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Apenas hace un par
de horas he regresado a La Tierra, estaba cumpliendo una misión de 30
años en el espacio, buscando nuevos mundos y culturas,
desafortunadamente sin éxito. Es octubre de 2039, extrañamente la ciudad
no es la que esperaba encontrar, las coordenadas coinciden, pero la
apariencia es completamente diferente, parece haberse transformado en un
nuevo mundo, todo es más ordenado y limpio, no hay basuras ni suciedad
en las calles, los vehículos transitan de una manera ordenada y al
parecer es un ejemplo de eficiencia. No tengo contacto con el planeta
desde sólo 5 años después de emprender mi viaje al espacio, tal como
sucedió, la programación de la misión me traería de regreso a mi ciudad
después de 30 años.
Aunque
esperaba un recibimiento de héroe nacional por mi arriesgada y
solitaria misión, no me sorprendió mucho que sólo un par de funcionarios
bastante callados hubieran salido a mi encuentro. Fui traslado a un
hotel y al entrar en la habitación, bastante sencilla por cierto, sólo
una cama y una pequeña mesita de noche, un closet cerrado con llave y un
baño, me informaron que no podría salir de allí hasta que fuera
visitado por la autoridad local. Supuse que habría cierto protocolo de
aislamiento para evitar cualquier contaminación del espacio exterior. Ya
instalado en el hotel me metí a darme una buena ducha, no había agua
caliente. Realmente estaba un poco indignado por el frío recibimiento
que encontré. Un poco decepcionado me vestí de nuevo y comencé a repasar
mentalmente lo que había sido mi aventura en el espacio.
Largas
horas pasaron encerrado en aquel lugar, al llegar la noche, y sin algún
tipo de entretenimiento me dormí, confiado en que a la mañana siguiente
todo se resolvería. Me desperté de madrugada y me preparé para salir de
aquella habitación, pero la puerta estaba asegurada desde afuera, tenía
hambre ya que no probaba ningún tipo de alimento desde mi última comida
en la nave, unas pastillas altamente nutritivas diseñadas para una
alimentación ultra eficiente. Ya comenzaba a preocuparme por mi
situación cuando sentí que la puerta de la habitación se abría y una
mujer muy hermosa y elegante se presentó ante mí como la máxima
autoridad de la ciudad. De forma un poco despectiva me examinó con la
mirada y me ordenó seguirla, llegamos a una pequeña sala donde se me
informó de mi situación, no sería reconocido como héroe ni mucho menos
tendría un empleo en la agencia espacial. Rápidamente me hizo un resumen
de los acontecimientos sucedidos desde mi partida. Hacía
aproximadamente 23 años el planeta estuvo al borde del colapso, guerras
en cada rincón por el choque de egos de los presidentes de todas las
naciones. A partir de ahí surgió un movimiento femenino que rápidamente
tomó el control de la ONU que pasó a ser el órgano regente del planeta,
convirtiéndolo en una sola nación dirigida por mujeres. Todos y cada uno
de los hombres fueron destituidos de sus cargos que fueron ocupados por
el sexo femenino. Se dictaron leyes nuevas y se instituyó un nuevo
orden mundial. Se analizó la historia desde los orígenes de la humanidad
y se corrigieron los errores del pasado. Es así como los hombres ya no
fueron considerados seres inteligentes ni capaces de tomar decisiones
importantes por lo que fueron relegados a actividades básicas, ya que
sólo las mujeres podrían ocupar cargos directivos. El desastre generado
por las decisiones tomadas por los presidentes hombres y que fueron
originadas por sus instintos de macho dominante habían llevado al
planeta a estar al borde de la autodestrucción y a las mujeres a hacerse
cargo de la situación. Asombrado por lo que me estaban informando
recibí una orden para presentarme en una hora ante el consejo local para
ser asignado a mi nuevo 'trabajo', el cual debería asumir
inmediatamente recibiera la notificación. Fui llevado de nuevo a la
habitación y posteriormente trasladado al salón donde sería notificado.
