A mi esposa le encanta tener a su marido en castidad "forzada". Desde que descubrió que la castidad hacía que su marido esté más pendiente de ella, que pueda usarlo cuando quiera en plenitud no
sólo de facultades y deseos.
En estos momentos me mantiene en dicha
situación desde hace bastante tiempo… y cuando digo bastante tiempo…es
bastante más de un año. Vamos que incluso me sorprendo de que siempre tenga ganas de sexo con ella, aunque este muy cansado. No sé de donde saco las fuerzas, yo a veces me sorprendo.
Aunque esté en castidad, eso sólo significa que no quiere que me corra, pero ahora tenemos más sexo y de más calidad que nunca.
A ella le gusta y quiere que en el momento en que estoy sólo, sin ella cerca, lleve puesto el cinturón de castidad, así se queda tranquila
de que no voy a usar su propiedad indebidamente y estará en perfecto
estado para su único uso y disfrute.
En un primer momento cuando comprendió que yo estaba más
predispuesto a todo, que obtenía mayor placer sexual al tenerme en
castidad, me hizo comprar the curve.
The curve es de plástico rígido y permite un poco de ..digamos “libertad”. Le
gustaba sobre todo excitarme para provocar erecciones y que el pene no
encontrase acomodo. Pero la verdad es que fue un cinturon que no duro
mucho, se partieron primero los apoyos y luego el.
Y yo por fín libre de ataduras campe a mis anchas, al menos
durante un tiempo, pero a mi pareja esa situación… no le gustó, y vista
la experiencia, me hizo comprar un nuevo cinturón de castidad ahor, metálico, bajo
la premisa que si es así no lo romperé.
Doy fé de su resistencia, todavía funciona, !Vaya si
funciona!.Es infalible. Durante un tiempo se contentó con ese,
pero se notaba demasiado, sobre todo en verano cuando vamos más ligeros
de ropa; entonces otra encargo me fue dado. Obtener un nuevo cinturón más discreto.
La búsqueda nos llevó a adquirir un BirdLocked, modelo en
silicona de tamaño discreto, y… aquí empezó parte de mi tortura y lucha
con los cinturones que vinieron a posteridad. Mi pareja se dió cuenta de
un detalle (en qué hora para mi desgracia), el pene encajaba en el a la
perfección, ni se movía un milímetro, y eso le encantó. Se trataba de
una segunda piel, que no permitía el más mínimo alivio y en todo momento
estaba presente que era ella la poseedora. Y a este si le dió
uso….mucho uso… hasta que un día el pobre cedió a las presiones.
Mi alivio no duró mucho, mi esposa me hizo comprar inmediatamente no
uno sino dos, pero con unas características especiales. Le encanta
liberar el pene comprimido del Birdlocked, descubrió en la web del
fabricante dos modelos nuevos, el mini y el pico. Se olvidó del tamaño
normal, quería el pene más comprimido o torturado. En el mini el pene
queda reducido, molesto, congestionado, pide a gritos la liberación,
mientras que el pico ( si bien tiene el tamaño normal) está llenos de
picos, con lo cual el glande al descubierto se vé en un intento continuo
de perforación no que admite descanso ( la prueba es que estoy
escribiendo estas líneas con el puesto y pufff duele).
Durante un tiempo había alternado entre estos tres dispositivos,
pero ella quería más, primero más compresión y más novedad.
Resultado, un cinturón de castidad micro, el más pequeño del mercado de sólo 3 centímetros de jaula, en acero inoxidable, y otro en hierro más llevable a
diario pero con un pequeño tubo de inserción uretral. (pero de estos ya
hablaremos en otro momento que se está alargando el post).
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