miércoles, 19 de agosto de 2015

Tercera semana de castidad.


Leer la primera semana en castidad
Leer la segunda semana en castidad


 La tercera semana ha sido más dura que la segunda, pero he aguantado sin mayores problemas.

DÍA 15.

Superada la segunda semana de castidad, el día se ha desarrollado algo distinto. He tenido algunas erecciones y ganas de masturbarme. Supongo por haber superado la semana y tal he pensado más y he tenido más excitación, pero he aguantado sin problemas.



DÍAS 16-17.

Sin novedades, muy tranquilo todo no tengo erecciones y no estoy excitado. Sigue todo bien y sin problemas para aguantar.



DÍA 18.

El día había sido como siempre, sin nada raro. Me fui a dormir y a la hora empecé a tener un sueño erótico dónde me estaban masturbando con la intención de un orgasmo arruinado. Estaba medio despierto y noté el pene en erección total, y una sensación de alivio de estar orinando. Pensé que todo era un sueño y al tener esa sensación de estar orinando me desperté, era muy intensa ya que notaba que estaba expulsando algo por el pene, había eyaculado muchísimo. La sensación de después fue de frustración por haber tenido una eyaculación, la primera en 18 días. Tardé mucho en dormirme el pene estaba en erección todo el rato y no paraba de gotear.



La primera polución nocturna, no sentí placer, es tan bestia que uno se da cuenta. Noto la bolsa de los testículos más pequeña, y supongo los huevos han bajado de volumen. Pero sigue estando todo más “inflado” que el primer día de castidad.



DÍA 19-20.

Tengo más erecciones, más excitación y tengo mucha pérdida de líquido preseminal, la sensación me recuerda un poco a los primeros días, no para de gotear el pene, voy a intentar superar este nuevo mono.



DÍA 21.

3 semanas sin masturbarme y sin orgasmos. Con una eyaculación (polución nocturna). Cuando ya tenía controlada la situación, me llegó esa polución del día 18 y me está costando más controlarme durante estos días. Me había propuesto llegar a las tres semanas, voy a seguir un tiempo más. No ponerme fecha de finalización de la castidad provoca vivir en el desconocimiento, sin ansias de que llegue el día pensado y me dan ganas de intentar aguantar lo máximo.

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