lunes, 4 de mayo de 2015

Juegos de castidad matrimonial.

Mi marido se había adaptado muy bien a su cinturón de castidad metálico desde que empezó a usarlo hace tres años. Lo encargamos después de que un día le preguntara si su pene se ponia erecto cuando miraba a otras mujeres. Admitió que le pasaba a veces, y yo me puse un poco celosa y pensé que eso era algo malo para mi marido que él tuviera la polla erecta pensando en cualquier otra mujer, que no sea yo.
Creo que eso es un pecado, y por eso decidí tomar medidas para evitar que la polla de mi marido se ponga dura con pensamientos impuros o pensando en una mujer que le resulte más atractiva. Empezamos a usar el cinturón de castidad como muchas parejas lo hacen como una forma de darle vida a nuestra vida sexual un poco de más de "sal", pero después de ver como mi marido se comportaba cuando lo mantenía encerrado. Acordamos los dos que estaria encerrado siempre, excepto en los momentos en que yo lo decidiera, no hay vuelta atrás posible para mí.
Así es como ya hace dos años de que me le he convencido y acordamos, de que nunca más le iba a permitir que tener su pequeño pene fuera, y que todas las erecciones serian en mi presencia y únicamente pensando en mi. Alguién podría pensar que esto es cruel, pero si se tiene en cuenta ya la antigua religión china, decía que un hombre sólo tiene un número de orgasmos limitado y cuando los haya gastado él morirá, por si acaso y porqué es pecado tener pensamientos impuros.
Por su salud y otras cosas, estoy ayudándole a vivir más tiempo.
Aunque a veces hacemos la práctica del misionero para tener relaciones sexuales él sabe que no debe eyacular para conservar su esencia. Evidentemente abstenerle del orgasmo, es bueno para él, pero es más bien un objetivo que él apenas puede cumplir cuando me penetra. En canvio para nosotras las mujeres la idea es opuesta. Cuanto más orgasmos tiene una mujer su vida es más larga. Al principio ocasionalmente bloqueaba mi marido en el cinturón de castidad por períodos cortos, pero me gustó la forma en que era mucho más atento y cariñoso conmigo cuando yo lo tenía encerrado que empecé a mantenerlo encerrado durante más tiempo y mayores períodos de tiempo. Hasta que empecé a poner excusas para no desbloquearlo y él parecía complacido de estar frustrado y negado su sexo.
Como dije antes, el empezó a no controlarse y eyaculaba rápidamente cada vez con menos tiempo, por eso empezamos a usar una funda para que no tuviera tanta sensibilidad y aún así se corre en un orgasmo arruinado aunque no nota nada. Es una cuestión mental. Al ser orgasmo arruinado el mantiene el deseo casí intacto después de su "orgasmito".
Hemos probado algunos de los juegos de castidad como el juego de dados, o según el resultado de un partido de futbol para su liberación. Todos los juegos eran divertidos y eso me hizo darme cuenta de que tal vez yo debería guardar el pene pequeño de mi marido encerrado todo el tiempo, y es por eso que empezamos con un sistema de puntos. Estaba mejorando francamente su actitud y interés en complacerme oralmente y así es como se me baja a la mínima oportunidad, como el mejor de todos los amantes. Cuanto más jugamos a estos juegos el se ganaría tiempo libre, pero me disgustaba permitirle que su pequeño pene sea libre. Ya que las veces en que le he permitido ser libre y eyacular el pierde todos sus buenos atributos y interés. Él deja de ayudar en la casa. Fue a final de año, hace cerca de seis meses cuando le comenté que sólo le permitirá salir una vez al mes como un nuevo estándar. Claro, él me ruega salir para permitirle eyacular o para permitir que su pequeño pene se ponga erecto por lo menos por un poco de placer, prometiéndome que no iba a eyacular y perder el deseo que había encerrado, pero por lo general yo lo niego. Si él era bueno a veces me acuerdo de que le permita salir de la condición de que no iba a eyacular y me gustaría controlar lo que nunca tendrá y luego volver a encerrar. Cuando ya habia esperado cuatro semanas. Rápidamente se desnudó y se puso delante de mí. Entonces le abrí la jaula de castidad. Su pequeño pene se levantó rápidamente a saludarme y palpitaba en previsión de una eyaculación que me quería ofrecer. Le recordé que él me prometió que no iba a venir y que si lo hacía, él no iba a salir por lo menos durante dos semanas. Además de eso dejé claro que lo que iba a hacerle apretando sus bolas hasta que cumplió. Me puse un guante de Angora y empecé con una ligera caricia a su polla. Estaba tan excitado que estaba palpitando con toque y pronto estaba goteando de líquido preseminal. Me limpió el dedo y se lo hice lamer mientras apretaba sus bolas para ayudarlo. La próxima vez que se filtró, yo hice lo mismo y luego era el momento para volver a poner mi pequeño juguete. El rogó que tenia ganas de más, pero yo tenía miedo de que iba a perder el control, después de que todos los hombres con penes más pequeños no son conocidos por su resistencia. Puse hielo para bajar su erección y así ya era lo suficientemente pequeño como para volver a su jaula. Durante los próximos tres días, fue aún más atento, atento y servicial de lo que podía haber imaginado, así que le preguntó si quería algo? Dijo que le encantaría eyacular y ser desbloqueado y acarició de nuevo. Yo le pregunté: "¿Quieres esto a pesar de saber que no voy a permitirte eyacular?" Él dijo: "¡Sí! Me gusta anhelar la." Así que lo hice de la misma manera hasta que se había filtrado dos veces. Sólo le acaricié durante unos diez minutos antes de ponerle hielo abajo y bloquear su jaula de nuevo. Con el tiempo he podido comprobar que el puede eyacular con el cinturón de castidad puesto.
Sin necesidad de tocarse puede eyacular, y sin retirar la jaula, así lo hace a partir de este año.

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