supervisora y canguro de castidad (contra su voluntad) Vanesa, “la Vane”,
seguí pagándole puntualmente su nómina por preservar mi reducido pene “de tentaciones” verificando su
austera abstinencia regularmente, seguí sufragando su dependencia de la nicotina por decisión tácita y
conjunta de ambos, así como remunerándole su nómina puntualmente. Para alivio de ambos, en poco
tiempo quedó eximida de todas sus penosas e ingratas “responsabilidades laborales de control” de mi
arrugada colillita ”. no hizo falta hablarlo, he de reconocer que tanto Vanesa como yo vimos el cielo
abierto cuando María se evaporó de pronto eludiendo una situación que a ambos nos resultaba
desagradable.
Esta evolución sucedió de manera natural, solo un día llamó a mi puerta la Vane (como de
costumbre) y yo estaba vestido, ella no profirió comentario alguno sobre que no estuviera con mi pequeño
y encogido sexo expuesto, yo tampoco dije nada… y así siguió nuestra relación, evitando la incómoda
situación de mi desnudez ante la adolescente y ella percibiendo “su nómina” puntualmente.
A partir de entonces la Vane iba a mi casa exclusivamente a por su dinero y su tabaco (realmente
era una especie de impuesto, o de pago por mi parte a cambio de su silencio y discreción, ya que por su
parte me consta que nunca le resultó atractivo el tener que ocuparse de “mi pichurrina”), yo me
quedaba más tranquilo y ella no tenía que realizar una “tarea profesional” que le resultaba obviamente
incómoda dado lo violento de la situación que, no por repetida, resultaba menos chocante.
Jamás me acostumbré a estar mostrando constantemente “mis miserias” ante esa adolescente tosca,
grosera y malhablada, sin educación alguna … esa niñata calentorra de hormonas revolucionadas que no
paraba de follar con un noviete tras otro mientras yo llevaba semanas sin eyacular… con esa pichurrina
siempre arrugada ¡¡y con mi pitín fuera mostrándole la mierdecilla que tengo entre las piernas en todo
momento!!, ¡¡encima siendo yo el que tenía que excusarse y agachar la cabeza ruborizándome cada vez
que nos cruzábamos tanto dentro como fuera de mi casa!!... en la comunidad, en la calle… joder!, mejor
no pensar!!... nada mas recordar la situación me… cabrea, ella siempre bien follada por su maromo de
turno y yo en pelotas con “la arrugadilla” al aire, pagándole el tabaco y los cubatas a la Vane y al
ordinario y vulgar chulillo de barrio que le tocara metérsela ese día… mientras el cornudo guardaba
castidad sin poder ni palparme un poquitín mi pollita…
A la postre y por fin!!, ella también desapareció un día y no vino a cobrar más. Aunque su madre
sigue de limpiadora del bloque jamás le pregunté por donde andaba Vanesa, ni siquiera le insinué que la
conociera, solo sentía un inmenso alivio cada día que pasaba y no sabía de ella… aunque los rumores
apuntaban a que se fue a otra provincia bastante distante con un novio albañil contratado en una obra.
Yo era buen sabedor que, como consecuencia del pelotazo inmobiliario de la zona de costa no le
iba a faltar trabajo, y por tanto sabía que no volvería a ver a la vane, y menos “en esas condiciones” de
sumisión tan humillantes que caracterizaron “nuestra relación” desde que la conocí.
Lo que si sé es que tiene el mismo número de móvil y por su cumpleaños, cada onomástica, la
felicito sin falta, ella nunca me ha respondido, y quizás sea producto de mi natural cobardía el desear
seguir manteniendo “relaciones diplomáticas” con ella para asegurarme su simpatía y silencio… por lo
que pudiera pasar en un “incierto futuro” si el caprichoso destino diera “otro giro” inesperado…
La única realidad es que me quedé destrozado tras la partida de María, completamente enamorado,
aniquilado sentimentalmente, deprimido, hundido anímicamente, sentimental, emocionalmente, en una
palabra: vacío.
Como imaginais, sin motivación, sin futuro, sin ánimo…es facil suponer que recaí, que me refugié
de nuevo en la paja compulsiva e interminable, mi ineludible, inestimable y siempre fiel amiga… la
masturbación era la única que no hacía ascos a mi insignificante pitito de eyaculador precoz.
