lunes, 18 de mayo de 2015

Evolución de los cinturones de castidad en pareja.

A mi esposa le encanta tener a su marido en castidad "forzada". Desde que descubrió que la castidad hacía que su marido esté más pendiente de ella, que pueda usarlo cuando quiera en plenitud no sólo de facultades y deseos. 
 
En estos momentos me mantiene en dicha situación desde hace bastante tiempo… y cuando digo bastante tiempo…es bastante más de un año. Vamos que incluso me sorprendo de que siempre tenga ganas de sexo con ella, aunque este muy cansado. No sé de donde saco las fuerzas, yo a veces me sorprendo. 
 
Aunque esté en castidad,  eso sólo significa que no quiere que me corra, pero ahora tenemos más sexo y de más calidad que nunca.

  A ella le gusta y quiere que en el momento en que estoy sólo, sin ella cerca, lleve puesto el cinturón de castidad, así se queda tranquila de que no voy a usar su propiedad indebidamente y estará en perfecto estado para su único uso y disfrute.

     En un primer momento cuando comprendió que yo estaba más predispuesto a todo, que obtenía mayor placer sexual al tenerme en castidad, me hizo comprar  the curve.


     The curve  es de plástico rígido y permite un poco de ..digamos “libertad”. Le gustaba sobre todo excitarme para provocar erecciones y que el pene no encontrase acomodo. Pero la verdad es que fue un cinturon que no duro mucho, se partieron primero los apoyos y luego el.

     Y yo por fín libre de ataduras campe a mis anchas, al menos durante un tiempo, pero a mi pareja esa situación… no le gustó, y vista la experiencia, me hizo comprar un nuevo cinturón de castidad ahor, metálico, bajo la premisa que si es así no lo romperé.
     Doy fé de su resistencia, todavía funciona, !Vaya si funciona!.Es infalible. Durante un tiempo se contentó con ese, pero se notaba demasiado, sobre todo en verano cuando vamos más ligeros de ropa; entonces otra encargo me fue dado. Obtener un nuevo cinturón más discreto.
      La búsqueda nos llevó a adquirir un BirdLocked, modelo en silicona de  tamaño discreto, y… aquí empezó parte de mi tortura y lucha con los cinturones que vinieron a posteridad. Mi pareja se dió cuenta de un detalle (en qué hora para mi desgracia), el pene encajaba en el a la perfección, ni se movía un milímetro, y eso le encantó. Se trataba de una segunda piel, que no permitía el más mínimo alivio y en todo momento estaba presente que era ella la poseedora. Y a este si le dió uso….mucho uso… hasta que un día el pobre cedió a las presiones.
 
   Mi alivio no duró mucho, mi esposa me hizo comprar inmediatamente no uno sino dos, pero con unas características especiales. Le encanta liberar el pene comprimido del Birdlocked, descubrió en la web del fabricante dos modelos nuevos, el mini y el pico. Se olvidó del tamaño normal, quería el pene más comprimido o torturado. En el mini el pene queda reducido, molesto, congestionado, pide a gritos la liberación, mientras que el pico ( si bien tiene el tamaño normal) está llenos de picos, con lo cual el glande al descubierto se vé en un intento continuo de perforación no que admite descanso ( la prueba es que estoy escribiendo estas líneas con el puesto y pufff duele).
 


      Durante un tiempo había alternado entre estos tres dispositivos, pero ella quería más, primero más compresión y más novedad.

         Resultado, un cinturón de castidad micro, el más pequeño del mercado de sólo 3 centímetros de jaula, en acero inoxidable, y otro en hierro más llevable a diario pero con un pequeño tubo de inserción uretral. (pero de estos ya hablaremos en otro momento que se está alargando el post).

     
 

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