Había varias áreas donde podría ser asignado, institucional,
hospitalaria, hotelería y servicios del hogar. Traté de protestar, pero
aquel tribunal integrado por hermosas mujeres me ordenó permanecer en
silencio y esperar su decisión. Mi futuro 'cargo' sería decidido en una
subasta pública, quise preguntar qué significaba eso y nuevamente no se
me permitió hablar, pero esta vez una mordaza llenó mi boca sin apenas
darme cuenta. Me empecé a asustar por lo que estaba sucediendo, aún no
tenía ni idea de los que pasaría de ahora en adelante. Me ordenaron
desnudarme por completo, sentí mucha vergüenza de hacerlo en frente de
tantas y tan hermosas mujeres, ya que hacía mucho tiempo no estaba en
una situación similar y qué decir de una relación íntima. Cubriendo mi
pene erecto me quedé en medio de este salón cuando dos mujeres se
acercaron a mí y me llevaron a un mueble en el que me hicieron recostar
para una evaluación médica. Una vez allí me ataron firmemente sin que
pudiera resistirme. Una de ellas se ocupó de mi pene con una bolsa de
hielo mientras que otras dos mujeres retiraban rápidamente con un láser
todo el vello de mi cuerpo. Sin poder resistirme fui marcado justo
encima de mi zona genital con un código de barras, fue entonces cuando
me di cuenta que nadie había preguntado mi nombre y desde ese momento
sería identificado con un frío e impersonal número. Al terminar con
aquella abusiva depilación instalaron un artefacto que cubría por
completo mi pene y testículos impidiendo cualquier erección, sólo un
pequeño orificio permitiría realizar mis necesidades, el metal con el
que estaba fabricado no se podía destruir según me dijeron y desde ahora
nunca podría ser retirado.
Después
de la inspección e instalación de esta especie de cinturón de castidad
fui llevado a un salón muy grande en el que me pusieron de pie con las
manos sujetas por cadenas que llegaban hasta el techo y mis pies
firmemente sujetos al suelo por una especie de grilletes. Aterrador ví
como desde el suelo subía una especie de pene gigantesco con rumbo a mi
virgen orificio, penetrándome dolorosamente. De esta forma tan
humillante fui presentado a un numeroso grupo de mujeres muy elegantes.
Ahora comprendí de qué se trataba la subasta. Mis ojos se llenaron de
lágrimas y ya no podía soportar más humillaciones. Fui subastado, era un
esclavo en mi propia tierra y al final asignado a una poderosa dama por
una importante suma de dinero.
Me
prepararon para llevarme a mi nuevo destino, debería sufrir todo lo que
las mujeres a lo largo de la historia y en las diferentes culturas
habían sufrido para que los hombres sustentaran el poder. Así fue como
se me prohibió hablar si mi nueva propietaria no me lo solicitaba, no
tenía derecho al voto ni a tomar decisiones, debería estar siempre
dispuesto a obedecer las órdenes y mi trabajo sería el de una criada.
Hasta ahí, asombrado y confundido comencé a asimilar mi situación, pero
vendría más, debería usar las prendas que las mujeres han sufrido como
altos tacones e incómodos sujetadores, permanecer con mi piel suave y mi
rostro perfectamente maquillado, no lo podía creer, era esto alguna
especie de venganza ??...
Hoy
me doy cuenta de que no es una venganza de las mujeres tras varios
siglos relegadas a tareas insignificantes y humillaciones por parte de
los hombres de todas las naciones, es simplemente el desarrollo normal
del proceso de la evolución humana, he comprendido que las mujeres son
más capaces de tomar decisiones importantes sin dejarse llevar por sus
hormonas y a partir de ahí ejercer un control sobre las hormonas de los
hombres para dominar la raza humana y el planeta logrando así la armonía
y el progreso. Me pregunté los primeros días cómo se iba a perpetuar la
raza humana si todos los hombres tendrían su sexo inutilizado bajo
estos aparatos de castidad permanente, obtuve la respuesta un par de
semanas después, cuando fui llevado por un par de guardianas a una
especie de granja tecnificada para el ordeño destinado a la
inseminación, éste se realizaba estimulando la próstata de forma anal
sin ningún tipo de placer para el especimen masculino, luego de lo cual
era retornado a sus funciones habituales de limpieza asignados, también
en las noches mi dueña me requería para darle placer con mi lengua, algo
que era también una tarea habitual en cada individuo masculino para su
dueña.
Tal vez parezca
fantasía, pero creo que hacía allá se dirige la humanidad, puesto que
cada vez más hombres estamos poniendo en manos de nuestras mujeres el
control de nuestras vidas y de nuestro placer, en muchos casos para
alimentar nuestro propio egoísmo, buscando cumplir alguna fantasía de
dominación femenina, pero queriendo dominar la situación, sin saber que
estamos abriendo la puerta al dominio absoluto del género femenino, al
nuevo orden mundial que lentamente se abre paso en cada rincón del
planeta. Es así como por medio del control de nuestras fantasías,
inteligentemente las mujeres toman las riendas de nuestro destino.
AndyG
Precioso y aunque de ficcion, muy real
ResponderEliminarPrecioso y aunque de ficcion, muy real
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