No os voy a cansar ni aburrir con los pormenores de mi apática y gris existencia a partir de la
desaparición de María, solo dejar constancia del bache inmenso y profundo emotivo-sentimental en que
me sumí, pasé del todo a la nada, esta situación me llevó a necesitar ayuda psicológica profesional sin
poder confesarlo a nadie por temor a que fuera descubierta “mi infidelidad” (por llamarlo de alguna
manera), aumentando mi frustración, me hallaba sin incentivo para seguir viviendo un día mas, sin
motivación, ni siquiera podía abrirme a mi psiquiatra ante la imposibilidad
de confesar lo que real y
ciertamente me había ocurrido por temor a empeorar mi situación personal que podía pasar de mala a muy
mala… a desastrosa… o irremediable
Muy lentamente, poco a poco pude ir superando el trauma, este varapalo y la soledad que como
una losa pesaba sobre mi alma, mi corazón, ataques de ansiedad, taquicardias, insomnio, inapetencia,
trastornos… por supuesto depresión… profunda, inmensa… hasta que dia a día, mes a mes, muy
lentamente, perviviendo por no morir, conseguí ir saliendo de ese oscuro y profundo pozo sentimental…
mi única expectativa era lograr vivir 24 horas mas sin alicientes para lograrlo.
Lo positivo, por ver el vaso medio lleno, era que tras las experiencias con María y la Vane tenía
más que asumida e interiorizada mi condición de hombrecillo inferior sin criterio ni personalidad que se
doblegaba ante quien mínimamente “me trajinara”, y que a estas alturas era buen sabedor que
desgraciadamente para mí, mis órganos reproductores estaban atrofiados e inservibles, imposibilitándome
mantener una relación normal de pareja (bien lo sabía mi esposa que se había visto obligada a mendigar
pene a mil y un amable corneador solícito que la montara, la cubriera y le hiciera las labores para las
que yo me encontraba impedido!!...).
Mi triste realidad es que era una persona sin carácter nada dotado sexualmente, con genitales no
válidos para la penetración que hacían imposible mantener relaciones normales de matrimonio, ni ningún
tipo de sexo, era plenamente consciente de que mi único goce erótico se fraguaba mediante la via de la
castidad y el castigo, el exhibicionismo y la disciplina, al menos eso hacía posíble disfrutar del sexo “a
mi manera”, o gozarlo de alguna forma, me posibilitaba eyacular algunas gotitas de semen aunque no
fuera una auténtica erección….
Pensándolo bien… ¡¡Demasiada suerte había tenido hasta el momento de haber encontrado esposa
siendo impotente e incapaz de consumar manteniendo un matrimonio estable!!, y encima haberse cruzado
María en mi vida!!... ¿¿qué mas podía pedir??, ¿¿¿volvería a repetirse esa suerte??? En aquellos
momentos me parecía
imposible…
Mi existencia evolucionó tan plana y anodinamente como podéis imaginar. Con lógica aplastante,
me recluí de nuevo en el monacal retiro de mi pajillero cuarto, aislado del mundanal ruido, con una
relación marital y matrimonial inexistente y nula en todos los aspectos.
Yo sexualmente inoperante y acabado, mi señora siempre caliente, fogosa, activa y atractiva,
hembra en celo buscando macho. La consecuencia obvia es que ella siempre estaba fuera de casa por
razones “de trabajo”… y yo “sin querer enterarme” de cual era “su trabajo” y de los cuernos que el
mismo me reportaba.
Asumida mi naturaleza de ser manso, dócil, cobarde, apocado… solo era potencial “carne de
cañón” en manos de una Ama por poco avispada y resolutiva que ésta fuera, disponiendo de una
inmejorable materia prima para convertirme en maleable archilla y moldearme como quisiera a su antojo,
a su imagen y semejanza entre sus dedos de Dómina. Finalmente concluí que, en realidad, era yo mismo
quien buscaba una Ama cuya creatividad e ingenio dieran forma a “las maneras” que “ya había
apuntado” desde mi mas tierna infancia como óptimo esclavo de mis compañeros de clase Alfa, Ya que
como macho era inservible e inútil, imposibilitado de realizarme sexualmente, me encontraba capaz al
menos, de realizarme sintiéndome el siervo de alguien superior.
