
Esto puede sonar brutal o incluso poco realista creer que un hombre deseara esto, pero para algunas parejas es una manera de añadir emoción a su vida sexual.
La castidad masculina es un tema que no se habla a menudo y no se expone públicamente. La razón sea por que es difícil de entender. No se trata de no tener sexo, cosa que practican un porcentaje importante de parejas. Se trata de dar un poco de sal a la relación.
Tampoco se trata sólo de un encierro físico, tiene un componente mental o psicológico muy importante.
El controlar la castidad requiere imaginación para disfrutar y salir de la monotonía.
El uso del cinturón es opcional y a algunas personas esto estimula su mente, a la vez que no pueden tocar su miembro, es un juego sexual más avanzado.
La colocación de un hombre en la castidad puede dar el control de la mujer sobre su orgasmo. También puede ser un camino para que el hombre imagine y sienta que vive una relación femdom.
Él sabe que no puede tocar a sí mismo, incluso si él no usa jaula. Ahora toda su energía sexual se canaliza en atender a su pareja.

Los hombres han practicado la negación del orgasmo durante siglos, pero la comprensión de las razones por las que lo hacen tan atractivo para los hombres no siempre se entiende, incluso para algunas personas que puedan estar practicandolo.
Cómo las personas liberan su energía sexual no es del todo conocido. Y el resultado final de la liberación, o el estimularlo hasta estar cerca de llegar al orgasmo sin llegar aporta sensaciones tan o más intensas que el propio orgasmo. La castidad masculina no es sólo encerrar al hombre, es una forma de vida en pareja, y para algunos una forma de escapar de la rutina de la vida sexual en pareja.
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