Eso es!! A pesar de “mis medidas” e impotencia, podría canalizar mis pulsiones eróticas con
actividades alternativas al ámbito sexual como esclavo frustrado, a pesar de la ineficiencia y limitaciones
de mi miembro tenía madera para poder ser un buen sumiso-casto, como cuando accedí por primera vez a
la escuela y era el juguete de mi clase… sí, estaba claro que ese era mi sino y destino , pero para lograrlo
había de encontrar un referente superior, un/a alfa que asumiera y cargara con mis “limitaciones viriles” a
cambio de tener un perro servil para obedecer sus órdenes incondicionalmente, pero… ¿Cómo haría para
conseguirlo?.
Soñaba concretamente con una Ama (en aquella época era claramente hetero) y fantaseaba ser para ella
solo un objeto de su propiedad, una cosa, algo que se puede usar… usar y tirar… sin respeto ni remilgos…
una cosa que en que ella pudiera proyectar sus mas abyectas y siniestras fantasías sin temores, sin
limitaciones… sin lugar a dudas mi relación con “mi señora María” me había dejado una profunda e
indeleble impronta..
Para buscar Ama partía con otro handicap.
Quienes seguís mi autobiografía conocéis de memoria mis pequeños genitales que tenéis vistos
de sobra y su insuficiencia, constan de un colgajillo siempre encogido aderezado por unos arrugados
huevecillos internos imperceptibles a simple vista, siempre interiores, que apenas producen semen…
concluyendo, un blandito e inoperante sexo que eyacula dos gotitas nada mas tocarlo antes de
endurecerse. Era evidente que estas no eran las cartas de presentación mas idóneas para acreditarse ante
una Señora seria por mínimamente exigente que fuera, el buscar Ama se me antojaba misión imposible…
pero no cejaba en el empeño.
Para los que os incorporéis ahora a seguir las vicisitudes y desventuras de este desdichado, os dejo
algunos videos y fotos que acompañen mi autobiografía para que comprendáis instantáneamente y de un
solo vistazo mi frustración y de qué os hablo.
A los que habéis leído mis vergonzantes y bochornosas peripecias debo aclararos que el hecho de
mostraros extensa y profusamente mi esmirriado sexo que estaréis hartos de observar en capítulos
anteriores, obedece a una necesidad básica para un sumiso: el exhibicionismo. Pero a la excitación de
mostraros mis ridículos atributos masculinos carentes de ningún atractivo simplemente por ser un
marrano desde niño, se une en este caso concreto una justificación objetiva, ya que me habréis de
reconocer que, a través de ese complemento gráfico con los que se ilustra mi autobiografía “se entienden
muchas cosas” que me han acontecido y ayudan a interpretar ajustadamente y en su completa magnitud el
origen de mis desdichas y mis “anormales” y paralelas vivencias sexuales.
Los que ya me conocéis sabéis que me encanta mostraros mis retraídos testículos y mi “encogida y
escueta virilidad”, por lo que me excuso ante vosotros. Ya sé que no es plato de gusto para nadie tener
que ver un sexo tan penoso como del que soy portador, pero exhibirlos en un blog de calidad como éste
esperando que alguien los contemple aunque sea accidentalmente, es la única opción que le queda a un
frustrado exhibicionista como yo de realizarse como tal mostrando su micropene públicamente y fantasear
con que sea visto por alguien.
Curiosamente tengo observado que, paradójicamente, los
sumisos de pene pequeño e inactivo
somos más exhibicionistas, es una característica afín a la castidad y sometimiento que siempre adorna al
casto de nacimiento, cuanto mas corto lo tiene mas quiere enseñarlo, mas le excita que los demás lo vean y
más se lo toca, es un círculo vicioso (nunca mejor dicho) os lo puedo asegurar. La fórmula es bien
sencilla: “A menos pene+exposición”
En mi caso concreto comencé ya desde muy niño contra mi voluntad (o eso creía yo entonces),
siendo el famoso marranillo de la clase… “el Mini” del colegio (como he relatado en los primeros
capítulos de mi autobiografía, esta incidencia me causaba encontrados sentimientos de infinita
humillación e inmenso placer que se solapaban de forma confusa, me torturaban y me embargaban en un
éxtasis embriagador con cada paja, a causa de un mismo hecho, primero me sentía infinitamente vejado y
humillado y luego en soledad me conducían al éxtasis a través de la masturbación, sensaciones que
entendía incomprensibles en aquel momento e incapaz de procesar.) y, aunque ya era eyaculador precoz
con 12 años, no paraba de palparme y pajearme recordando las bromas sobre mi tamaño, la exposición
ante compañeros, cuando me la ponían al aire ante las niñas y sus risas, picahuevos, tortillas, azotes,
burlas, risas… (primeros capítulos/etiqueta kino en este blog)
Podéis creerlo, sin lugar a dudas, cuanto mas cortita es la pollita de un sumiso, mas le gusta
enseñarla y, consecuentemente mas exhibicionista se vuelve, un axioma difícil de entender y asimilar, o
quizá sea la forma subconsciente de combatir ese trauma de infradotación erótica, esa humillación
arrastrada desde los primeros años en que me percaté que mi pene era mas corto, lampiño e ineficaz que
el del resto de mis compañeros de aula. El hecho objetivo es que mi poca virilidad y escasa hombría
mediatizó y configuró mi personalidad convirtiendome en el casto que soy, por qué son mis genitales los
que increíblemente dado su escaso tamaño, y a mi pesar, han controlado irónicamente mi sumisa vida… el
discurrir de mi existencia en todos los aspectos de forma determinante y directa , tanto mi vida personal,
como laboral, familiar… por supuesto sexual… siempre estaba caliente e insatisfecho… cachondo, salido
a pesar de haber sido “agraciado” con un sexo tan exigüo como inservible que eyaculaba antes de
endurecerse, esta insatisfacción me impelía a volver a palpar mi pequeña hombría. Los cuernos solo
fueron consecuencia cotidiana y logica que caía por su peso de forma evidente. No podía negarme la
realidad a mí mismo.
Solo me realizaba a través de la paja que me hacía yo mismo, era mi única amiga e inseparable
compañera inseparable que nunca me traicionaba (no como María), siempre me encontraba sentado ante el
ordenador viendo porno cada vez mas radical y tocándomela mas agresivamente.
Al leer estas letras quizás sintáis un egoísta alivio de no ser vosotros los castigados por la
naturaleza con una pollita tan encogida y arrugada como parca de tamaño, ni con unos huevecillos tan
poco desarrollados como retraídos en el interior del cuerpo e invisibles la mayor parte del tiempo.
Os aseguro que es como haber nacido eunuco.
Efectivamente, creo que mi falta de personalidad y carácter pusilánime es como el de los eunucos
realmente, o como los animales a los que castran, ¿os habéis fijado? Se vuelven introvertidos, pacíficos,
timoratos, tranquilos, cobardes, sin testículos se acaba la motivación atávica que tiene el auténtico macho
de esparcir la semilla y el semen que lleva impresa “de serie” en su adn, los animales se vuelven pacíficos
y les desaparece completamente la agresividad e instinto territorial propio de su sexo, su virilidad de
género se diluye en la asexualidad. Sin impulsos, sin estímulos… sin el instinto reproductivo que
aportaban sus extirpados cojones, desaparece igualmente el interés belicista del combate con otros machos
de su especie (en mi caso los Alfa) para conseguir cruzarse y montar a una hembra para que sea la propia
semilla de uno la que se perpetue… (la selección natural de Darwin).
Sí, amigos al carecer de testículos la existencia es completamente distinta y se mira desde otra
perspectiva, la motivación gira 180 grados, y eso me ocurre a mí… gracias a escribir esta autobiografía
orientado por CONTROL y a esta introspección autocrítica estoy consiguiendo llegar a la génesis de mi
existencia, estoy encontrándome a mí mismo al tiempo que me percato del sentido integral de mi vida en
su conjunto… comprendiendo el por qué de todo lo que me ha acontecido hasta llegar a mi actual
encrucijada.
La conclusión es clara, en cualquier especie un macho al que le han extirpado los genitales no es
macho ni puede cortejar ni fecundar a una hembra, y la hembra ni siquiera repara en él, sin cojones no
puede cruzarse ni aparearse, ni dispone de la genética natural para enfrentarse a los auténticos machos que
buscan perpetuar su especie al carecer de atributos como semental. Ocurre en la naturaleza en general y
en el ser humano en particular, en definitiva, ni es macho ni es hembra, volviéndose a la teoría inicial del
eunuco…
Pero dejemos elucubraciones y divagaciones y centrémonos en lo que nos interesa… Tras dos años
de soledad, abatido, derrotado, en que nada parecía salirme bien, fue mi Señora, mi primera Ama real en
todos los sentidos, quien me sacó del infinito pozo de depresión, onanismo y desmotivación en que me
sumió María.
Por tanto, consciente de que era un sumiso sin atractivo alguno abocado sin remisión a la castidad
y la cornucopia, indefectiblemente requería de alguien fuerte que le programara su vida hasta controlarle
incluso la eyaculación, ya que un casto no tiene sexo, al menos puede entregar el resto de su cuerpo a
quien se encargue de él. Así comenzó mi ardua labor de buscar una Ama, una persona en la que depositar
la difícil tarea de la re-educación de un pajillero y controlara a un pusilánime marrano de nacimiento. Una
persona que quisiera hacerse cargo de enderezar a un don nadie de micropene flaccido. Era mas o menos
como cuando los alcoholicos rehabilitados cuentan los días de abstinencia para superar su adicción y
automotivarse, yo también había de contar mis dias “de abstinencia”, que en mi caso era como decir
“Hola, me llamo kinito y llevo XXX días sin correrme”. Estaba claro que para mí solo me era imposible
no tocármela a cada instante, no tenía fuerza de voluntad… masturbarme a cada segundo era mi único
leitmotiv… pero irónicamente estaba abocado a la castidad, que era el único medio en que yo podría
disfrutar del sexo dada mi impotencia.
Nada mas coincidir como, mi Señora “C” primero por Internet y luego en persona, supo que la
abstinencia y la disciplina férrea era mi única solución, la opción mas recomendable y la terapia óptima
para un guarrillo empedernido y recalcitrante como yo, incapaz de controlarse y estar dos segundos sin
palparse su aparatillo.
A día de hoy os puedo asegurar que las situaciones experimentadas, castigos, correcciones,
apaleamientos y educación BDSM infligida por mi Ama han sido lo mas similar al sexo que he
experimentado jamás, el perfecto sucedáneo de ese ansiado orgasmo que siempre me ha sido vedado y he
sido incapaz de gozar realmente… Cuando mi dueña me arreaba, si el golpe rondaba mis zonas erógenas o
acertaba en pleno centro de mis genitales, o mi culo sentía un inmenso placer… a veces era un golpe seco,
certero, extemporáneo e inesperado, cuando me encontraba distraído me impactaba de lleno doblegando
mi menguada sensibilidad masculina, produciéndome una súbita contracción de indescriptible dolor, los
espasmos que sufría retorciéndome y mis afeminados y agudos grititos de desesperación la divertían
infinito… ya sabéis lo pequeños y esquivos que son mis huevecillos, sin embargo tenía la infalible
habilidad de acertar de lleno en mis pelotillas indefectiblemente si así se lo había propuesto… pero lo
común es que la tunda me fuera aplicada sobre la cama (atado) o de pie (con las manos entrelazadas en la
nuca para no interferir la aplicación de la indiscriminada corrección), con privación sensorial, es decir
me ponía un antifaz ciego o me vendaba los ojos impidiéndome ver, y consecuentemente prever cuando y
donde me iba a descargar el zurriagazo, así no podía prevenir o esquivar el golpe que es la reacción refleja
del cuerpo cuando va a ser azotado… Estando inmovilizados, la Ama podía disfrutar tanto como quisiera
de sus sumisos.
Os tengo que decir que en total éramos tres perros al servicio de ella: nuestra Diosa.
En el tramo final de nuestra relación se añadió al grupo una quinta persona (el último año).
A ella le daba igual donde lanzara el látigo, la pala o la fusta (eran los tres instrumentos que solía
utilizar, al que en mi caso en particular añadía una vieja, sucia y desgastada zapatilla). Ama “C” ni
miraba ni le importaba qué parte de mi cuerpo aporreara… para ella yo solo era un perro que hasta para
tocársela tenía que solicitar su beneplácito, un capado inservible que le rendía adoración guardando
castidad en reconocimiento de su poder sobre mi y de su superioridad incuestionable.
En cambio desde mi perspsectiva, ella era una Diosa… cada vez que lanzaba un golpe con su puño
cerrado, o con la mano abierta para que resonara bien fuerte, me alcanzaba en el lugar mas doloroso, en el
mismísimo centro de mi reducida virilidad, a pesar de su escasísimo tamaño mi Ama tenía perfectamente
ubicadas mis pelotillas, sabía dónde localizarlas sin importar en qué postura me encontrara, el problema es
que… si llevaba sin eyacular mas de 10 o 12 días, al acertarme de pleno el zurriagazo en el centro de mis
testiculillos, el intensisimo dolor hacía que tras retraerse mis cojoncillos espasmódicamente, comenzaran
en mi pitillo unas pequeñas convulsiones similares a un orgasmo, que finalmente acababan en una
eyaculación real, expulsando el semen acumulado por la abstinencia sin siquiera ponerse dura ni
disfrutarlo, pero realmente aunque fuera sin erección y contra mi voluntad, era una emisión de semen NO
AUTORIZADA en toda regla en presencia de mi Ama.
Esta afrenta me suponía mas golpes, azotes y, lo más penoso para mí, alargar mas el momento en
que pudiera volver a correrme ante mi Ama con permiso expreso… hummmm… experimentar ese placer
de percibir mi semen recorrer mi breve miembrito sin que supusiera represalia ni punición… bueno…
realmente… y si os he de contar mi experiencia íntegramente, eyaculaba ante MI AMA Y ANTE QUIEN
FUERA sin ponérseme dura siquiera ni sentir el más mínimo placer…
Sí ANTE QUIEN FUERA, porque el ridículo era integral, y casi tan grande como mi
vergüenza… porque aunque tuviera los ojos tapados, privados de visión, yo sabía que allí había mas gente
porque la oía, aunque solo podía discriminar si eran hombre o mujer por las pisadas (y las risas) y el
taconear del suelo puesto que nunca hablaban, no eran del mundillo bdsm e iban allí solo a reirse o echar
un buen rato y beber un poco mientras se divertían, y supongo que para constatar que las cosas que mi
Ama les contaba a sus amigas eran ciertas. Realmente lo que inquietaba y me producia zozobra era que la
gente que entraba en el apartamento podían reconocerme si volviéramos a coincidir en otra
hora/lugar/situación, pero yo a ell@s no.
Aunque no tuviera obligación, Ama “C” previamente me avisaba por deferencia de que
“tendríamos visita”, que vendrían a echar un buen rato y distraerse con mis atrofiados genitales (bueno,
no solo conmigo, como he dicho eramos 3 sumisos, ya me extenderé y desarrollaré mas adelante en otro
capítulo de mi autobiografía estas relacionas en su integridad)
Aunque yo sabia que no podía negarme por temor a perderla, al menos me halagaba y me
reconfortaba que me informara de las “reuniones sociales” aunque solamente fuera por cortesía, así se me
hacía menos duro, “estaba mas preparado”, me sentía mas persona… aunque sí sé que la gente que iba a
aquel apartamento eran amigas o ligues eventuales de una noche de mi Ama (bueno, algunos de estos
auténticos Machos duraban algunos meses con Ama “C”, pero no tenían mayor relevancia
sentimentalmente hablando), para ella lo importante éramos sus sumisos, era una Ama perfecta… Así era
ella, conseguía vaciarme los testículos con un solo golpe sin sentir placer alguno, saltando mi pollita
arriba y abajo violentamente al tiempo que echaba la leche, para luego ponerme el culo rojo con la pala
por haberme corrido sin autorización… y seguidamente, ir dilatándolo poco a poco con inserciones
anales paulatinamente de mayor tamaño muy progresivamente.
Recuerdo con ternura aquellos entrañables y reconfortantes días teniendo que realizar mi trabajo de
administraciones y contabilidades de empresa de pie por lo que me escocía el trasero y me picaban los
huevos… acordándome más si cabe de mi Ama a cada segundo… fantaseando cuando sería la próxima
vez que me corriera….
¿Cómo no voy a echarla de menos?, ella fue la que me ayudó a superar mi profunda crisis con
María… Pero me enrollo mucho yéndome por las ramas, además he dado un descomunal salto en el
tiempo. Para no dejarme nada en el tintero hasta llegar a la situación descrita y como os comentaba, nadie
podría suponer al dejarme María, ni remotamente, que los chats que visitaba serían el punto de inflexión
en que la vida erótica de mi inútil miembro comenzaría a revitalizarse concluyendo en una nueva e
increíble experiencia…
Continuará.
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